- El presidente saliente de los Estados Unidos, Donald Trump, apura sus últimos coletazos en materia de política exterior para dejar su impronta, en este caso un cuarto país con el que el que su aliado y amigo Israel puede establecer relaciones diplomáticas.

Trump anunció ayer que reconoce la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental. A cambio, EEUU ha pactado con Marruecos que reestablezca las relaciones diplomáticas con Israel. Con esto, se trata del cuarto país árabe que pacta normalizar sus relaciones con el Estado judío en los últimos meses.

“He firmado una proclamación reconociendo la soberanía marroquí sobre Sáhara Occidental. ¡La propuesta de autonomía seria, creíble y realista de Marruecos es la única base para una solución justa y duradera por una paz y prosperidad perdurables”, escribió Trump en Twitter tras cerrar el acuerdo con el rey de Marruecos, Mohamed VI.

En un segundo mensaje, agregó: “¡Otro hito histórico! ¡Nuestros dos grandes amigos Israel y el Reino de Marruecos han acordado relaciones diplomáticas plenas, un hito masivo para la paz en Oriente Medio!”, y argumentó que reconocer su soberanía era apropiado, ya que “Marruecos reconoció la de EEUU en 1777”, zanjó.

Con este anuncio, Marruecos se convierte en el cuarto país árabe que normalizará lazos con Israel, después de Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Sudán. En esos acuerdos ha tenido un papel fundamental el asesor y yerno de Trump, Jared Kushner, en quien el mandatario ha delegado la función de mediar para alcanzar esos pactos.

Por su parte, el Gobierno marroquí confirmó que establecerá relaciones diplomáticas con Israel “lo antes posible” y la apertura de vuelos directos entre ambos países. Los lazos se materializarán en “la reapertura de las oficinas de enlace en los dos países”, como las que existieron hasta 2002, lo que da a entender que no tendrán rango de embajadas, y serán oficinas con un cometido principalmente económico. Estas medidas, constituyen un gran viraje en la política marroquí y un logro inédito en sus apoyos internacionales sobre la cuestión del Sáhara, dado que la política exterior es uno de los dominios exclusivos del monarca.

Mientras, la ONU defendió que la solución al conflicto debe basarse en las resoluciones del Consejo de Seguridad y aseguró que su postura no cambia en absoluto con el reconocimiento de la soberanía marroquí en el territorio por parte EEUU.

Desde Ramala, la ministra de Asuntos Exteriores de España, Arancha González Laya, que está de visita en Israel y Palestina, instó a respetar las resoluciones de la ONU sobre el Sáhara Occidental. Tras dar la bienvenida a la normalización de lazos entre Marruecos e Israel, Laya recordó que “queda por resolver la paz entre israelíes y palestinos y queda por resolver la cuestión del Sáhara Occidental, y en ambos casos la posición de España es muy clara: respeto a las resoluciones de Naciones Unidas para buscar una vía de resolución también a esas dos cuestiones”.

Por su parte, la Unión Europea señaló que el estatus del Sáhara Occidental no está determinado y debe negociarse en un proceso liderado por Naciones Unidas. Así, la UE también respaldó las resoluciones de la ONU que establecen que el Sáhara Occidental es un territorio no autónomo. El bloque europeo apoya un proceso para un acuerdo pactado o incluso un referéndum que, sin embargo, no termina de llegar.

La diplomacia europea recordó que continúa pidiendo a las partes involucradas en el conflicto que trabajen para una solución y que sigue existiendo el compromiso el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, de relanzar el proceso político en el Sáhara Occidental.