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Una radiografía mordaz de la política

Como si de una radiografía se tratase, la política es observada con lupa en Los consejos de Alice, el último largometraje de Nicolas Pariser que es, a su vez, un encuentro de generaciones. El filme llega a las salas comerciales tras estrenarse en la Quincena de los Realizadores del Festival de Cannes -donde logró el premio Label Europa Cinemas a Mejor película europea- y ser proyectada también en la sección Perlak del Zinemaldia.

Cuenta Pariser, autor de largometrajes como El gran juego, que este proyecto surgió a partir de la idea de hacer una película que uniese a un veterano político junto a una joven e inteligente asistente.

Y ése es el detonante de Los consejos de Alice: Paul Théraneau, el alcalde de la ciudad de Lyon (Francia), se encuentra en una posición delicada. Tras pasar 30 años en política se empieza a a quedar sin ideas y siente que sufre una especie de vacío existencial. Para superar esta adversidad, Paul decide contratar a una brillante filósofa, la joven Alice Heinmann. Entre ambos se desarrolla un diálogo en el que sus respectivas personalidades cambian drásticamente su forma de ver y entender el mundo.

El humor y la palabra son los ejes del largometraje, que además de mostrar los entresijos de la política local, también refleja un choque generacional en cuanto a dinámicas de trabajo y filosofía. Y no sólo eso, sino que en opinión de Pariser retrata el momento actual, en el que hay "una crisis de democracia, como el final de un ciclo". Y explica: "Quiero mostrar el peligroso momento en que nos encontramos hoy, en el que los políticos actúan como si todavía tuvieran espacio para maniobrar pero en realidad lo han perdido".