donostia - María Jesús Ubera no puede creerse que dentro de cuatro años vaya a cumplir los 80. “Sí, sé que soy mayor, pero no me veo tan mayor”, asegura esta vecina de Zumaia. Nació en Zarautz hace 76 años y dedica parte de su tiempo a ayudar a otras personas que lo necesitan. Ancianos a los que hace compañía en residencias y centros de día. Ubera es una de las más de 1.100 personas que cada año dedican 190.000 horas de voluntariado dentro de Nagusilan, una asociación de carácter asistencial y sin ánimo de lucro que aboga por un envejecimiento activo. “La verdad es que hago cosas que hace unos años eran impensables a esta edad. En todos los sentidos, no solo por el voluntariado, sino por la forma de relacionarte, de salir...”, reconoce.

La pregunta descoloca de primeras; cuando se plantea de sopetón: ¿Qué es ser mayor? “Jo, pues me haces una pregunta muy difícil. Yo tengo 76 años también, pero estoy de maravilla. Me siento mejor que hace 10 años y, sin embargo, sí te diría que hay gente de mi edad que es mayor. Depende mucho de cómo estés. Yo creo que la vejez empieza cuando empiezas a encerrarte en ti mismo, en casa, y dejas de relacionarte”, responde José Luis Arburua, otro veterano de 76 años. Desde que se jubiló, hace deporte a diario en un gimnasio y asegura tener una “calidad de vida tremenda”.

Los 80 les infunden respeto. Hay quien menciona las palabras “miedo” y “muerte”, pero en los 70 se sienten frescos, activos. “Con mucha vida por delante”, admiten varios de los ocho protagonistas de esta historia.

En vísperas del Día Internacional de las Personas de Edad, que se celebra cada 1 de octubre desde 1990, María Luisa Ubera (76 años), José Luis Arburua (76), Alberto Oliveras (75), Jesús Mari Zaldua (74), Bittor Aldabe (73), Isabel Mujika (69), Josebe Illarregi (66) y Joserra Ezenarro (65) comparten con NOTICIAS DE GIPUZKOA su visión sobre el envejecimiento y la tercera edad.

Entre los ocho suman 574 años de experiencia. Una media de 72. Y aunque algunos admiten ser mayores -”lo dice el carné y los huesos”, bromea Alberto-, otros se ven dentro de lo que “podríamos llamar media edad”. Ni mencionar la palabra anciano. ¿Son los actuales 80 los 60 años de antes?

el gimnasio, a tope A las diez de la mañana, el gimnasio que el Club Atlético San Sebastián tiene en primera línea de La Concha se convierte en una pasarela de experiencia. Hablamos con tres fijos del gimnasio, Josebe Illarregi (66 años), José Luis Arburua (76) y Alberto Oliveras (75).

¿Se siente mayor? “Voy asumiendo mis limitaciones. Eso sí, me cuido. Regularmente voy al fisio para que esas pequeñas lesiones o goteras, no me pesen demasiado”, asegura Josebe Illarregi, socia de este gimnasio durante más de 20 años y asidua desde que se jubiló, hace seis.

No comparte la idea de que la sociedad arrincona a las personas mayores. “Echarle la culpa a la sociedad me parece excesivo, con todas las posibilidades que hay, sobre todo en Donostia. Hay actividades para todas las edades. De 20 años para aquí ha cambiado todo mucho. Si te gusta la cultura, el cine o el deporte, tienes 100.000 cosas para hacer. Mi ama, por ejemplo, estuvo haciendo gimnasia y otras mil historias hasta los 92 años. Quejarse es echar balones fuera”, señala esta mujer.

“Con una calidad de vida tremenda”, José Luis Arburua, donostiarra de 76 años, también hace un parón para atendernos. “Me siento más joven de lo que soy. Estoy en plena actividad. Y tengo mucho contacto social también, que es importante. Las relaciones son tan importantes como el deporte. Si no tienes relación mental, no hay nada que hacer. No te puedes encerrar”, indica.

“Venir al gimnasio es como pasar la ITV todos los días”, apostilla Alberto Oliveras, de 75 años. Ha hecho deporte toda la vida, y no se reconoce en el calificativo de anciano. “Me siento normal; de vez en cuando algún hueso cruje, pero bueno, a partir de los 20 se empieza a envejecer. Es lo que dice la ciencia”, bromea.

“cuando te ceden sitio en el bus...” En la sede de Nagusilan, en el barrio donostiarra de Benta Berri, también comparten sus reflexiones Jesús Mari Zaldua, natural de Legazpi y residente en Donostia (74 años); Joserra Ezenarro (Elgoibar, 65). Bittor Aldabe, navarro de la Sakana afincado en Hondarribia (73); María Luisa Ubera (Zumaia, 76); e Isabel Mujika (Donostia, 69).

