Madrid. La periodista bilbaina Adela Ucar tomará el testigo de Samanta Villar en 21 días con un programa en el que ambas se sumergen en la vida de los famosos, aunque la reportera debutante se confiesa con ganas "de vivir la realidad" de situaciones desconocidas, con una visión propia que se asemejaría a una "columna de opinión". Adela Ucar debutará en 21 días con la fama el domingo en Cuatro a las 22.30 horas acompañando a famosos como Adriana Abascal -ex esposa del ex presidente de Telefónica Juan Villalonga- o Nicolás Vallejo Nájera, esposo de la cantante Paulina Rubio, mientras Samanta Villar se pone en la piel de los paparazzi que les persiguen. Será su primera incursión como periodista en el papel couché y será testigo de las maratonianas jornadas de guardia que sufren los periodistas del corazón para conseguir la foto mejor pagada. Mike Leshay, autor de las fotos que confirmaron la relación entre Antonio Banderas y Melanie Griffith, recibirá a Samanta en Miami, una de las ciudades del mundo que cuenta con más famosos por metro cuadrado, y le explicará cómo, con el tiempo, su trabajo se refleja también en la forma de vida que lleva allí.

Sobre las críticas que califican a 21 días como un espacio de telerrealidad, Adela Ucar aseguró ayer que "es un programa riguroso", aunque en él cobre "protagonismo" el periodista que vive las situaciones, por lo que se asemejaría a "una columna de opinión" sobre los asuntos que aborda. La del domingo será la última entrega de esta temporada, con la que Samanta Villar concluye también un periplo en el que ha vivido como una drogadicta, una anoréxica, una ciega o una persona sin casa. Son experiencias que han supuesto un "trabajo intenso", y que "sin duda, marcarán mi vida", confesó la reportera. Villar, que en septiembre presentará en Cuatro un programa de reportajes, añadió que el "exigente" trabajo de este programa le ha obligado a dejarse "la piel", aunque ha supuesto "un privilegio", por poder ser testigo de la realidad "en primera fila".

Adela Ucar, su relevo en el programa que sigue el lema "no es lo mismo contarlo que vivirlo", incidió en su interés de "hacer más reales y humanas las vidas de personas que no conocemos", dedicar más tiempo "a convivir y sentir" sus experiencias. Ése sería uno de los "grandes atractivos" de 21 días en un mundo televisivo donde los temas se abordan habitualmente "con más rapidez", dijo Ucar, para quien las experiencias que tendrá la ocasión de vivir serán "un lujo".

Silencio Ni Adela Ucar ni el director del programa, David F. Miralles, quisieron avanzar los asuntos que tratarán en las próximas entregas, que llegarán a la cadena de Sogecable en septiembre. Miralles sólo dijo que Adela comenzará a grabar el próximo lunes "el programa más duro que hemos hecho hasta ahora", para lo que se desplazará fuera de España, continuando una trayectoria que ya inició Samanta Villar para acercarse al trabajo de una mujer en una mina boliviana. La nueva reportera, acostumbrada a viajar como productora y realizadora de reportajes de viajes para el canal Discovery, no teme la dureza ni las inclemencias del trabajo. "No soy escrupulosa", dijo ayer Ucar, que recordó que ha pasado mucho tiempo fuera de casa por sus trabajos en Cuba, Singapur o Australia, país este último donde residió un año. Adela prevé que lo más difícil será superar la ligazón emocional con las situaciones que vivirá: "Alejarme de eso será duro y algo me afectará, obviamente".

Villar confesó que, tras los procesos "personales y psicológicos" vividos en sus reportajes, lo más difícil ha sido "volver a casa" y, a modo de anécdota, recordó que, tras pasar 21 días en una chabola, donde dormía vestida, también lo hizo así el primer día que durmió en su cama. Precisamente, el programa alcanzó su techo de audiencia este curso con 21 días en una chabola, con un 19,4% y casi 2,5 millones de espectadores.