donostia - Cuando las campanas de la iglesia de San Vicente, en la Parte Vieja donostiarra, sonaban para hacer saber que eran las 12.00 horas, la viuda de Gregorio Ordóñez, Ana Iribar; y su hermana, Consuelo Ordóñez, justo después de que los asistentes al acto mantuvieran un minuto de silencio, depositaban un sentido y emocionado recuerdo en forma de rosas blancas sobre la placa que el Ayuntamiento de Donostia colocó en la calle 31 de agosto en recuerdo al concejal asesinado por ETA hace 25 años.

Frente a la puerta del restaurante La Cepa, que fue escenario del trágico atentado que costó la vida a Ordóñez, queda ya como homenaje inamovible esa placa -la sexta que se ha puesto en la ciudad en recuerdo a las personas asesinadas por el terrorismo- sobre la que compañeros de partido, representantes de otras formaciones, amigos y ciudadanos donostiarras fueron depositando las rosas blancas que, previamente, había repartido personal del Consistorio donostiarra.

Hasta ese lugar llegó en comitiva, presidida por la viuda y la hermana de Gregorio Ordóñez y el alcalde de Donostia, Eneko Goia, un nutrido grupo de personas que quisieron rendirle homenaje con su presencia.

La emoción dejó de ser contenida en el momento en el que Ana Iribar y Consuelo Ordóñez se fundieron en un estrecho abrazo.

Hasta la calle 31 de Agosto acudieron ayer representantes de todas las formaciones políticas que hoy por hoy ocupan asientos en la corporación donostiarra, excepción hecha de EH Bildu. Su ausencia es debida a la petición expresa formulada en tal sentido por la familia de Ordóñez, demanda que el alcalde de Donostia, Eneko Goia, se encargó de trasladar y que los concejales de EH Bildu respetaron.

Al finalizar el acto, después de que la Banda Municipal de Txistularis interpretara el Agur Jaunak, Ana Iribar se aproximó a la zona en la que esperaban los medios de comunicación para hacerles partícipes de su emoción y agradecer el apoyo recibido en una jornada tan especial. "No es posible trasladar toda la emoción que hemos vivido hoy, toda la emoción que nos han transmitido quienes nos acompañan y la Corporación del Ayuntamiento", señaló.

Para Iribar colocar una placa en homenaje a Gregorio Ordóñez "es ponérsela a las más de 850 víctimas de ETA". "Este recuerdo para Gregorio es inolvidable y quiere decir que la gente todavía le lleva en su corazón. Es una de las cosas más emocionantes y gratificantes que hemos vivido en estos tiempos", añadió Iribar.

"Que sepa todo el mundo que aquí, en el corazón de San Sebastián, todavía se le recuerda y se le echa mucho de menos", concluyó.

Consuelo Ordóñez lanzó "un llamamiento a las familias de quienes han sido asesinados por ETA" en Donostia para "inundar" la ciudad de placas de recuerdo "a las víctimas en los lugares en las que fueron asesinadas" y aprovechó para invitarles a que hagan pública su voluntad expresa de que "sus familiares tengan sus placas".

"La labor del relato es importantísima", añadió la hermana de Gregorio Ordóñez. "Nos arrebataron sus vidas, nos los arrebataron físicamente, pero jamás podrán borrarlos de nuestras memorias", apostilló Consuelo Ordóñez.

En palabras del alcalde de Donostia, Eneko Goia, que ha estado en todo momento acompañando a la familia de Ordóñez en los actos de homenaje, "estos días, esta semana, está trayéndonos a la memoria lo que sucedió en esta ciudad hace 25 años, cuando fue asesinado uno de sus representantes".

un camino a seguir "Esto sirve para actualizar aquello, traerlo al día de hoy y, en cierto modo, quitarnos una espina como ciudad", subrayó el alcalde de Donostia, que reconoció que el acto de ayer fue "especialmente emotivo". "Creo que hacía falta realizar esta catarsis como ciudad. Este es el camino y por este camino tenemos que seguir avanzando", declaró Goia.

En el homenaje de ayer participaron, entre otras muchas personas, el presidente del PP vasco, Alfonso Alonso; la presidenta del Parlamento Vasco, Bakartxo Tejeria; el presidente de las Juntas Generales de Gipuzkoa, Xabier Ezeizabarrena y el delegado del Gobierno en Euskadi, Jesús Loza.

El homenaje dio comienzo en torno a las 10.00 horas en el cementerio de Polloe, donde amigos y familiares de Ordóñez escucharon un responso. Allí estuvieron la que fue presidenta del PP en Euskadi, María San Gil, y el líder de Vox, Santiago Abascal, quienes posteriormente no acudieron a la calle 31 de Agosto.

Tras abandonar Polloe el alcalde, Eneko Goia, hizo entrega la familia y sus allegados de una réplica de la placa instalada frente a La Cepa, en un acto que estuvo cerrado al público y los medios de comunicación.