Nada hacía prever que llegara al mundo el día 1. Su ama salía de cuentas el 22 de diciembre, así que esperaba a Iker para Nochebuena y no para Año Nuevo. Pero él quiso nacer con un título bajo el brazo: el de ser el primer niño de Euskadi de 2019.
Iker Martínez de Marañón Cantos nació en el Hospital Donostia solo ocho minutos después de las campanadas con sus 3,920 kilos de peso y sus 56 centímetros de largo. “¡Es muy grande! ¡Tiene un pie ya! ¡La ropa de cero meses no le entra!”, afirma Sara Cantos, su “orgullosa” madre, natural de Lasarte-Oria, de 35 años, que luce perfecta y posa levantada doce horas después de dar a luz. A su lado, el donostiarra Diego Martínez de Marañón, el aita de la criatura, mira y abraza “feliz” al recién nacido.
Tras un embarazo “maravilloso”, Sara ingresó en el hospital a las 5 de la mañana del día 30 al 31, por lo que nunca se le ocurrió que su hijo pudiera nacer el día 1, ya que no esperaba tener un parto tan largo. Sin embargo, las horas empezaron a pasar y cuando el reloj se aproximó a las doce de la noche, entonces fue cuando supieron “que podía ser, que estaban en el límite, porque había otra mujer en el paritorio de al lado”.
“Ha sido un sorpresón, ya teníamos ganas de verle y nos daba igual el día. Estamos muy contentos”, explica Diego. Ni él ni Sara se pudieron comer las uvas, “ni todos los que estaban allí”. “Les dimos las campanadas”, ríe esta recién estrenada madre.
Mientras su ama explica cómo vino al mundo, Iker duerme, abre un poco los ojitos, toma algo de biberón y vuelve a dormir. “El niño está muy bien, comer y dormir, a ver si sigue así en casa”, señala Sara, a lo que Diego añade: “Lo que le puede cambiar la vida por un minuto, de ser el pequeño a ser el mayor”.
Desde hace mucho tiempo tenían claro que su hijo se llamaría Iker, un nombre “vasco y corto” que, además, cambiando las letras de orden da como resultado Erik, el nombre de su sobrino. Pronto se irán a su casa a Donostia, donde por fin podrán descansar y disfrutar del pequeño, pero antes necesitan dar las gracias a todo el equipo del hospital: “Maravilloso, chapeau por ellos”.
Maddi, la primera niña A escasos metros de la habitación de Iker, Sara y Diego tampoco se esperaban que su pequeña fuera a nacer tan pronto y mucho menos que se convirtiera en la primera niña de Euskadi. Maddi Galardi González, primera hija de los oiartzuarras Itziar Galardi y Julen González, llegó al mundo en el Hospital Donostia a las 2.33 horas y pesó 2,480 kilos. Su llegada se preveía para la Tamborrada, pero decidió adelantarse y alegrar así el recién estrenado 2019 a sus aitas.
“Rompí aguas en la madrugada del 30 al 31 y subimos tranquilamente al hospital. Esperamos las doce primeras horas para ver si me ponía de parto naturalmente y empecé con contracciones pero pocas. Como ya había pasado el tiempo, me pusieron oxitocina para provocar el parto y con eso otras doce horas prácticamente”, relata Itziar con una sonrisa en la boca, pese a haber tenido “un parto más duro” del que esperaba.
La niña es “pequeñita”, pero está perfecta. Precisamente hoy tenían una ecografía para controlar su peso, pero está claro que no la van a necesitar. “Estamos muy contentos”, afirma el aita.
Iker y Maddi fueron dos de los siete niños que nacieron en la noche del 31 al 1 en el Hospital de Donostia, donde tuvieron una madrugada “toledana”, ya que no suele ser común acoger tantos alumbramientos. En Zumarraga el primer bebé del año también fue niño, Aleix, nació a las 3.10 horas y pesó 3,245 kilos, mientras que en el centro hospitalario de Alto Deba llegó más tarde, a las 4.00 horas, Gael, un bebé de 3,670 kilos. En el de Mendaro no tuvieron ningún parto.