Los ministros de Sanidad y Economía del G20 se comprometieron hoy a vacunar al 70 % de la población mundial para mediados de 2022 como forma de tratar de controlar la pandemia de coronavirus e impulsar una recuperación económica duradera.

Así lo afirmaron en un comunicado final, en el que destacaron la importancia de "avanzar hacia los objetivos globales de vacunar al menos al 40 % de la población en todos los países para fines de 2021 y al 70 % para mediados de 2022" e "impulsar el suministro de vacunas y productos e insumos médicos esenciales en los países en desarrollo, así como eliminar el suministro y limitaciones de financiación".

El ministro italiano de Sanidad, Roberto Speranza, explicó en declaraciones a los medios que "ha habido un compromiso fuerte y conjunto de los ministros de Economía y de Sanidad para fortalecer las inversiones en el sector sanitario".

"La lección de la COVID-19 nos indica que debemos invertir con más valentía en los servicios de salud de nuestros países. La salud ya no puede ser considerada un coste, sino una inversión en la calidad de la gente", añadió.

Los ministros de Economía y Sanidad se reunieron hoy en Roma, en la primera cita conjunta bajo la presidencia italiana de turno del G20, para demostrar que ambas materias están y deben seguir estando estrechamente relacionadas para afrontar las futuras emergencias sanitarias penalizando lo menos posible a las economías.

Lo hicieron en la víspera de la gran cumbre de líderes del G20 que se celebrará entre mañana y hasta el domingo, y a la que asistirán, entre otros, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de Argentina, Alberto Fernández, de Brasil, Jair Bolsonaro, de Francia, Emmanuel Macron, la canciller Angela Merkel y el candidato del Partido Socialdemócrata (SPD) a sucederla, Olaf Scholz.

También ha viajado a la capital italiana el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, pues el Estado español es país invitado permanente del G20.

Los ministros de Sanidad tuvieron su reunión del G20 en septiembre y los de Economía han celebrado cuatro durante este año.

En esta cita conjunta, reconocieron que la pandemia dejó al descubierto carencias en los sistemas de salud que es prioritario atajar con mayores inversiones, pero también apostaron por fortalecer la resiliencia de las cadenas de suministro, para aumentar la distribución y administración de vacunas, y la capacidad de fabricación local y regional en los países de ingresos bajos y medianos.

LA VACUNACIÓN PARA UNA RECUPERACIÓN ECONÓMICA

"La aceleración de las vacunaciones en todo el mundo sigue siendo la piedra angular de la recuperación económica", dijeron, al tiempo que pidieron "a los bancos multilaterales de desarrollo que trabajen junto con COVAX para continuar apoyando la adquisición y entrega de vacunas".

"La recuperación económica sigue siendo muy divergente entre los países y dentro de ellos, lo que afecta más gravemente a las economías emergentes y en desarrollo y a las poblaciones en situaciones de vulnerabilidad, incluidos los hogares más pobres, las mujeres y las niñas, las personas con discapacidad, los ancianos y los niños", lamentaron.

Consideraron crucial aumentar los esfuerzos colectivos para "prevenir, detectar, informar y responder a emergencias sanitarias" futuras y abogaron por "un acceso oportuno y equitativo a vacunas, terapias, diagnósticos y equipos de protección personal seguros, asequibles, de calidad y eficaces, especialmente en los países de ingresos bajos y medios".

La reunión también sirvió para que los titulares de Economía y de Sanidad tomaran conciencia de que "una recuperación saludable y sostenible" se logrará cuando se refuercen "los sistemas nacionales de salud, haciéndolos más inclusivos y resilientes" y se asegure "el acceso universal" a ellos.

CREACIÓN DE UN GRUPO DE TRABAJO

El G20 de Sanidad y Economía también decidió crear un grupo de trabajo conjunto que tratará de mejorar el diálogo y la cooperación mundial sobre la gestión de futuras emergencias sanitarias y la administración efectiva de recursos.

La intención es que se reúna a finales de 2021 para acordar una hoja de ruta y que cuente con la asistencia de una secretaría ubicada en la Organización Mundial de la Salud (OMS), con el apoyo del Banco Mundial.