Siete personas fueron trasladas ayer al Hospital Donostia, dos de ellas en estado grave, tras inhalar monóxido de carbono emitido, al parecer, por la mala combustión de una caldera de gas. Los técnicos revisaron las instalaciones de la vivienda unifamiliar del paseo Oriamendi de Donostia donde ocurrieron los hechos. Las deficiencias del mantenimiento junto a la falta de ventilación adecuada suelen ser los motivos principales de este tipo de incidentes, por lo que se ha abierto una investigación para confirmar este extremo. El gas afectó a un total de nueve personas, dos de las cuales continuaban a media tarde con síntomas como "mareos, náuseas y vómitos", según fuentes municipales.
Los hechos ocurrieron en torno a las 10.15 horas de la mañana en los números 134 y 139 del paseo Oriamendi, junto a la sede de Tecnalia en Miramón. Bomberos de Donostia informaron de que una de las mujeres que trabaja como empleada de hogar en una de las villas adosadas dio la voz de alerta a los servicios de emergencia. Se encontró ante un escenario que no imaginaba. "Al parecer, ha visto a varias personas inconscientes y a otras vomitando", precisó Javier Pujol, suboficial del cuerpo de Bomberos desplazado hasta el lugar de los hechos.
Presentaban síntomas de intoxicación en diverso grado, y el motivo no tardó en ser esclarecido. Los bomberos realizaron mediciones y comprobaron que el escape tuvo lugar por una mala combustión de la caldera del número 134, donde residen cinco de los vecinos intoxicados. Tanto en esta vivienda como en la colindante (donde los sanitarios atendieron a dos personas) se midió una elevada acumulación de monóxido de carbono. En suma, siete personas fueron trasladas al Hospital Universitario Donostia, dos de ellas graves, aunque todas conscientes, precisaron fuentes municipales.
En el paseo Oriamendi todavía olía a gas a media mañana. La inhalación de esta sustancia química es especialmente peligrosa para las personas que duermen ya que es un gas "sin color ni olor", pudiendo llegar a ser por ello letal. "Es una intoxicación compleja porque no desaparece inmediatamente. Cuando hay una cantidad excesiva de monóxido de carbono en el aire que respiras, el cuerpo reemplaza el oxígeno en los glóbulos rojos por este gas, lo que evita que el oxígeno llegue a los tejidos y órganos", explicaba ayer a este periódico Imanol Andonegi, jefe del servicio de Bomberos de Donostia.
La inhalación de vapores producidos por la combustión puede generar un daño cerebral irreversible, o incluso la muerte, sin que el afectado llegue a percibir que existe un riesgo inminente. Las viviendas del paseo Oriamendi están separadas pero, al parecer, comparten el mismo conducto de chimenea, lo que explicaría que el gas se haya podido propagar afectando a los habitantes de ambas casas.
Andonegi indicó que cada año registran una o dos intervenciones por este motivo. Los profesionales del cuerpo desplazados ayer procedieron a ventilar durante la mañana los dos edificios.
Al paseo de Oriamendi se desplazaron también dotaciones de la Er-tzaintza, Policía Municipal, sanitarios y técnicos de la empresa de gas que analizaron las causas de la intoxicación.
revisión y mantenimiento Según constató el Gobierno Vasco, la mayor parte de los accidentes por intoxicación de gas en Euskadi se debe a la falta de mantenimiento de las calderas y los calentadores. Las calderas, según la normativa que varía en función de la potencia, deben revisarse cada dos años, y las instalaciones, cada cinco, como establece el decreto aprobado en 2016 que sustituyó a la normativa anterior, que fijaba un plazo de cuatro años.
El Gobierno Vasco recuerda que los titulares de contrato de suministro "tienen el deber de realizar el control periódico dentro del año natural que corresponda", siempre a través de los cauces oficiales para evitar prácticas fraudulentas, de las que se tiene constancia.
Kontsumobide alertó hace dos semanas sobre una empresa que se dedicaba a labores de instalación y mantenimiento de calderas de gas en Gasteiz sin contar con la debida habilitación para efectuar tales trabajos y recurriendo a técnicas comerciales basadas en "avasallar" a los potenciales clientes, principalmente personas mayores.
La detección de estas prácticas fue posible gracias a la denuncia de un particular y a la colaboración entre Kontsumobide y el Departamento de Desarrollo Económico e Infraestructuras del Gobierno Vasco. La empresa operaba sin el permiso necesario, planteando "un problema de seguridad", según alertó el Ejecutivo autonómico.
En el caso investigado, un supuesto instalador se presentó en casa del denunciante y sustituyo diversas piezas de la caldera, que solo tenía 15 meses.
Para evitar este tipo de situaciones, el Instituto Vasco de Consumo- Kontsumobide recuerda que la revisión de la instalación de gas es responsabilidad del distribuidor, que ha de enviar una carta al cliente indicándole el día y hora de la revisión. Además, los técnicos que acudan al domicilio a realizar estas labores deben ir debidamente acreditados.
En el caso de que el cliente tenga cualquier duda sobre la identidad de los técnicos, puede llamar a la empresa distribuidora de gas antes de abrir la puerta del domicilio. La revisión de la caldera se realiza a instancia del propietario de la misma. En este caso, se recomienda acudir a servicios técnicos oficiales o servicios de reconocido prestigio o trayectoria.