LONDRES. La justicia británica dio ayer un fuerte golpe al Gobierno de la primera ministra, Theresa May, al obligarle a tener la aprobación del Parlamento para poder activar el Brexit y poner en marcha el proceso de negociaciones de dos años con los que se culminará la salida del Reino Unido de la Unión Europea.
En uno de los casos constitucionales más importantes que se recuerda en Reino Unido, tres jueces del Tribunal Superior dictaminaron que May no puede activar el artículo 50 del Tratado de Lisboa sin la previa autorización del parlamento, lo cual provocó una respuesta inmediata del gobierno anunciando que apelará ante la Corte Suprema.
Los tres jueces Lord Thomas de Cwmgiedd, Sir Terence Etherton y Lord Sales, reconocieron que “no aceptan el argumento presentado por el gobierno”, pues lo consideran contrario al lenguaje utilizado, tanto por el parlamento en la Ley de 1972 como por los principios constitucionales fundamentales de soberanía que tiene la cámara. Sin embargo, dejaron claro que “ni están preocupados ni darán su opinión” sobre el Brexit, pues lo consideran “una cuestión política”. Sin dejar apenas pasar unos minutos, un portavoz gubernamental hizo un breve pero rotundo comunicado respondiendo a la decisión: “El gobierno está decepcionado con la decisión del Tribunal Superior. El país votó dejar la UE en un referéndum aprobado por el Parlamento. Y el gobierno está decidido a respetar el resultado del referéndum. Apelaremos”. Así, ante la urgencia del caso, éste será tratado en una vista entre el 5 y el 8 de diciembre.
Los autores de la demanda fueron la manager de inversiones de la City, Gina Miller; el peluquero Deir dos Santos; y un grupo de expatriados británicos, quienes recurrieron a la justicia para que el parlamento tenga más peso en el proceso. Ayer, muchos de ellos no cabían en sí de gozo a las puertas del emblemático edificio en Londres. Miller reconoció estar “encantada” por la decisión y esperando que el Gobierno “tomase la decisión sabia de no apelar”, recibiendo una ronda de aplausos de la multitud. Para la filántropa, el resultado es para “nuestro Reino Unido y nuestro futuro” y apelando a que cada ciudadano votó lo que creyó era lo correcto para el país.
Lo curioso del caso viene cuando Dos Santos reconoció ayer que si bien votó a favor del Brexit en el referéndum, no pensó que fuera correcto que el gobierno “tratara de quitar los derechos legales sin consultar primero al parlamento”. Así, se decidió a comenzar este proceso tan sólo cuatro días después del referéndum, agradeciendo ayer el resultado, que calificó como “una victoria para la democracia parlamentaria”.
Semanas antes, May había anunciado que la desconexión empezaría antes del final de marzo de 2017, pero dejaba claro que si bien habría debate en Westminster, no había necesidad de una votación, pues consideraba que el referéndum significa que los diputados no necesitan votar, si bien los citados activistas lo llamaron inconstitucional.
La decisión será trascendental para la estrategia de negociación que ponga en marcha May, quien explicará el lunes su decisión en Westminster. La complicación de la situación reside cuando se cree que la mayoría de los miembros de la Cámara de los Comunes votaron por permanecer en la UE en el referéndum del pasado 23 de junio. De hecho, de los 650 diputados, se cree que 480 quieren que Londres siga en la UE, 159 prefieren salir y 11 no dejaron abierta su preferencia.
reacciones La primera reacción al anuncio del Tribunal fue la subida de la cotización de la libra, hasta alcanzar máximos del mes frente al dólar, superando los 1,24 dólares. No hay que olvidar que el pasado 23 de junio, la libra cotizaba a 1,4878 dólares, pero en las últimas semanas ha llegado a tener una caída en picado de hasta del 16,3%. En el caso el ministro encargado del Brexit, David Davis, lamentó la decisión del tribunal, pues cree que 17,4 millones de británicos votaron a favor del Brexit en el referéndum. De hecho, lo calificó como “el mandato más grande de la historia” y se mostró seguro de que “cumplir ese mandato de la mejor manera posible para el interés nacional británico”.
Por su parte, el líder laborista, Jeremy Corbyn, es un claro defensor de que se informe a la opinión pública a través del parlamento de la complicada y larga negociación del Brexit. Por ello, ayer recibió con los brazos abiertos la decisión y pidió al gobierno “llevar sus términos de negociación al parlamento sin demoras” y agregando que “debe haber transparencia y responsabilidad en los términos del Brexit”.
Desde Escocia, donde ganaron los votos favorables a seguir en la UE, su primera ministra, Nicola Sturgeon, se mostró conforme con la decisión y la calificó como “realmente significativa”.
Por el contrario, el líder del UKIP, Nigel Farage, fue uno de los que puso el grito en el cielo: “Ahora me temo que se hará todo lo posible para bloquear o retrasar el desencadenamiento del artículo 50. Si es así, no tienen ni idea del nivel de ira que provocarán en los ciudadanos”.