Cortan un ataúd en pleno funeral al no encajar su diseño moderno en el nicho
El sepulturero se encontró en la mañana del jueves con un problema inesperado en el momento más desgarrador para quien se dispone a dar el último adiós a un familiar o amigo al que va a enterrar. La caja del difunto no cabía en el nicho. El moderno féretro no entraba porque la parte de la cabeza era muy voluminosa para el nicho asignado puesto que los huecos estaban preparados para un tamaño estándar como todos los que se han construido en la última década en el camposanto de Sax. Viendo que se trataba de una misión imposible el enterrador echó mano de la paleta del yeso e intentó rebajar, a golpes, el embellecedor externo que rodeaba el ataúd por la parte inferior. Pero no pudo ser. Ni siquiera a empujones con la ayuda de otro compañero y del responsable de la funeraria. Finalmente el conserje del cementerio fue a buscar la máquina radial y se empleó a fondo y con precisión para poder rebajar el féretro intentando minimizar los daños colaterales.