La autoridad audiovisual francesa ha retirado (más concretamente, no ha renovado) la licencia para emitir por TDT a dos populares canales de televisión, el conservador C8 y el juvenil NRJ12, que cesaron sus emisiones el pasado 28 de febrero ante una gran polémica. Salvando las distancias, y para que se me entienda, es lo más parecido a que aquí hubieran cerrado 13TV y Neox. Y añado otro matiz, técnicamente no los han cerrado, solo expulsado de la TDT, ya que podían buscarse la vida en otras plataformas (online, satélite...) pero las empresas de ambos proyectos han decidido no peregrinar por el desierto y se han ido a negro.
C8 (del grupo Canal+) llevaba acumulados 7,6 millones de euros en multas, casi todos de su presentador estrella, Cyril Hanouna, por incitación al odio, homofobia o falta de honestidad y rigor. Pese a ser el canal temático con mayor audiencia de la TDT, no se ha librado de la decisión inédita de su cierre, considerado por muchas voces críticas un ataque a la libertad de expresión.
Aunque menos polémico, más llamativo ha sido el caso de NRJ12, una tele nacida al amparo de una popular radiofórmula musical al estilo de Los 40, que se centró en las series y programas juveniles y últimamente andaba atestada de reposiciones y teletiendas (¿les suena la fórmula?). La falta de una oferta de producción propia e inédita ha llevado al regulador a sacarla de la TDT.
En ambos casos, la salida se ha producido coincidiendo con la renovación de las licencias y los canales serán sustituidos por dos nuevas propuestas. Francia demuestra así que la licencia no es del operador y la pueden perder si no cumplen con la normativa.
En España, por el contrario, los operadores incluso las venden y alquilan como si fueran suyas. Me temo que si se aplicara aquí la normativa con el mismo rigor francés, la cifra sería la misma pero al revés, apenas quedaban dos canales de la TDT en pie.