El Gran Wyoming y Ana Rosa Quintana son dos de los profesionales que más tiempo llevan trabajando en televisión y sus programas se encuentran entre los más longevos, tanto El Intermedio como El programa de Ana Rosa (a excepción de su fugaz marcha a TardeAR). Con unas diferencias que los mantienen en unas Antípodas ideológicas, ambos cuentan con un público fiel al que les gustan sus discursos.
Este miércoles, y no es la primera vez que lo hace, Wyoming lanzó un buen dardo a Quintana. No por algo que haya hecho recientemente la presentadora de Telecinco o por uno de sus editoriales furibundos contra Pedro Sánchez, sino por algo que sucedió hace ya 25 años.
Hablando sobre libros...
La cosa iba de libros. En El Intermedio, habían enviado a Thais Villas a entrevistar al escritor Juan José Millás, que acaba de publicar Ese imbécil va a escribir una novela, y Wyoming bromeaba con la colaboradora en el informativo satírico de La Sexta. “Te veo perfectamente presentando un programa de libros, y ya tengo el título: La cosa de papel”.
Villas contraatacaba: “Está muy bien que me mandes a entrevistar a escritores en prime time, pero, de verdad, dime: ¿a ti te interesa realmente lo de la literatura?, ¿lees mucho? Parece que no, eh”. Y el presentador respondía tirando de humor. “Bueno, pero yo vivo rodeado de libros, siempre que me surge un problema recurro a ellos. Mira, hoy mismo he calzado una mesa con una novela de Ana Rosa Quintana”.
El dardo a Ana Rosa
Y ahí llegó el zasca: “Bueno, de Ana Rosa Quintana o del que se la escribió, como se llamara”. Para quien no lo recuerde, en el año 2000 el debut de la presentadora como escritora se convirtió en un escándalo. Publicó la novela Sabor a hiel, basada en historias de mujeres maltratadas que habían pasado por su programa, un libro que presentó Ana Botella (mujer del entonces presidente del Gobierno José María Aznar) y que rápidamente alcanzó la cifra de 100.000 copias vendidas.
Historia de un plagio
Todo iba fenomenal para la presentadora, que también tenía una revista con su nombre, hasta que se descubrió que algunos párrafos de la novela habían sido copiados de la obra Álbum de familia de Danielle Steel. Quintana en un primer momento negó el plagio, asegurando que se trataba de un error informático y la editorial Planeta se dispuso a preparar una segunda edición corregida.
Pero a partir de ahí la cosa se torció bastante, y de hecho Planeta tuvo que retirar la obra del mercado al destapar la revista Interviú que había otros pasajes copiados literalmente de Mujeres de ojos grandes, de la mexicana Ángeles Mastretta. Ya no se podía hablar de otro error informático, sino de plagios en toda regla. Ana Rosa emitió entonces un comunicado en el que responsabilizó de lo que había sucedido a su negro, el periodista David Rojo (su excuñado, ya que es hermano del también periodista Antonio Rojo, que fue marido de Quintana y tuvieron un hijo en común), admitiendo de ese modo que ella no había escrito su libro, como se venía rumoreando.