Son muchas las teorías que explican la evidente y significativa mejora de la Real ante el Cádiz. La principal que con solo un partido por semana y, a pesar de que el duelo se adelantó al viernes, es que en general los realistas protagonizaron una palpable recuperación en cuanto a energía y frescura. Tanto de cabeza como de piernas.

Pero en realidad toda la mejora se resume en que la guardia pretoriana de Imanol, con la que insiste semana tras semana y en cuanto sus soldados se encuentran disponibles, volvieron a mostrarse mucho más inspirados. A nadie se le escapa que Remiro, Zubeldia, Le Normand y Zubimendi cuentan con dicha distinción por parte de su técnico. Incluso este curso también se le ha incorporado Hamari Traoré, que ya es uno de los suyos, como lo confirma que tuvo la confianza de señalarle en público tras el maldito gol que cambió el signo de la eliminatoria ante el PSG.

Pero quizá, aparte del apartado físico que, como en años anteriores, se ha tambaleado en el momento cumbre de la temporada y que es un debate que admite todo tipo de opiniones, la gran preocupación en las últimas semanas era la falta de gol.

Falta de gol

Granada no fue solo un necesario golpe de efecto clasificatorio, sino también un reencuentro con el camino que conduce a la portería contraria y, sobre todo, con la calidad para marcar las diferencias en el área contraria. Si Mikel Merino, Brais Méndez y Mikel Oyarzabal están bien, la Real no problem, como diría el añorado Kovacevic. El octavo pasajero en el vagón de máxima confianza es el recluta Kubo, cuya precipitada vuelta al once del viernes incluso motivó un cambio de esquema para recuperar el 4-3-3.

Los datos son muy concluyentes en lo que respecta al citado trío magnífico. Esta temporada ha tenido que aparecer de nuevo al rescate el gran capitán, porque, a nadie se le escapa, los tres delanteros centros no han estado a la altura hasta el punto  de que Imanol parece haber perdido la seguridad en ellos. Si por fin los dos 9, André Silva y Sadiq Umar, marcaron las dianas que permitieron la remontada a los pies de La Alhambra, resulta casi definitivo que el técnico no contase con ninguno de los dos en el siguiente envite cuando, como repite la máxima, los goleadores viven mucho de las rachas.

Siempre el capitán

Oyarzabal encabeza la tabla de realizadores txuri-urdin con trece dianas en las tres competiciones. Le quedan nueve jornadas para intentar cazar los 16 que consiguió Sorloth el curso anterior para sellar la clasificación para esta edición de la Champions. Y los segundos máximo anotadores, junto a Kubo, con siete, son Brais y Merino. El gallego ya acreditó el curso pasado que puede alcanzar estos registros, mientras que el navarro, con el que consiguió frente al Cádiz, ha alcanzado su mejor marca de goles desde que viste la txuri-urdin. Un futbolista con su llegada y con la facilidad que tiene para dominar el juego aéreo y su golpeo debería estar siempre cerca del doble dígito.

Si lo comparamos con el curso anterior, como ya hemos citado, Sorloth que este curso lleva los mismos 16; Brais quedó como el segundo con once tantos, un muy buen registro sobre todo cuando era la primera temporada con la txuri-urdin. Kubo se quedó en nueve, aunque no le dejara muy buen sabor de boca porque consideraba que podía aspirar a mucho más con las muchas ocasiones que dispuso y el siguiente con seis, aunque muchos parecen haberlo olvidado, fue precisamente un Robert Navarro que por fin está demostrando en Cádiz el talento que atesora y que completó una buena actuación en su vuelta a Anoeta.

Oyarzabal, que sufrió el hándicap de regresar de una lesión grave, se quedó en cuatro y, lo que es más sorprendente, Merino solo materializó tres. Un número impropio para un futbolista de su talla y en una campaña de bonanza, en la que se certificó el pasaporte para la Liga de Campeones. En la campaña 2022-23 no pasó de cuatro, en la anterior de dos y en la primera en Donostia se fue hasta la que era su plusmarca personal con seis.

Eso sí, el de Pamplona compensó su escaso acierto de cara a puerta con nueve asistencias. Kubo, que, insistimos, actuó mermado frente a los cadistas y apenas lució, se quedó en ocho, por lo que está a tres de su participación en 20 dianas que se había marcado al inicio del curso. Y, cómo no, quien no defraudó en este apartado fue Brais, que dio ocho pases decisivos, uno más que todo un David Silva.

Los datos de Brais

El gallego, que después de un mes bastante discreto en el que ha perdido magia como ya le sucediera la temporada anterior parece entonarse de nuevo, es el mejor pasador de su equipo en la actualidad con nueve, dos más y todavía le quedan nueve jornadas más para engordar aún más sus datos. Como sucede con Zubeldia y sin hacer de menos a nadie, es incomprensible que no hayan sido convocados por la selección a lo largo del curso.

Andre Silva ha anotado el gol del triunfo de la Real en Granada. N.G.

Esta vez Merino no está teniendo tanta suerte abasteciendo de buenos balones a sus compañeros, ya que lleva cinco. Como Kubo, que va a tener muy complicado igualar sus números de su campaña de estreno. Oyarzabal por ahora solo lleva dos pases decisivos. Una vez más, clama al cielo que ninguno de los tres 9 tengan un mínimo de protagonismo.

Sadiq, André Silva y Carlos, que lleva de baja desde que en enero iba a jugar el derbi en San Mamés, llevan tres goles cada uno y el nigeriano una asistencia.