ínico alcalde de Madrid y portavoz nacional del PP: Fíjese que hasta ayer mismo le otorgaba el beneficio de la duda. Quería creer que había en usted un par de gramos de honradez intelectual por encima de la media de sus conmilitones. El mismo hecho de haber dejado a sus semisocios de Vox fuera del acuerdo presupuestario gracias a ese peculiar pacto con los llamados carmenistas, parecía abundar en la idea. Pero bien pronto se ha desmentido a sí mismo y nos ha mostrado su auténtica calaña. "Almudena Grandes no merece ser Hija Predilecta de Madrid pero yo he sacado unos presupuestos", se ha vanagloriado de su supuesta jugada en el panfleto de Eduardo Inda. Ha quedado retratado, ya sin remedio, como un auténtico miserable.