- La ultraderecha que apoya al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, sufrió un duro varapalo en las elecciones municipales del domingo, que le obligará a replantear estrategias y alianzas de cara a las presidenciales de 2022, que apuntan a un fortalecimiento del centro.

En la primera reválida en las urnas desde que Bolsonaro fue elegido en 2018, la gran mayoría de los candidatos a alcaldes respaldados directa o indirectamente por este se han estrellado en los comicios celebrados en 5.569 ciudades. El jefe de Estado, de 65 años y que pretende optar a la reelección en 2022, hizo campaña directa a favor de al menos trece candidatos. Nueve fracasaron, dos consiguieron pasar a la segunda vuelta prevista para el 29 de noviembre y solo dos fueron elegidos en municipios de nula proyección nacional.

También respaldó a un puñado de aspirantes a concejales, de los que solo una minoría salieron victoriosos, entre ellos su hijo Carlos, en Río de Janeiro, aunque por el camino se dejó 36.000 votos y ya no fue el edil más votado, como en 2016.

En Sao Paulo, el mayor colegio electoral del país con casi nueve millones de votantes, el conservador Celso Russomanno, apoyado por Bolsonaro, quedó en cuarto lugar con un 10,50% de los votos.

En Belo Horizonte, la sexta ciudad más poblada del país, la debacle fue mayor. El centrista Alexandre Kalil, muy crítico con el negacionismo del mandatario durante la pandemia del coronavirus, fue reelegido en la primera vuelta (63,3%) por delante del bolsonarista Bruno Engler (9,95%).

El mapa político tras las municipales dista de la polarización vista en las presidenciales de 2018, cuando se enfrentaron la ultraderecha de Bolsonaro y el Partido de los Trabajadores que lidera el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, mayor antagonista político del gobernante.