donostia - El día 25 de diciembre, después de que Olentzero deje sus regalos bajo el árbol de Navidad, un nuevo artilugio irrumpirá en las ciudades y pueblos de Gipuzkoa. El patinete eléctrico se convertirá en el regalo estrella de estas fechas, un producto con un precio elevado, pero que está calando en la ciudadanía. La mayor parte de los ayuntamientos esperarán la evolución que tenga para regular su uso, aunque Donostia ya prepara una ordenanza que implicará sacar este vehículo de movilidad personal de las aceras.
Los establecimientos que venden patinetes eléctricos ya esperaban que la demanda del producto fuera alta de cara a las fechas navideñas, pero se han rebasado todas las expectativas. “Están siendo muy superiores a la previsión no solo nuestra, sino también de los fabricantes, por lo que su abastecimiento está siendo dificultoso”, señalan desde Eroski.
La falta de aparcamiento en las ciudades y la carestía de la gasolina pueden estar detrás del triunfo de este producto. No requiere esfuerzo físico y es cómodo para desplazarse de forma rápida, no contamina el medio ambiente y supone un ahorro para el usuario. Además, es más barato que la bicicleta eléctrica, aunque hay precios para todos los bolsillos.
No se trata de una moda, sino de una alternativa real al coche, la motocicleta o el transporte público, afirman. Los hay de todo tipo: los que alcanzan una velocidad de quince kilómetros por hora e incluso los que se ponen a más de 50 kilómetros por hora y disponen de un sillín para mayor comodidad del usuario. No es un juguete y esto hay que tenerlo claro.
“Lo preocupante es que lo están comprando como regalo para niños y con las velocidades que coge, esto no es para ellos”, afirma un trabajador de Decathlon, una cuestión en la que insisten también desde Eroski: “Es un vehículo de movilidad personal, no un juguete. No es un producto enfocado a niños”.
Así, el perfil del usuario del patinete eléctrico en la mayor parte de los casos se ajusta a una persona “adulta, si bien relativamente joven”, apuntan desde Eroski. Un hombre o una mujer de entre unos 20-25 años a unos 45, que necesite desplazarse de manera cómoda y rápida por la ciudad.
Los precios también varían mucho: desde unos 350 euros hasta los que rondan los 2.000. Por ello, hay gente a la que “le cuesta” gastarse esta cantidad de dinero. En Decathlon, por ejemplo, tienen dos modelos, uno de 400 euros y otro de 550.
En Eroski han ofertado tres diferentes, entre ellos el MI de Xiaomi, el más demandado, con un precio de 399 euros. También se puede encontrar en Media Markt, en cuya web se explica que alcanza los 25 kilómetros por hora, cuenta con un indicador LED que avisa al usuario cuando se le esté agotando la batería, es plegable y resistente, y tiene un sistema doble de frenado para evitar sustos. Este producto, en negro o en blanco, será el verdadero triunfador de las navidades.
Sacarlos de las aceras
De momento, no existe ninguna normativa que regule el uso de los patinetes eléctricos. Tan solo el Ayuntamiento de Donostia, viendo que en sus calles ya se empieza a notar la presencia de este vehículo, está redactando una ordenanza que regule por dónde pueden transitar y por dónde no.
Aunque aún no está establecido si podrán ir por los bidegorris, lo que sí está claro es que los quieren sacar de las aceras para evitar que surjan conflictos con los peatones.
El resto de consistorios está a la expectativa de la evolución de este producto en sus municipios, puesto que, de momento, su presencia es minoritaria, y también de lo que diga la Dirección General de Tráfico (DGT) al respecto. Así lo aseguran, por ejemplo, desde los ayuntamientos de Irun, Eibar, Zarautz, Azpeitia u Hondarribia.
Están “haciendo un seguimiento” de su implantación y de lo que resuelva la DGT, apuntan desde Zarautz, mientras que desde Irun están “abiertos a estudiar” el asunto cuando vean que esta práctica se empieza a instalar en la localidad. En Eibar, de momento no están barajando la posibilidad de crear una ordenanza específica, porque aún no se ha visto la necesidad, un hecho que puede cambiar después de Navidad.
“Sí es cierto que cada vez se ven más, pero aún más la bicicleta eléctrica, un fenómeno bastante creciente. Estamos viendo un poco cómo evoluciona, a la expectativa de las normativas de la DGT y a ver qué hacen las ciudades”, afirma Eneko Etxeberria, alcalde de Azpeitia. De momento, en este municipio la Policía Municipal no ha realizado ningún atestado en el que esté implicado un patinete eléctrico, por lo que “por ahora la convivencia es correcta”.
Seguridad vial
Sin embargo, a nivel estatal la situación es muy distinta, puesto que en lo que va de año se han registrado ya 273 accidentes, según datos de la Fiscalía de Seguridad Vial. Una mujer de 92 años ha sido la primera víctima mortal por un atropello de patinete eléctrico en el Estado, ocurrido en Esplugues de Llobregat (Barcelona). La anciana se golpeó la cabeza al caer al suelo y falleció días después en el hospital.
Tráfico ya ha anunciado que tomará cartas en el asunto y quiere prohibir que los patinetes eléctricos circulen por la acera. Así, pretende aprobar un real decreto para regular su uso, que en ellos solo pueda circular una persona, siempre por la calzada y a no más de 25 kilómetros por hora.
El subdirector general de Movilidad de la DGT, Jorge Ordás, aseguró recientemente que el real decreto, cuya tramitación quiere iniciar antes de que acabe el año y que podría entrar en vigor en julio, pretende proporcionar una normativa estatal de “mínimos” a los ayuntamientos con la vista puesta en “aumentar la seguridad vial”.
De esta manera, se quiere no solo regular el tráfico de este vehículo, sino también la convivencia con los vecinos, que pronto verán cómo este artilugio irrumpirá con fuerza en las ciudades y pueblos de Gipuzkoa.