El Hormiguero’ daba este lunes el pistoletazo de salida a la última semana de noviembre con la visita del cantante Sergio Dalma, que acudía al plató de Antena 3 para presentar su nuevo trabajo ‘Sonríe porque estás en la foto’, un álbum que se convierte en el vigésimo segundo de su larga carrera en la música con ritmos pegadizos y ochenteros.

Durante la entrevista, como suele ser habitual en el exitoso espacio de entretenimiento, el presentador no solo habló con su invitado acerca de su nuevo trabajo, sino que también tocó otros temas más personales, entre ellos, Pablo Motos destacó lo bien que se encuentra físicamente Sergio Dalma que cumplía 59 años hace tan solo unos meses.

Sergio Dalma quiso confesar durante su visita a ‘El Hormiguero’ que aunque goza de una gran presencia física también ha recurrido a algún que otro pequeño retoque estético para conseguirlo como el bótox.

El artista desveló que recurrió a estas inyecciones para suavizar las arrugas de la frente, sin embargo, su experiencia con este tratamiento no fue la mejor.

"Bueno, tengo que contar una experiencia que tuve con el botox. Me pusieron de todo porque yo creo que un hombre cuando va a un sitio de estos le venden todo y a mí me lo colocan siempre todo. Entonces decidí pincharme un poquito de botox porque tenía un poquito de arrugas", comenzaba explicando el cantante y revelaba el terrible resultado que tuvo en un primer momento.

"Al cabo de dos días parecía Carmen de Mairena. Tenía el ojo derecho medio cerrado y una sensación como cuando uno se levanta por la mañana hinchado, pero no se iba la hinchazón y el ojo seguía medio cerrado", aseguraba el barcelonés, y rememoraba que "teníamos la presentación de un disco y compartíamos una copa de vino, una canción. Así que entre el hinchazón del botox y el efecto del vino..." confesaba Dalma a Pablo Motos , que no dudó en admitir que su experiencia con el bótox tampoco había sido la mejor.

"Te entiendo tanto... Yo tuve la misma experiencia pero a mí me dejaron 'chino'. Fue horrible porque fuimos a un sitio y mi mujer me dijo que no se me ocurriera ponerme botox. Yo le dije que me pusiera eso que había dicho mi mujer que no, me pinchó y en el ascensor me di cuenta de que había un chino mirándome. A mí me hizo efecto de inmediato, aquello era veneno de serpiente, no me iba la cara. Y claro, según llegué a la habitación del hotel, mi mujer me dijo: '¿Qué te has hecho?'. Empecé la temporada 'chino', porque volvía de las vacaciones de verano con la esperanza de que no se diera cuenta nadie. Y las primeras semanas de la temporada yo era un 'chino'", recordaba el presentador sobre su pésima experiencia.