El Ejército etíope bombardeó hoy una vez más la ciudad de Mekele, capital de la norteña región de Tigray, contra la que mantiene una ofensiva armada hace 11 meses, después del ataque aéreo de este lunes, en el que murieron tres menores, según denuncian los rebeldes tigriñas. "Las fuerzas aéreas de Abiy Ahmed (el primer ministro etíope) han vuelto a atacar un barrio residencial de Mekelle hiriendo a civiles y dañando propiedades", dijo a través de twitter el portavoz del Frente Popular de Liberación Tigray (FPLT), partido gobernante en la región hasta el estallido del conflicto, Getachew Reda.

A través de una cuenta de twitter que depende del Gobierno etíope, el Ejecutivo señaló, sin embargo, que los ataques aéreos "se han dirigido específicamente contra sitios de producción y reparación de armamento del FPLT". Este lunes, la capital sufrió bombardeos por parte de las fuerzas aéreas de Etiopía por primer vez en meses desde que comenzó el conflicto, que causaron la muerte de tres menores, según confirmó ayer el representante en Ginebra de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), Jens Laerke, citando a trabajadores médicos locales.

Un segundo bombardeo durante el día hirió a nueve personas y destruyó varias infraestructuras, incluyendo varias casas y un hotel, dijo Laerke en una rueda de prensa en Ginebra. Si bien el Gobierno etíope inicialmente negó el ataque, más tarde la Agencia de Prensa de Etiopía (afiliada al Ejecutivo) lo admitió pero dijo que "las fuerzas aéreas tuvieron mucho cuidado de no dañar a los civiles en el bombardeo", ya que los ataques aéreos "tuvieron como objetivo infraestructuras que pertenecen al Gobierno pero que habían sido usadas por el FPLT para desmantelar el país".

Una fuente humanitaria que prefirió permanecer en el anonimato confirmó a Efe que dos rondas de ataques aéreos golpearon la ciudad y sus afueras este lunes, pero Efe no pudo verificar estas informaciones debido al corte de las telecomunicaciones impuesto sobre la zona en conflicto. La guerra se desató el pasado 4 de noviembre, cuando Abiy lanzó una ofensiva contra el FPLT en represalia por un ataque contra una base militar federal.

Desde entonces, miles de personas han muerto, unos dos millones se han visto desplazados internamente en Tigray y al menos 75.000 etíopes han huido al vecino Sudán, según datos oficiales. Además, casi siete millones de personas afrontan una "crisis de hambre" en el norte de Etiopía por la guerra, según advirtió el pasado mes el Programa Mundial de Alimentos de la ONU.