Nueve días después del diluvio y las inundaciones del pasado viernes, Gipuzkoa luce cielos despejados y heladas nocturnas que dibujan un escenario bien distinto al vivido el pasado día 10, cuando las intensas y persistentes lluvias provocaron en el territorio inundaciones que no se veían desde hace diez años, convirtiendo el barrio Garagartza de Mendaro en el epicentro del desastre, completamente aislado del mundo por el desbordamiento del río Kilimon, afluente del Deba, que rompió sus costuras en Bergara, Elgoibar y Mendaro.

  • Lea más: Inundaciones: el temporal provoca el caos

En 2011 el foco estuvo en el barrio donostiarra de Martutene, en el que posteriormente se han realizado numerosas actuaciones para evitar desbordamientos del Urumea. De forma efectiva al parecer. Imágenes muy parecidas en nuestras retinas y daños semejantes para un territorio en trauma entonces y ahora. Diez años de separación entre una estampa y la otra, los que van desde el 6 de noviembre de 2011 al 10 de diciembre de 2021.

Sin embargo, las causas de uno y otro episodio son diferentes. Los datos no engañan. El día de las inundaciones del pasado día 10 llovió un 40% menos de media en Gipuzkoa que en las inundaciones de noviembre de 2011, cuando se registraron cifras de récords en cuanto a precipitaciones en un solo día. Entonces se registraron cifras prácticamente inalcanzables, irreales: un torrente caído del cielo que precipitó el desastre. Baldes y baldes de agua que no pudieron canalizar nuestros cortos y veloces ríos.

La cuenca del Deba recogió de media 81 litros por metro cuadrado el pasado viernes día 10, mientras que el 6 de noviembre de 2011, hace diez años, cayeron de media 119 litros por metro cuadrado en la misma zona. En la cuenca del Urola 77 litros por metro cuadrado esta vez, frente a los 156 de entonces y así en todas las demás: Oria (84 ahora y 140 en 2011), Urumea (123 frente a 182) y Oiartzun (109 frente a 155).

Y en el caso de Artikutza, el punto más lluvioso de todo el Estado, las cifras son aún más escandalosas: se han registrado en esta ocasión 183,4 litros, la mayor cantidad en todo Gipuzkoa, mientras que aquel 6 de noviembre de 2011 cayeron en solo 24 horas 313 litros. Tómese como referencia que Artikutza ha recogido en toda la semana pasada 388 litros por metro cuadrado.

Pero, ¿por qué se han desbordado los ríos en esta ocasión, si ha llovido mucho menos el día de la riada y en la última década se han venido llevando a cabo actuaciones de mejora y prevención antes estas situaciones?

La clave, aseguran fuentes del Departamento de Medio Ambiente y Obras Hidráulicas de la Diputación de Gipuzkoa, es la saturación del terreno debido a las lluvias sufridas durante 21 días ininterrumpidos: desde el 21 de noviembre hasta el 11 de diciembre de 2021 ambos incluidos, cayeron, por ejemplo, 812 litros por metro cuadrado en Artikutza, más de 650 en Añarbe, unos 625 en Arditurri y 350 en Igeldo, Donostia. Cantidades de agua enormes. Como un martillo pilón golpeando de forma incansable durante días. Sin descanso. Derribo por acumulación.

"Esto se debe principalmente porque veníamos de una temporada muy lluviosa, y por consecuencia los pantanos estaban en buenos niveles de llenado, y además la tierra estaba ya saturada", insisten fuentes del Departamento de Medio Ambiente e Infraestructuras Hidráulicas de la Diputación de Gipuzkoa.

Por otra parte, desde el ente foral explican que "hay que destacar la manera tan diferente que ha llovido a lo largo del territorio, y además, de manera irregular". En lo que se refiere a los datos pluviométricos, si hemos dicho que la estación que mayor pluviometría ha registrado es la situada en Eskas (Artikutza), registrando un máximo de acumulado en 24 horas de 183,4 litros por metro cuadrado, en el extremo opuesto se sitúa la estación de Lastur, en Deba, con 51 litros por metro cuadrado de máximo acumulado en 24 horas y 151 litros por metro cuadrado acumulados en toda la semana.

pendientes del cambio climático

Por otra parte -insisten las mismas fuentes-, "también hay que señalar que el riesgo futuro podrá aumentar no solo por el propio cambio climático, sino también por los efectos derivados de cambios de usos del suelo, de la cobertura vegetal, del aumento de la vulnerabilidad u otros impactos locales que pueden generar cambios en la hidrología, y evidentemente también el cambio climático puede producir situaciones de aumento".

De los impactos que ha tenido esta última crecida, se pueden destacar, por ejemplo, hasta cuatro puntos de alerta roja en nuestros ríos: en Lasarte, la cresta de la crecida del Oria se situó con 4,72 metros, a casi un metro del nivel máximo registrado el 6 de noviembre de 2011, que fue de 5,50 metros. También el Oria en Alegia alcanzó el nivel rojo de alerta con los 3,76 metros a las 8.00 de la mañana y en la cuenca del Deba se alcanzó el nivel de alerta máxima en Altzola (Elgoibar) y Oñati, con sendos récords históricos de caudal y datos inquietantes de cara al futuro.

Se alcanzaron nuevos récords de caudal en los ríos Deba y Oria. San Prudentzio (Oñati), Altzola (Elgoibar) y Aitzu (Zumarraga) registraron máximos históricos de nivel. San Prudentzio (entre Bergara y Oñati), en la cuenca del Deba, alcanzó 2,50 metros, el nivel máximo histórico, sin llegar al nivel de alerta roja (se quedó en naranja) y el caudal llegó al nivel de retorno de 10 años, con 94 metros cúbicos por segundo.

El periodo de retorno, aseguran fuentes de la Diputación, "es un estimativo de la probabilidad de que vuelva a ocurrir el mismo evento en un periodo determinado. El caudal se calcula a partir de la curva de gastos que se realiza basándose en los niveles de los ríos. Es un trabajo que se hace desde la dirección de Obras Hidráulicas, y las crecidas de este mes han servido para actualizar y completar las curvas", añaden.

580.000 litros por segundo

Altzola, en Elgoibar, también en la cuenca del Deba, alcanzó el máximo histórico de 5,73 metros de altura, superando el nivel del 6 de noviembre de 2011 (4,77 m,) y alcanzando también el periodo de retorno de 10 años con un caudal de 580 metros cúbicos por segundo, 580.000 litros, a las 7.00 horas del 10 de diciembre.

En San Prudentzio, Oñati, el Deba alcanzó la cresta de la crecida con un nivel de 2,50 metros de altura a las 5.30 horas, por encima del máximo histórico que fue de 2,26 metros el 31 de enero de 2015. Y la estación de aforo de Aitzu, en Zumarraga, en la cuenca del Urola, también registró un máximo histórico de 1,82 metros, siendo nivel de alerta naranja. Su periodo de retorno se sitúa en 10 años con un caudal de 90 metros cúbicos por segundo. El embalse de Urkulu también ha alcanzado el periodo de retorno de 10 años con un caudal de 8 metros cúbicos por segundo.