El consumo de tabaco en Gipuzkoa ha experimentado este año un llamativo crecimiento de un 25% con respecto a los cuatro primeros meses de 2021. A pesar del cerco al cigarrillo, con una subida generalizada de precios y medidas cada vez más restrictivas, el volumen de negocio en este tiempo asciende en el territorio a 88,6 millones, muy por encima de los 69 millones registrados el año pasado, lo que tiene su traducción en el número de cajetillas vendidas: casi 15,5 millones de unidades, tres más que el año pasado.

Las cifras aportadas por el Ministerio de Hacienda y Función Pública se corresponden con el mayor volumen de negocio que dicen registrar los establecimientos consultados por este periódico. En el estanco 31 de agosto, en la Parte Vieja donostiarra, detectan estos días incluso "un comportamiento un tanto ansioso" de un sector de la clientela, principalmente francés, que demanda "puros en grandes cantidades" ante la subida de precios inminente.

"El mundo habanos está cambiando. Se prevé un fuerte incremento y hay tanta demanda que incluso nos estamos viendo obligados a limitar el número de unidades que nos piden", asegura Inaxio Vadillo, al frente de este este negocio de privilegiada ubicación en Donostia. "Sinceramente, vendemos cada día más".

Asegura el comerciante que cuentan con una clientela fiel que solo mermó durante los momentos más duros de la pandemia, lo que obligó a la empresa a acogerse a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que dejó a Vadillo solo al frente del negocio. Nada que ver con el trasiego actual. MÁS TABACO DE LIAR

Recuperado el bache, el sector no deja de mostrar signos de recuperación "y actualmente ese crecimiento ronda el 15% respecto al año pasado", según calcula este establecimiento. El volumen de negocio también aumenta en el conjunto de Euskadi. Durante este año se han expedido en los estancos más de 35,5 millones de cajetillas -35.543.043-. Son casi tres millones más, según los datos del Ministerio de Hacienda y Función Pública.

El aumento es todavía más llamativo si se toma como referencia el tabaco de liar y el de pipa. En el primer caso, son casi 14.000 kilos más vendidos con respecto al año pasado. En el segundo, 2.446 más. Cifras que contrastan con el espacio totalmente despejado de humos que era este lunes la Parte Vieja de Donostia.

Apenas sí se veían a clientes fumando junto a los establecimientos, aunque los camareros advertían de que se trata de una imagen engañosa. El consumo, aseguran, se sigue disparando durante el ocio. "Aquí las terrazas se ponen hasta arriba. Son muchos los jóvenes y adolescentes que fuman. Me crié en Rusia y creía que allí había mucho consumo pero aquí el consumo de tabaco es todavía más elevado", asegura Tapesh, un camarero de 19 años de Tayikistán, en el Asia Central, que trabaja en el bar Anbrosio de la plaza de la Constitución. Nada que ver, en todo caso, con el consumo de este tiempo atrás.

LEY 'ANTITABACO': UNA DÉCADA DESPUÉS

Ha transcurrido más de una década -2 de enero de 2011- desde que entró en vigor la Ley antitabaco, que colocó al Estado en la órbita de los países de la Unión Europea más restricctivos con el humo de los cigarrillos y que despejó de humos los centros de trabajo y el interior de bares y restaurantes.

Una imagen insólita en otro tiempo, cuyo objetivo es acabar con la primera causa de muerte evitable en el mundo y una de las mayores amenazas para la salud poblacional, ya que disminuye tanto la esperanza como la calidad de vida.

Este martes se celebra el Día Mundial sin Tabaco y el departamento de Salud se ha sumado a la celebración con la creación de la Red de Espacios Libres de Humo en Euskadi, una iniciativa que busca aumentar los entornos que promuevan hábitos de vida saludables y proteger el medio ambiente de la contaminación de humos y colillas.

Euskadi contará este año con 144 de espacios libres de humo como, por ejemplo, playas, entornos escolares, parques infantiles, plazas o entornos deportivos. La cifra, según informa el Gobierno Vasco, irá aumentando progresivamente, a medida que distintos municipios o mancomunidades se vayan sumando a la red.

TERRAZAS: ÚLTIMO REDUCTO

Las terrazas son prácticamente uno de los últimos reductos en los que encenderse el pitillo, y una parte significativa de la sociedad es partidaria de acabar también con él. Así se desprende de la Encuesta de la Semana Sin Humo, la principal convocatoria en el Estado dirigida a incentivar el abandono del consumo de tabaco, que organiza la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria, cuyos resultados se acaban de publicar.

Según este estudio, el 72% de la población se muestra a favor de prohibir el consumo de tabaco en las terrazas. Un análisis pormenorizado de los espacios con mayor sensación de exposición de humo para los encuestados revela que son, precisamente, terrazas de bares y restaurantes las que encabezan el ránking. "Son lugares donde se realiza gran parte de la actividad social, y los fumadores que quieren dejar de fumar los perciben como situaciones de alto riesgo de fracaso en sus intento de abandono", apunta Susana Morena, del Grupo de Abordaje al Tabaquismo, de la federación de Sociedades de Medicina de Familia y Comunitaria.

INÉS ESNAL, FUMADORA: "HAY GENTE QUE TE MIRA MAL"

Inés Esnal lleva 40 años fumando, como hacía este lunes en la terrazada de un establecimiento de la Plaza de la Constitución de Donostia. "Hay gente que te mira mal, claro que se percibe rechazo según van pasando los años". Y dice que más aún durante la pandemia. "Con la norma de los dos metros de distancia, a pesar de respectarlos, se veían malas caras y al final -admite- optaba por apagar el cigarrillo y marcharme por no entrar en polémicas".

Asegura que ha intentado dejar de fumar en más de una ocasión. Así lo hizo por prescripción médica con Champix, uno de los medicamentos más utilizados para dejar de fumar que fue retirado del mercado tras la detección en las pastillas de nitrosaminas, unos compuestos potencialmente cancerígenos. Aquel anuncio le dejó de forma indefinida -a ella y a los sistemas sanitarios- de una de sus mejores armas para reducir el consumo de tabaco, una adicción que dispara hasta en 30 veces el riesgo de padecer cáncer de pulmón y multiplica la incidencia de muchas otras dolencias respiratorias y cardiovasculares.

Según datos del Departamento de Salud, en 2021, un total de 4.929 personas iniciaron un tratamiento para dejar el tabaco de la mano de Osakidetza; el 58% tenían entre 45 y 64 años. Teniendo como referencia los datos de 2019, en que el que iniciaron el tratamiento 2.059 personas, el incremento respecto a los datos del 2021 sería de un 139%.

Osakidetza dispone de diferentes canales para ayudar a dejar de fumar. El tratamiento grupal online, así como el tratamiento combinado a través de APP, son las herramientas cuyo uso más está aumentando. Esnal confiesa que en breve volverá a intentarlo de nuevo. "Primero, por mi salud, y también por mi hijo, que odia que fume", reconoce la mujer.