- La desescalada, que comenzará el 27 de abril con medidas como dejar salir a los niños -aún no se sabe cuánto tiempo y en qué condiciones-, no se llevará a cabo "en bloque" en toda Euskadi, tal y como indicó ayer la consejera de Salud del Gobierno Vasco, Nekane Murga.
"Desde el principio de la pandemia hemos contemplado diferentes escenarios dentro de Euskadi, con medidas diferentes por ejemplo en Vitoria, Álava o algún otro municipio, y consideramos que esa es la manera de trabajar", explicó en la Cadena SerNekane Murga, que destacó que la desescalada debe ser "principalmente segura, con medidas de prevención en los centros de trabajo, minimizando riesgos, pero también avanzando en la reducción de las consecuencias que tiene para la salud el hecho de que las personas estén tanto tiempo en casa".
Sobre la salida de los niños a partir del próximo lunes, la consejera de Salud dijo que dichas salidas deben ser "supervisadas", además de promover el ejercicio físico y contar con un "riguroso" control de los síntomas por parte de la familia. Más "compleja" será la salida de casa de personas mayores, situación que aún no está contemplada por el Gobierno Vasco, ya que son un colectivo con mayor riesgo. Eso sí, aclaro que también se deben tener en cuenta la consecuencias psicológicas del confinamiento, así como la falta de ejercicio físico y de acompañamiento que sufre este colectivo.
Sobre esa salida de los niños habló también ayer Mikel Sánchez, director de Planificación Sanitaria del Gobierno Vasco: "Es una medida que el lehendakari ya puso sobre la mesa la semana pasada. Es positiva, pero siempre combinando el beneficio que va a producir esta situación en los niños, porque hablamos de población especialmente vulnerable y que lleva confinada mucho tiempo, con las garantías de hacerlo de una manera que no suponga un riesgo en la salud de los niños y los demás".
En pleno debate sobre cómo debe ejecutarse esta salida de los niños o incluso sobre la posibilidad de hacer deporte y abrir pequeños comercios, los últimos datos sobre la incidencia del COVID-19 en Euskadi resultan alentadores, ya que el domingo apenas se registraron 59 nuevos positivos en la CAV, la cifra más baja desde el pasado 6 de marzo, cuando aún no se había decretado el confinamiento de la población. En Gipuzkoa se registraron 14 casos nuevos, lo que eleva la cifra total a 2.342 afectados desde el inicio de la pandemia. En Euskadi hay 12.628 contagiados.
También se mantiene la tendencia a la baja en el número de hospitalizados. Según la última actualización de datos, hay 974 ingresados por coronavirus en los hospitales de Euskadi, 25 menos que ayer. De ellos, los ingresados en cuidados intensivos son 141, número que sigue bajando día tras día. En Gipuzkoa, los hospitalizados son 209 -12 menos que el anterior recuento- y el Hospital Donostia tiene 26 ingresados en la UCI, cifra que ha llegado a ser de prácticamente el doble en algunos momentos de la crisis sanitaria. De ahí que Mikel Sánchez hablara ayer de "estabilización progresiva en los hospitales vascos". Eso sí, aclaró que las consultas externas siguen atendiendo "solo casos no demorables". "No olvidamos que estamos en situación de confinamiento", añadió. En cuanto a las hospitalizaciones domiciliares, ahora mismo hay 365 en Euskadi.
La peor consecuencia del coronavirus siguen siendo los fallecimientos: 19 durante la jornada del domingo para un total de 1.081 personas muertas debido a esta enfermedad en la CAV. De los 19 fallecidos, tres sucedieron en Gipuzkoa según datos de Osakidetza, aunque la Diputación Foral de Gipuzkoa cifró en cuatro los fallecimientos en residencias de mayores. El desfase de datos responde a que cada institución cierra su balance en horas distintas. En cualquier caso, Osakidetza añade estas cifras al día siguiente. En el lado positivo, un total de 7.124 vascos han superado ya la enfermedad.
Mortalidad en la CAV. En apenas 25 días, entre el 22 de marzo y el 16 de abril de este año, fallecieron en la CAV un total de 2.510 personas, 1.152 defunciones más que la media esperada, según se desprenden de los datos del MoMo, el sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria que gestiona el Instituto Carlos III de Madrid. Este sistema busca identificar las desviaciones de mortalidad respecto a lo que se esperaría para esas fechas. El MoMo estimaba 1.358 muertes en la CAV en ese periodo, pero la cifra se ha disparado un 84,9%. En el caso de los hombres se han registrado 659 muertes más de los previstas, y 638 en las mujeres.