donostia - El montañero donostiarra Josu González Gete, de 34 años, falleció ayer al precipitarse al vacío en el pico Curavacas, de 2.520 metros, en el término municipal de Triollo (Palencia). Josu González, que se encontraba acompañado de un amigo, cayó al resbalar en el hielo en una zona conocida como Callejo Grande, uno de los numerosos corredores que hay en este pico, el más elevado de la Montaña Palentina.

El accidente se produjo sobre las 11.00 horas, cuando los dos montañeros descendían del Curavacas después de haber hecho cima. Josu González, ertzaina de profesión, patinó y cayó unos 300 metros. El montañero intentó parar la caída con su piolet, una maniobra muy común entre alpinistas con experiencia en hielo y nieve, pero su intento fue baldío.

Su compañero avisó al 112 de Castilla y León, que no pudo movilizar un helicóptero por falta de visibilidad por la niebla, según explicaron fuentes de la Subdelegación del Gobierno en Palencia. Un equipo del 112 de Cantabria que se encontraba realizando prácticas en una zona cercana al accidente fue la que se desplazó a la ladera del Curavacas. Según informaron los servicios de emergencias del Gobierno cántabro en un comunicado, el aviso se recibió a las 11.45 horas y el helicóptero tardó diez minutos en llegar a la zona.

En primer lugar fue rescatado el compañero del fallecido, que se encontraba en estado de shock, y después se inició la búsqueda de Josu González.

Una vez localizado en una zona nevada de fuerte pendiente, miembros del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil intentaron recuperar el cadáver, sin conseguirlo al estar el cuerpo en un lugar de difícil acceso.

Finalmente, el equipo del helicóptero del Gobierno de Cantabria recuperó el cuerpo sin vida de Josu González, que fue trasladado a Triollo y, posteriormente, al tanatorio de Cervera de Pisuerga, donde estaba previsto que se le practicara la autopsia.

Familiares del fallecido se trasladaron a la localidad palentina para iniciar los trámites y trasladar su cuerpo hasta Donostia.

El pico Curavacas es, junto a Espigüete y Peña Prieta, uno de los más frecuentados de la Montaña Palentina, una zona situada al norte de la provincia y que vive a la sombra de los célebres Picos de Europa. No tiene la fama de esta cordillera, a pesar de que una veintena de sus montes superan los 2.000 metros. Buena parte de su atractivo se debe a que su ascenso no requiere una larga aproximación.

"El Curavacas, en verano, por su ruta normal es una pedrera", explica un montañero guipuzcoano que frecuenta la Montaña Palentina. "En invierno, sin embargo, es una zona muy venteada. Es alpinismo de verdad, con cuerdas, arnés, piolet y todo lo necesario. Una montaña seria", añade este alpinista, que compara la zona en la que perdió la vida Josu González con la escupidera del Monte Perdido, en el Pirineo, un paso con una fuerte inclinación que se ha cobrado numerosas vidas.

En el caso de la Montaña Palentina, el año más trágico se vivió en 2010, cuando murieron dos alpinistas en el Espigüete y tres en el Curavacas. Precisamente, dos de estos últimos fallecidos eran los hermanos Juan José y Daniel Rodrigo Prieto, de 35 y 26 años, naturales de Bilbao, que murieron el 27 de enero al ser arrastrados por un alud de hielo que les provocó traumatismos en la pierna y en la cabeza, aunque la causa de la muerte fue por hipotermia por las bajas temperaturas.