Costa Rica entró ayer en su segunda semana de protestas de grupos sociales y sindicales que exigen al presidente, Carlos Alvarado, que se comprometa a no impulsar acuerdos con el Fondo Monetario Internacional, como uno de los requisitos para iniciar un diálogo. El Gobierno pretende acudir al FMI para conseguir 1.750 millones de dólares (unos 1.485 millones de euros) y subir impuestos. Ayer estaba previsto bloqueos de carreteras, protestas y una manifestación de sindicatos en la capital. En la imagen, la marcha del lunes.