¿Qué es ser mayor para vosotros? “No sé si habéis notado, cuando vas al autobús, entras, y alguien te cede el sitio... ¿Qué momento es ése? Entonces empiezas a pensar”, explica Zaldua, de 74 años. María Jesús Ubera va más allá: ¿Y cuando te empiezan a ayudar para subir?”.

Entienden la vejez como un proceso vital con un importante “componente psicológico” y comparten la idea de que tienen que “hacer algo” para “evitar” o retrasar el llegar a la situación en la que se encuentran muchos ancianos de Gipuzkoa a los que ellos ayudan.

Ubera dio el paso “cuando murieron mi aita, con 90 años y mi ama, con 84. Entonces vi claro que tenía que hacer algo y elegí el voluntariado. Concretamente, el acompañamiento a las personas mayores que están solas”, reconoce esta veterana.

“Antes, cuando llegabas a la jubilación, era como si ya hubieras hecho lo tuyo, y quedabas aparcado. Ahora creo que nos sentimos mayores cuando no podemos hacer cosas como el voluntariado, correr o pasear...”, apunta Zaldua.

Todos entienden la jubilación como un momento clave. “Tu campo de acción se reduce al dejar el trabajo y, en mi caso, el voluntariado en Nagusilan me ha permitido ampliarlo. Es fundamental”, apostilla Jesús Mari.

Hasta los 80 y tantos... o más Además, a través de esta organización u otrsa, existe la posibilidad de participar en decisiones que afectan a la sociedad en la que vivimos. Las personas de nuestra edad tenemos la capacidad de pensar, de reflexionar, de hacer... Eso no lo hemos perdido. ¿Por qué no podemos participar? Somos capaces de afrontar la vejez con un talante distinto del que han podido afrontar las generaciones anteriores”, insiste Zaldua.

“Si nos comparamos con nuestros aitas, vemos cómo ha cambiado todo. Ellos han muerto a los 65 o 70 años... Y yo tengo 73 y todavía tengo una esperanza de vida, según las estadísticas, que puedo llegar a los 80 y tantos. Y eso te lleva a pensar que mayor, mayor aún no eres”.

Para Aldabe, la vejez “no es tanto una cuestión del número de años, sino con qué actitud llegas a ese momento”. Especialmente a la jubilación. Yo tuve la suerte de retirarme a los 60 y llegué con unas ganas tremendas de hacer cosas. De divertirme. Y luego pensé que tenía que ayudar a otras personas”, expone.

“Yo también añadiría que hay que ir preparándose con antelación para la jubilación”, apostilla Isabel Mujika. Con los años, afirma, “tienes que asumir que llegas a donde llegas y que el tiempo va pasándote factura, pero no puede dejar que eso te anule”. Además del voluntariado, ha dado clases de aquagym, yoga, francés, ha participado en tertulias literarias... “Me organicé mi horario. Y mis viajes, ¡que no falten, mientras pueda!. Luego, hubo un momento en el que dije: Voy a pensar un poco en los demás. Sobre todo la gente mayor que está sola”.

de 65 a 100, van 35 años Las posibilidades para mantenerse activo son muchas, coinciden. “¿Dónde había un gimnasio antes?”, pregunta Ezenarro, que aún ve “lejos” la vejez. “Yo tengo una tía de 101 años. Su hermana gemela murió el año pasado con 100, mi abuela con 101 y en mi casa todos los tíos tienen 90 y pico y mi madre 92”, relata. Como coordinador de Nagusilan en Elgoibar, donde esta asociación tiene 22 voluntarios, recuerda que “tenemos una persona de 86 años que está colaborando como voluntario; no todos son de 65 años. Nosotros hacemos una reunión a la semana y es algo que cohesiona mucho y motiva a la gente.

Esperanza de vida. Las personas con más de 100 años se multiplicarán por cuatro en doce años. Y si ahora hay unas 200 personas, se calcula que en 2030 habrá unas 800. Y los mayores de 90 años pasarán de 9.300 a casi 16.000. Un aumento del 71%. La esperanza de vida, además, supera los 86 años en mujeres y los 80 en hombres.

22%

Actualmente, el 21,9% de la población guipuzcoana tiene más de 65 años, edad de referencia para la jubilación. Son 156.700 personas. Las proyecciones de población que maneja el Eustat cifran en 200.000 las personas mayores de 65 años que vivirán en Gipuzkoa en 2031. Un 27,1% de una población total de 738.700.