¿Se ha convertido la defensa del medio ambiente en una moda?

-En algunos sectores sí, pero cada vez hay más personas que consideramos que el medio ambiente es nuestra casa, que nos brinda todos los recursos indispensables para la continuidad de la vida en el planeta.

¿Podemos confiar en la sinceridad de los gobiernos cuando hablan de transición ecológica?

-No, aunque hay excepciones.

¿Por qué cada 'cumbre del planeta' parece la misma que la anterior?

-Hay demasiados intereses en juego. Un dato: si los lobbistas de las energías de combustibles fósiles, las más contaminantes, hubiesen estado agrupados en una delegación nacional en las cumbres climáticas, esta hubiera sido la más numerosa. Eso dice bastante.

¿Es realmente compatible nuestro modo de vida con la no agresión del entorno?

-No. Nuestra sociedad está envuelta en un consumismo que nos empuja a adquirir más y más. Esta tendencia tiene graves consecuencias para la salud del planeta y la nuestra.

¿Qué comportamientos dañinos deberíamos desterrar inmediatamente?

-Estamos ante una emergencia climática creada por la industria fósil. No se puede seguir subvencionando a las compañías de combustibles fósiles.

¿Qué le parecen los mensajes catastrofistas?

-Hay que huir de las exageraciones apocalípticas sin base científica. Me parece fundamental la necesidad de informar de forma científica, rigurosa, y más y mejor, un compromiso que cobra especial relevancia en tiempos de desinformación y bulos.

¿Se exagera a veces cuando se culpa al cambio climático de cualquier fenómeno?

-Sí. Da la impresión en ocasiones de que el cambio climático es responsable de todo. Y no es así. Aunque sí existe un claro consenso en la comunidad científica de que el cambio climático es un hecho provocado por el ser humano.

¿Y qué puede hacer cada ciudadano? A veces parece que se nos culpabiliza en exceso...

-Es necesario un cambio de modelo económico-social de producción y consumo. El cambio ha de ser a nivel colectivo, estructural -que exigirá también normas obligatorias, acciones legislativas e institucionales- y a nivel personal, que debe conducir a otros hábitos de consumo, de movilidad, de trabajo y de ocio.

¿Ve a los jóvenes de hoy más concienciados que en su época?

-Sí, aunque no se puede considerar a la juventud como un colectivo uniforme. Hoy en día los jóvenes desde muy pequeños reciben una educación ambiental y eso dejará huella en un futuro.

¿Qué piensa cuando ve presumiendo de 'verde' a una multinacional contaminante?

-Me llevo bastante enfado. El lavado de imagen verde (Greenwashing, en inglés) tiene además un impacto negativo sobre las empresas que realmente llevan a cabo buenas prácticas ambientales y sostenibles.

¿Tenemos evaluado el daño añadido por la pandemia al entorno?

-Sí, aunque en general, poco caso se hace de ello. Da la impresión de que hemos aprendido bastante poco, y seguimos con un modelo de vida muy similar al de antes de la pandemia, con lo que ello supone para el medio ambiente. Es decir, hemos vuelto a las andadas.