- “Sin estado de alarma no hay confinamiento. Así, quien vote contra el estado de alarma estará votando a favor de un desconfinamiento casi total el domingo”, avisó ayer el portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, a través de Twitter. Y añadió: “Dentro de diez años todos miraremos atrás y nos preguntaremos: ¿Yo qué hice para proteger a la gente de mi país?”. En el polo opuesto se pronunció en esRadio la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso cuando se le preguntó si dormiría tranquila si decae este escenario y todos los ciudadanos se echan a la calle: “Todos los días hay atropellos y no por eso prohibes los coches”.

En caso de que el decreto hoy no se revalide, la consecuencia inmediata es que el Gobierno español perdería el mando único en la lucha contra la pandemia, por lo que las comunidades podrían aplicar sus propios criterios en cuanto a cambios de fase y movilidad provincial. Las medidas específicas como el confinamiento quedarían sin efecto y sería más complicado implementarlas en caso de que hubiera que volver atrás en ellas a causa de algún rebrote o resultados no favorables, como ha ocurrido en Alemania.

Desde Moncloa podrían establecer órdenes de aislamiento, pero solo a contagiados, lo que introduciría dudas sobre la propagación del virus por pacientes asintomáticos. Esto, por ejemplo, incidiría en la libertad de desplazamientos interprovinciales. Dado que las comunidades tienen transferidas las competencias sanitarias, en algunas podrían regir un marco de restricciones y autorizaciones distinto de otras. Igualmente, sería bastante dudoso el estado en que quedaría la aplicación de ERTE, puesto que los mismos se inscriben en el marco del estado de alarma.

La Constitución no dice nada de que no se pueda aprobar otro estado de alarma distinto del actual, lo que permitiría al Ejecutivo ganar otros 15 días, aunque habría que ver, si se recurre, cómo reaccionaría el Constitucional y en qué plazos. La Ley de Seguridad Nacional puede ser un comodín y cabe recordar que antes del 14 de marzo se confinaron localidades y se cerraron negocios, como pasó en Catalunya y Murcia. Pero no se sabe hasta dónde se podría estirar la ley.