donostia - El pasado año 2017 fue el cuarto ejercicio consecutivo de crecimiento del Producto Interior Bruto vasco, una recuperación económica que ha llegado de la mano de los servicios y la industria porque la construcción ha tardado en volver a la senda positiva tras la dura crisis que estalló hace una década. Afortunadamente en el último ejercicio el sector vasco del ladrillo y el cemento creció un 3% y todas las previsiones son que este año se mantenga la tendencia positiva, según señaló ayer Alberto Marín, presidente de Eraikune.

Así, las 78 empresas socias del citado clúster de la construcción del País Vasco facturan más de 2.000 millones de euros al año en la cadena de valor completa y emplean a más de 9.000 personas, según destacó Marín.

El clúster celebró ayer su asamblea general anual en la sede de la ingeniería Idom con la presencia de medio centenar de socios y en el transcurso de la misma intervinieron también el director del clúster, Jon Ansoleaga, así como el consultor Lean-Bim, que ofreció una conferencia sobre los primeros pasos en los procesos de digitalización del sector de la construcción.

Tendencia al alza Durante la asamblea, Marín realizó un análisis de la situación actual del sector, que generó un incremento de negocio en torno al 3% en 2017, una “tendencia al alza” que, previsiblemente y siempre según el directivo del clúster, “tendrá continuidad en los próximos años impulsada por los subsectores de la construcción de viviendas, rehabilitación de inmuebles y un repunte de la obra civil”.

En este sentido, el presidente del clúster también habló sobre la inversión pública que “todavía se encuentra condicionada por un largo periodo de contracción presupuestaria”. No obstante, el sector espera que la situación “se vaya revirtiendo en breve”.

De cara al futuro, Marín destacó como los grandes retos del sector el impulso de la rehabilitación y regeneración urbana, la profundización en el desarrollo de la Construcción 4.0, y el de nuevos materiales y productos sostenibles. - E.P.