Más del 80% de los presos en las cárceles españolas son presos comunes. Y ellos son los protagonistas de Muros, una serie documental de cuatro episodios que estrena Movistar Plus+ para, como señala su director, David Miralles, “dar voz a los que nunca la tienen”. “Quería evitar extremos que son los que ya conocemos y sabemos todos porque salen en los periódicos: el que ha matado a sus padres, a su mujer; el político corrupto... De todo eso ya oímos hablar todos los días, incluso de aquella excepción que quizá es inocente o parece que no merece la cárcel”, explica.

La plataforma resume Muros así: “Cuatro episodios, cuatro meses en la vida de presos y presas de cuatro cárceles españolas. Con un acceso total, hasta ahora inédito, la serie sigue las vidas de diferentes internos en las distintas etapas de cumplimiento de sus condenas. Durante cuatro meses en sus vidas se mezclan los conflictos nacidos del propio encierro con las noticias que les llegan a cuentagotas del exterior. Ahí, en el exterior, la serie accede también a las familias, los abogados, porque los tentáculos de la vida no entienden de muros”.

La serie se ha rodado en las prisiones madrileñas de Soto del Real y la de mujeres de Alcalá Meco, la de Teixeiro en A Coruña y la almeriense de El Acebuche. Allí, Miralles charla con Mari, Bárbara, Feli, Diego, Eugenio, Mehdi, Feli, Isidoro, Yago, Gata y Culopato. Todos ellos recluidos por delitos como el tráfico de drogas o la estafa.

Historias con corazón

Muchas de estas historias de vida tienen relación con “la exclusión social, las adicciones, los malos tratos, la migración, la salud mental, etc”. En el caso de las mujeres, a Miralles le impresionó que eran “víctimas revictimizadas”.

Destaca que en Muros “no hay peleas entre internos, ni agresiones a funcionarios, ni fugas a la americana. Hay esperanza, sueños, amor, amistad, tristeza y miedo. Pero sobre todo, hay historias contadas sin vergüenza, con generosidad y valentía”. 

La idea le surgió a David Miralles cuando acompañaba a una amiga, psicóloga en la cárcel de Valdemoro, a unos paseos que perros que realizaba con presos que llevaban muchos años recluidos. Recuerda que la selección de quienes participaron fue “trabajosa y requirió mucha paciencia, pero se acabaron eligiendo ellos mismos”. 

 “¿Cómo has llegado hasta aquí?”, era la primera pregunta que planteaba a los entrevistados, porque lo importante no era el delito en sí, sino todo lo anterior, la historia personal. “Lo tienen muy claro, ellos saben perfectamente cómo han acabado allí”, afirma Miralles.

Muros pretende incitar a la reflexión. “Es que no queremos saber nada de ellos. Han cometido un delito y cuanto más lejos mejor”.