pesar del notable crecimiento en la población de votantes no blancos, estos últimos constituyen el 67% del electorado. Sin embargo, este grupo presenta la tasa de crecimiento más baja entre 2000 y 2018, lo que ha provocado una reducción de diez puntos en su peso específico. A pesar de ello, la mayoría de los votantes son blancos en 47 de los 50 estados de la Unión. Las excepciones son California, Nuevo México y Hawái, donde la minoría blanca representan el 45%, 43% y 25% del electorado respectivamente.

Tal como asegura María Teresa Kumar, presidenta de Voto Latino, un 13,3% de los ciudadanos que han registrado su voto son de origen hispano, un 50% más con respecto a 2000. Esto convierte a este grupo en la minoría más numerosa de la república y en un factor decisivo en el desenlace de las elecciones, a pesar de que solo la mitad de los 60 millones de hispanos están registrados para votar (unos 18 millones son menores y otros once millones no poseen la ciudadanía). Es, además, la minoría que más rápidamente está creciendo, que ha pasado de escasos ocho millones de ciudadanos en 1988 a 32 millones en 2020. Sólo ellos representaron el 39% del aumento general de la población votante.

Tal como señala David S. Berstein para Político, cuando en enero de este año Trump tuiteó que había alcanzado el 50% del apoyo del voto latino, la mayoría reaccionamos con escepticismo. No sorprendió: mentía como siempre miente, con determinación. Trump es a los ojos del electorado hispano la persona que hace referencia a los inmigrantes chicanos como “bandas de criminales”, “violadores” y “lo peor del país”, quien administra la separación de los niños refugiados de sus familias y quien está construyendo el muro bajo la amenaza de pasarle la factura a la república mexicana. La aberrante política migratoria y el discurso denigratorio con respecto a la minoría hispana de la administración Trump ha volcado este voto al Partido Demócrata. Bajo el lema “Arriba tío Bernie”, una mayoría de los votantes chicanos más jóvenes apoyaron la candidatura de Sanders en las primarias. En Nevada su apoyo llegó al 65% del voto latino.

No obstante, no es un grupo monolítico ni está diseminado de manera uniforme a lo largo del país. Dos tercios de los votantes latinos viven en cinco estados, California (donde vive el 25% del electorado hispano del país), Texas, Florida, Nueva York y Arizona. La encuesta sobre el voto latino de 2018 del Pew Research Center encontró que los votantes de ascendencia puertorriqueña y mexicana tenían más probabilidades que los de ascendencia cubana o nicaragüense de identificarse como demócratas. 65% de los puertorriqueños y el 59% de los mexicanos son demócratas según las encuestas. Es incuestionable que aproximadamente un 60% de la comunidad hispana se decanta por el voto azul pero no es menos cierto que en 2016 el Partido Demócrata contó con un 66% del voto latino. El apoyo a Biden del voto latino femenino es muy superior al de los hombres.

El hecho de que casi el 20% de los mexicanos nacidos en Estados Unidos vivan por debajo del umbral de pobreza explica su voto azul, pero ciertamente es difícil entender la resiliencia del voto hispano a Trump que se mantiene en torno a un 30%.

Dentro del grupo hispano, la comunidad de origen mexicano es mayoritaria (un 62% del total) y constituye la minoría predominante en los estados que lindan con México. El 29% de ciudadanos hispanos de California -un total de 7,9 millones- y el 42% del electorado de origen hispano de Nuevo México explican en parte el militante apoyo de estos estados al asno azul. Pero el apoyo del voto latino -y fundamentalmente chicano- a Biden está resultando crítico en tres estados decisivos, Texas, Arizona y Florida donde los latinos representan aproximadamente el 30%, 24% y 20% del voto respectivamente. Texas, un estado tradicionalmente republicano, tiene 5,6 millones de votantes hispanos, la mayor parte de los cuales son demócratas. Si bien los tejanos no han votado mayoritariamente por un presidente demócrata desde 1976, el 47% de ellos se decantan por Biden frente a un incomprensible 38% de Pro-Trumps. La consecuencia de todo esto es que el elefante rojo lidera la pugna por el estado de la estrella solitaria tan sólo por 1,4 puntos, un mínimo histórico. En Arizona, Biden lidera las encuestas en 3,8 puntos debido sobretodo al voto femenino y al apoyo del voto hispano, un 69% del cual es demócrata. Estos dos grupos han pintado este estado color púrpura de azul. Biden se puede convertir en el primer demócrata en ganar el estado del Gran Cañón en tres décadas.

El caso de Florida es más complejo. De los 60 millones de hispanos 2,3 millones son de origen cubano. 1,3 millones nacieron en Cuba y el resto son nacidos en EEUU. Más de 1,2 millones viven en la Florida. El 20% de los votantes de este estado -3,1 millones- eran de origen hispano en 2018, casi el doble que en 2000. Si bien el voto cubano representa tan sólo el 6% del electorado, menos de un tercio del voto latino del estado, la importancia de esta minoría radica en que Florida posee 29 electores y es un estado electoralmente voluble (swing state), lo cual lo ha convertido en el teatro de operaciones de una de las batallas electorales más decisivas de estas elecciones (un battleground state). Desde 1924, todos los candidatos republicanos que ha ganado en Florida han ganado las presidenciales. Esto explica que ambos partidos hayan gastado una fortuna en anuncios televisivos en castellano para las televisiones locales, un total de 4,5 millones de dólares el Partido Demócrata y 3,7 millones el Partido Republicano.

Tal como detalla Abel González Santamaría para Cubadebate, las políticas de acercamiento con Cuba de la administración Obama a partir de 2012 atrajeron a cerca del 50% del voto de la comunidad cubana en EEUU. Pero esta se halla dividida, los cubanos que emigraron antes de 1980, en los tiempos del puente marítimo del Mariel, son en su mayoría simpatizantes republicanos. No obstante, aquellos que llegaron tras los acuerdos migratorios firmados durante el gobierno de Clinton en 1995 y los inmigrantes que se asentaron a partir de 2013 son fundamentalmente demócratas. Pero, una encuesta de NBC News muestra que Trump aventaja a Biden 50% vs 46% entre los votantes hispanos de Florida y esto se debe fundamentalmente al voto cubano que se identifica en un 57% con el Partido Republicano frente a un 37% que se decanta por el Partido Demócrata. A pesar de ello, Biden se ha hecho con el voto de la tercera edad, que ha castigado a Trump por su política con respecto al COVID-19, lo cual le da una ventaja según los sondeos de 3,9 puntos con respecto a Trump en Florida.

La minoría hispana es uno de los grupos que más ha sufrido los excesos de la política migratoria de la administración Trump. Afectada tres veces más por el desempleo que otros grupos de población, las consecuencias de la falta de trabajo alcanzan casi al 50% de las familias de origen latino. Es asimismo un grupo desproporcionadamente perjudicado por el COVID-19. Es asimismo un grupo que apoya mayoritariamente las reivindicaciones del movimiento Black Live Matters ya que, junto a la población afroamericana, registra los más elevados índices de casos de brutalidad policial y las mayores proporciones de población reclusa. Como dijo César Chavez, no existe un sistema político perfecto, pero sí podemos alcanzar una participación ciudadana perfecta. Voto Latino tiene razones de peso para movilizarse y ayudar a pintar la Casa Blanca de azul.