En su última semana de vida, antes de su enésima transformación, el programa Quédate de ETB2 se ha hecho viral por el vídeo de uno de sus reporteros en las vaquillas de las fiestas de Sesma (Navarra). Lo habrá visto usted: en plena conexión en directo (ya es casualidad), viene un mozo del pueblo por la espalda y se lleva en volandas al periodista de ETB Xabier Egia hasta la mitad de la plaza, donde lo abandona a un palmo de la vaquilla con el resultado esperado y la sonrisa cómplice de la presentadora (Leire Torre) en el estudio.

Después del revolcón y de salir a cuatro patas, lejos de mostrar ningún cabreo, el reportero estrecha la mano de su presunto acosador y se pasea triunfal por la plaza, saludando a la afición, que lo vitorea.

Protagonistas

Me hubiera gustado que alguien nos aclarara si este episodio fue real o uno más de los sainetes que protagonizan los reporteros en este tipo de formatos, donde les piden ser más protagonistas que sus noticias desde que les pusieron a fingir caerse y destrozar castillos de arena y demás calamidades. Teatrillos que luego han tenido su efecto imitación en los llamados informativos serios, donde los mandan meterse hasta la cintura en riadas, soportar chubascos y ventiscas en las ciclogénesis o, más recientemente, han tenido que salir por patas de un incendio forestal por acercarse demasiado.

Pero el silencio del reportero, la presentadora, el programa y la cadena ante el suceso de la vaquilla me hace sospechar (llámeme malpensado) la realidad de lo que fue aquello. De lo contrario, es impensable que nadie haya condenado este hecho, que no hay espíritu festivo que justifique. Al margen de la gravedad o no del revolcón, el suceso valida el atropello al reportero de calle, al que la gente puede robar un beso, tocar el culo, escupir, mojar, empujar, insultar, quitar el micro y ahora, también, llevarlo en volandas ante una vaquilla, o donde sea. Y así es difícil recuperar el respeto a la profesión.