- El comisario jubilado José Manuel Villarejo -que se encuentra actualmente en prisión provisional- intenta torpedear el proceso en el que está investigado anunciando su “autoincriminación” en numerosas causas. Así, aseguró ayer que va a autoincriminarse en 25 investigaciones del caso Tándem -en el que es el principal imputado, y de las que asegura que saldrán hasta un centenar de piezas en las que desea testificar y que convertirían el proceso judicial en prácticamente interminable.

Asimismo, carga contra Pedro Sánchez y contra Podemos por haber convertido la causa en la que se le investiga en un “río revuelto” de tejemanejes. “Si esto va a ser una causa general, que lo sea realmente, y no esta patraña en la que se excluyen a los amigos y protegidos. Yo no tengo nada que ocultar y ardo en deseos de poder hablar por primera vez y de poder ser oído. Eso, a pesar de que Pedro Sánchez y varios de sus ministros, ignorando mi derecho a un juicio justo, ya me hayan condenado, considerándome culpable sin ningún tipo de opción”, argumenta el comisarío retirado en un comunicado hecho público por su defensa.

Villarejo denuncia además que la causa contra su persona no es más que una excusa para intentar sepultar la Constitución y el sistema implantado en 1978. “Unos y otros han dicho que se trata de una causa general contra el Estado de 1978 que, una vez más, comunistas y separatistas pretender destruir. ¿Vamos a permitirlo quienes aún creemos en nuestra nación, por desgastadísima por sus enemigos internos que se halle?”, remarca el escrito.

Para José Manuel Villarejo, se están “falsificando pruebas” en la macrocausa Tándem porque su sentencia “ya está dictada y escrita”. Por otra parte, critica que es “paradójico, escandaloso e inaceptable” que quienes le tacha de corrupto “escondan a los ojos de los españoles que no hay mayor corrupción que el poder absoluto, ni mayor ignominia que aparentar un Estado de Derecho”.

Por último, el comisario jubilado atribuye el “calvario” por el que a su jucio está pasando el rey emérito a los “desgraciados y obtusos consejos” del exdirector del CNI Félix Sanz Roldán, que “se presentaba como gran valedor y defensor” de la monarquía.