- La incomparecencia injustificada de los miembros de varias mesas, lo que que impidió la apertura a tiempo de varios locales de votación y que podría tener un efecto real en el cómputo final de sufragios, añadió ayer caos y ansiedad a unas elecciones peruanas ya marcadas por los efectos de la pandemia de covid-19 y la enorme incertidumbre que pesa sobre su resultado.

A las 07.00 horas (14.00 horas en Euskadi) se abrían los centros de votación en todo el país. Sin embargo, dos horas después apenas el 70% de las mesas había logrado constituirse y finalmente se alcanzó el 98%. La mayoría de las mesas que no se abrieron o lo hicieron con retraso están en los barrios pudientes de Lima, de clase media o media alta, y que concentran su voto en candidatos de derechas o de la izquierda liberal.

La normativa no prevé la prolongación del horario de votación y con hasta siete candidatos virtualmente empatados en las encuestas que compiten por dos plazas en la segunda vuelta de los comicios, unos centenares de votos pueden ser definitivos para determinar quién será el próximo presidente del país. Esta situación no se escapó a los candidatos en liza, quienes instaron a las autoridades a que garantizasen el voto.