Getaria- Durante tres años Juan Sebastián Elcano y el resto de tripulantes de la Nao Victoria sufrieron todo tipo de incidencias climatológicas a lo largo y ancho de los cinco continentes. Las constantes trombas de agua que recibieron ayer en Getaria a los 18 marineros que representaron el histórico desembarco parecían remitir a todos esas inclemencias que tuvieron que padecer en su larga odisea.

Como es tradición cada cuatro años, Getaria recordó ayer la llegada de su ilustre marino a Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) en 1522 tras completar la primera circunnavegación del mundo. Ni las amenazantes nubes en el cielo ni el fuerte viento que hacía volar la alfombra roja colocada en el suelo y que debía dar la bienvenida a Elcano impidieron que miles de getariarras y visitantes acudieran poco antes de las 17.00 horas al puerto del municipio para ver el atraque de la única embarcación superviviente de la misión.

La Nao Victoria fue recibida a su entrada a Getaria por 21 salvas y el repicar de las campanas, mientras era acompañada por decenas de barcas pesqueras que la habían guiado durante sus últimas millas. Tras una complicada maniobra de atraque, Iñigo Isasti, el getariarra que por primera vez representaba ayer a Elcano, pisó al fin tierra firme. Esta vez, a diferencia de otros años, sin besar el suelo.

Él y los restantes 17 compañeros que completaron la gesta fueron ovacionados por todo el pueblo en su trayecto a la iglesia de San Salvador, patrón del municipio y día grande de las fiestas. Los tripulantes, malheridos y con la ropa hecha jirones, no levantaron en ningún momento la mirada del suelo, agotados por el indecible sufrimiento padecido por aquella proeza que pronto cumplirá 500 años y para el que se está preparando un extenso programa de actos que arrancará el año que viene.

En pleno ascenso, un intenso aguacero obligó a acelerar el ritmo de la comitiva y a sacar los chubasqueros y los paraguas entre el público. Elcano y sus tripulantes, mientras tanto, se introdujeron en la iglesia, como hicieron hace casi 500 años en la catedral de Sevilla.

Vestido con los trajes de gala, los tripulantes recibieron en el atrio de la iglesia a los representantes de los cinco continentes. Juntos se subieron a lo alto de la carroza real, sobre la que desfilaron el último tramo del recorrido por la calle Mayor entre nuevos vítores del público, que a pesar del xirimiri no dejó de arropar a los participantes en la dramática representación.

La carroza que representaba a los cinco continentes que surcaron Elcano y sus hombres, se detuvo ante el monumento erigido al marino en 1922. Allí, tal y como ocurrió en Valladolid, Elcano hizo entrega al rey Carlos V de la noticia de su hazaña. A cambio, le concedió la esfera del mundo con la que dar lustre a su escudo de armas.

A continuación, y ante una cada vez más intensa lluvia, el navegante se desplazó hasta el Ayuntamiento, donde el pueblo interpretó el Gora Elcano.

Réplica de la Nao Victoria

Aniversario de la villa. La representación de ayer coincidió con el 800 aniversario de la villa, y a solamente uno de los 500 años de la partida real de Elcano a bordo de la embarcación que comandó en un inicio Fernando de Magallanes. A la muerte de este, el marino vasco ascendió a la capitanía, desde la que completó la primera vuelta al mundo.

Para celebrar este aniversario, la representación de ayer contó con una réplica de la Nao Victoria, que hace cuatro años no pudo ser utilizada al estar reparándose. La embarcación continuará en el puerto de Getaria las próximas semanas y podrá ser visitada. La próxima representación se llevará a cabo en 2022, coincidiendo con el 500 aniversario del desembarco.