- Lo que mal empieza, mal acaba, y la Comunidad de Madrid no superó ayer la criba que permitirá pasar el lunes a la fase uno del plan de desescalada, que implica importantes medidas de relajación de la situación de confinamiento. Era el resultado esperado del encuentro que mantuvieron los responsables del Ministerio de Sanidad y de la Comunidad de Madrid después de que esta última institución solicitara, el jueves por la noche y de la forma menos ortodoxa posible, pasar de fase. Y es que, apenas unas horas antes, la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, aseguró no tener prisa en cambiar de fase ante la evidencia de que no cumplían parte de las exigencias exigidas. De los encuentros de los dos socios del gobierno madrileño, PP y Ciudadanos, evidentemente distanciados, salió in extremis la decisión final de solicitar formalmente el salto a la fase uno, pero no sin daños colaterales: la exdirectora general de Salud Pública, Yolanda Fuentes, dimitió por estar en desacuerdo con este paso.

En su comparecencia de ayer, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, dejaron claro que a la hora de decidir qué territorios pasaban y cuáles no, tuvieron en cuenta la valoración técnica de su capacidad de respuesta al virus y los datos de evolución de la pandemia. En el caso de la Comunidad de Madrid, aunque avalaron la capacidad asistencial de la autonomía, se inclinaron por esperar a que el sistema de detección del covid-19 en la atención primaria esté más afianzado de cara al cambio de fase.

Los datos puros y duros tampoco fueron nada halagüeños para los responsables del gobierno regional, con un repunte en apenas 24 horas al registrarse 48 fallecidos, 10 más que el jueves (8.552 en total) y 148 contagios, cerca del doble que el día anterior (64.333 en total). Todo hacía prever que iban a fracasar en sus pretensiones, como sucedió.

Las reacciones no se hicieron esperar, y el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, uno de los que más han empujado para solicitar el cambio de fase, lamentó la decisión del Gobierno español. “Eso supone que miles de autónomos, bares y pequeños comercios no podréis abrir este lunes. Sé que vuestra situación es crítica. Os ruego que aguantéis. Volveremos a solicitarlo para el próximo 18 de mayo”, dijo. El consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, destacó que el ministerio de Illa destacó que la comunidad “sí tiene capacidad asistencial para pasar a la fase uno de la desescalada”.

Isabel Díaz Ayuso había reconocido por la mañana en Telecinco que el criterio principal para pedir el paso a la siguiente fase de la desescalada no era sanitario sino económico, y que la dimisión de Fuentes se debió a que no quería avalar el informe presentado por su gabinete a Sanidad. Añadió que “soy la responsable de que esto salga bien o mal, lo asumo y lo asumiré”, y avanzó que, de ver rechazada su propuesta, “seguiré trabajando” en favor de su comunidad.

Tampoco fue una noche plácida para el gobierno de la derecha en Andalucía. El presidente Juanma Moreno pedirá que se revise la decisión de dejar a las provincias de Granada y Málaga al completo en la fase cero, en lugar de permitir una desescalada por zonas sanitarias que sí se aplicó en otras comunidades.

Catalunya. El Ministerio de Sanidad aprobó la propuesta de la Generalitat para que solo tres de las nueve regiones sanitarias catalanas -Camp de Tarragona, Terres de l’Ebre y Alt Pirineu- pasen de fase. Barcelona y el resto, que concentran al 90% de población, seguirán en fase cero.

Nafarroa. Sube de fase por una serie de valoraciones positivas que Fernando Simón desgranó: un “sistema sanitario muy potente, una capacidad de respuesta muy alta y una evolución muy favorable” de la epidemia en las últimas semanas, donde la transmisión “ha bajado muchísimo”.

Castilla-La Mancha. Mientras Cuenca y Guadalajara pasarán el lunes a la fase uno, Toledo, Albacete y Ciudad Real tendrán que esperar. El Ministerio ha optado por una decisión más conservadora en las provincias más pobladas, aunque contempla que el día 18 puedan cambiar de fase.

Castilla y León. Es una de las comunidades más afectadas por el coronavirus, y en consecuencia ninguna de sus provincias avanzará en la desescalada. Pese a ello, y tras una “discusión intensa”, según Simón, 16 zonas básicas de salud repartidas por todo el territorio pasarán de fase.

Andalucía. Seis provincias pasarán a la fase uno el lunes: Almería, Jaén, Córdoba, Sevilla, Cádiz y Huelva. Se quedan fuera Málaga y Granada, aunque el doctor Simón destacó ayer que han tenido una “evolución muy buena en las últimas semanas” y el día 18 pasarán seguramente de fase.

Valencia. No pasa de fase, pese a que la Conselleria de Sanidad aseguraba que estaba “preparada”. Debido a sus “idiosincrasias particulares y buena evolución” en algunos de sus 24 departamentos de salud, diez de ellos sí avanzarán: uno en Castellón, tres en Valencia y seis en Alicante.

“Yo soy la responsable de que esto salga bien o mal. Lo asumo y lo asumiré, y seguiré trabajando”

Presidenta de la Comunidad de Madrid

“En Madrid, la capacidad de detección precoz ha recomendado esperar a que se desarrolle más”

Ministro de Sanidad