hacerse hueco en el mercado laboral no es tarea sencilla para casi nadie, pero si además se trata de personas que sufren algún tipo de discapacidad física o intelectual, las dificultades se multiplican.
Conscientes de esta realidad, Gureak, con más de 40 años de experiencia en la inclusión en el mercado laboral de personas con discapacidad, lanzó hace más de tres años un programa de formación dual que facilita que las personas con estas dificultades puedan conseguir un puesto de trabajo remunerado que les permita mantener un amplio grado de autonomía y reforzar su autoestima. Tras tres años, comienzan a verse los primeros resultados y el proceso no puede ser más positivo. “Estamos encantados. Claro que hay muchas cosas que tenemos que mejorar todavía, pero en general, la experiencia está siendo muy positiva”, afirma Zigor Sagardoi, responsable de formación de Gureak, que explica que, en la actualidad, entre 80 y 85 personas se benefician de este programa.
La experiencia arrancó en el sector de la hostelería con AcademiKafe, una pequeña cafetería instalada en mitad de los pabellones que Gureak tiene en el barrio donostiarra de Berio y que da servicio a los cientos y cientos de trabajadores que acuden allí cada día. Allí, las personas interesadas en el sector servicios reciben durante un año la formación teórica y práctica necesaria para trabajar en el ámbito de la hostelería. Posteriormente, en enero de 2016, se llevó al sector industrial y, en los últimos meses, se ha incorporado la rama del marketing.
“La formación dual nos posibilita hacer una formación adaptada a las diferentes necesidades de las personas. En este caso, se trata de una formación de larga duración, que va de uno a tres años, algo que para este colectivo es fundamental porque nos permite trabajar mucho con la persona y darle los apoyos necesarios para introducirlo en el mundo laboral”, explica el responsable de formación de Gureak. Durante ese proceso, los beneficiarios del programa trabajan en grupos pequeños que tienen el apoyo constante de un formador, absorbiendo los conocimientos necesarios para su puesto de trabajo. “Todo esto nos permite, por un lado, que personas que igual de otra manera no tendrían posibilidad de llegar a tener un empleo puedan tenerlo y, por otro, en aquellas personas que podrían llegar a tener un trabajo con el paso del tiempo, acortar esos procesos gracias a una formación intensiva y adaptada”, afirma Sagardoi. “Estas personas tienen un contrato desde el primer día y con una duración mínima de doce meses. Eso les permite tener un sueldo, una cotización a la seguridad social, una prestación de desempleo...”, remarca.
De esta experiencia en AkademiKafe se ha beneficiado la joven Ainara Amenabarro, que a sus 24 años lleva uno trabajando en el servicio de desayuno del hotel Arrizul de la calle Ronda, en Donostia. Se trata de un empleo que colma todas sus expectativas, tal y como reconoce esta joven nacida en Anoeta pero residente en Zarautz. “Estoy encantada y me gusta mucho mi trabajo. Ayudo a mis compañeros y ellos me ayudan a mí. Estoy muy contenta. La hostelería es mi vocación”, afirma sin dejar de sonreír justo tras acabar su turno.
No es para menos. Su contacto con este sector viene de lejos, y es que ya desde su infancia, colaboraba con el establecimiento que sus padres regentaban en Zarautz. Así, cuando le propusieron formarse en AcademiKafe no lo dudó un momento. “Allí me enseñaron a preparar cafés, bollería, a atender a los clientes, a servir... Hice los exámenes y me saqué el título -certificado de profesionalidad de nivel uno en operaciones de restaurante y bar-. Ahora limpio y recojo mesas, monto el bufet, atiendo a los clientes, limpio la zona de desayuno, atiendo el lavavajillas...”, relata.
Sagardoi recuerda que, desde el comienzo saltaba a la vista que Amenabarro tenía “muchas actitudes” para la hostelería, y aunque hubo que reforzar con ella algunas cuestiones como “la puntualidad o la autonomía”, el resultado no puede ser más satisfactorio: desde hace un año, Ainara tiene su contrato en Arrizul, al margen de Gureak, lo que refuerza su autonomía.
También ella es consciente de todo lo que ha logrado gracias a su esfuerzo. “Antes de llegar aquí he estado en muchos sitios. He estado en los talleres de Arrasate, Zarautz y Donosti. Aquello no me gustaba tanto, pero cuando empiezas lo haces desde abajo y una vez que te vas viendo más capacitada para hacer otras cosas, más segura, vas cambiando”, explica.
Ahora, en cambio, tiene claro que no cambia su trabajo por nada. “Sé que esto es lo que me gusta. Me da igual dónde estar, mientras tenga que ver con la hostelería”, afirma segura.
Igualmente satisfecha se muestra Leire Gil, de 25 años y vecina de Urnieta, que desde hace unos meses se encarga de atender el analizador de uno de los talleres de Goienetxe. “Mi trabajo consiste en comprobar que los cables -que posteriormente se instalarán en los faros de los coches modelo Volkswagen Golf- están correctamente conectados”, relata la joven.
Su experiencia laboral, tras el instituto, comenzó en los talleres ocupacionales de Gureak en 2013. Dos años más tarde, en julio, se le ofreció la posibilidad de entrar a formar parte del programa de formación dual, donde ha permanecido hasta julio de 2017, cuando se procedió a la renovación de su contrato laboral.
Aunque a día de hoy tiene su trabajo completamente controlado, recuerda que los primeros meses fueron de “muchos nervios” e incluso “un poco de agobio”. “Al principio cuesta, sobre todo porque cambias de sitio y no conoces a nadie, pero no tardas en hacerte y ahora estoy muy contenta”, reconoce.
En el caso de Leire, su puesto de trabajo lo ha conseguido dentro del propio grupo Gureak, algo que, como asume Sagardoi, ocurre “en la mayoría” de los casos. Sin embargo, la experiencia de Ainara en los hoteles del grupo Arrizul no es una excepción. Otras empresas como Orona Ideo o Deusto también han ofrecido contratos laborales a personas que han pasado por el programa de formación dual de Gureak, un programa que continuará creciendo y dando oportunidades a personas como estas dos jóvenes trabajadoras.