- Sigue la pugna entre ERC y JxCat a cuenta de la labor de los letrados del Parlament, que han recortado las resoluciones en contra de la monarquía para evitar una amonestación del Tribunal Constitucional. JxCat y el president Torra exigían publicarlas en su totalidad. En ese contexto, el presidente del Parlament, Roger Torrent, de ERC, quiso zanjar la polémica abierta por JxCat por pedir el cese del secretario general de la Cámara. “No contribuiremos a la represión de los funcionarios”, zanjó, en alusión a que una desobediencia por parte de los trabajadores públicos los hubiera colocado en la diana judicial. “No vamos a presionar a los trabajadores públicos para que asuman las repercusiones de lo que decidamos los políticos. Este ha sido un consenso dentro del independentismo y lo hemos practicado siempre. Sería oportuno, aconsejable y saludable que no nos apartáramos de él”, concluyó.

Torrent participó ayer en un encuentro con alcaldes de ERC para abordar la cuestión de los remanentes municipales, en el que también estuvo presente el vicepresident del Govern, Pere Aragonès. En respuesta a preguntas de los periodistas, no quiso abundar en el último choque con JxCat, que le reclamó que cesara al secretario general del parlamento catalán, Xavier Muro, por haber eliminado los puntos que podían chocar con el Tribunal Constitucional a la hora de publicar en el boletín oficial las resoluciones que los grupos independentistas aprobaron en el pleno monográfico sobre la monarquía del pasado 7 de agosto.

Torrent dijo que, mientras presida la Cámara, “se hablará de todo lo que quieran los diputados” y se defenderá la libertad de expresión, pero nunca se pondrá en riesgo a un funcionario.

El responsable del Parlament se quitó de alguna manera la espina por las críticas que ha recibido desde JxCat, y las atribuyó a una intención de “desgastar al compañero de viaje” en vez de “ayudar a construir una estrategia conjunta” para conseguir la independencia de Catalunya.

No se descarta. La ponencia política de Junts, el partido impulsado por el expresident Carles Puigdemont, presenta un viraje hacia posiciones progresistas, y también la elección de cargos mediante primarias, la formación de equipos transversales o la libertad de voto, según adelantó El Periódico. La ponencia se someterá a un periodo de enmiendas y apuesta por el diálogo con el Estado, pero aclarando que la confrontación es necesaria para conseguir la independencia. Puigdemont cree que es inevitable una fase de desobediencia y choque con el Estado español en el proceso de autodeterminación.