Charlie Arnaiz y Alberto Ortega llevan trabajando juntos desde 2008. Comenzaron en una pequeña productora y después montaron la suya propia. Les gusta recorrer la vida de personas que han aportado algo al universo cultural; pongamos Francisco Umbral, Ramoncín, Alejandro Sanz, Luis García Montero o el propio Raphael. Sobre este último han hecho una serie documental que recoge parte de la vida del cantante jienense y de esos 60 años que lleva trabajando. En todos los personajes que han abordado han encontrado pequeños tesoros ocultos que enriquecen al protagonista. En el caso de Raphael, desvelan muchas de las parcelas más privadas del cantante y de su entorno más cercano.

¿Cómo llegaron al universo Raphael?

Alberto Ortega: Tenemos la vocación de contar historias, y muchas de ellas están relacionadas con el mundo de la cultura: escritores, músicos... Y siempre comentábamos: ¿Cómo es posible que Raphael no tenga un documental a la altura de lo que es él en el mundo de la canción? Así que hace un año y medio decidimos plasmar en papel una primera propuesta.

En principio plantearon un proyecto de una sola entrega, pero ahora es una serie documental.

A. O. : Cierto, ese fue nuestro planteamiento dado lo bien que nos había ido con Anatomía de un dandy, una película biográfica sobre Francisco Umbral, y queríamos que nuestro siguiente protagonista fuera Raphael. Salió todo muy fluido. Se lo presentamos a Universal y resultó que ellos también estaban buscando una forma de contar la vida del cantante de Linares. Caímos en la cuenta de que una película se quedaba corta para contar todo lo que había hecho el artista en sus 60 años de carrera, así que montamos el proyecto definitivo en base a una serie documental y se lo presentamos a él. Le gustó, se mostró encantado y todo fue muy bien desde la primera reunión que tuvimos juntos.

¿Es tan divo como parece desde fuera?

Charlie Arnaiz: Decir que Raphael no es divo sería mentir. Es una persona que ya ni recuerda cuando no era famoso. Estamos hablando de una personalidad que lleva 60 años en el mundo de la música, seis décadas, que se dice pronto pero es mucho tiempo. Sin embargo, cuando estás con él un tiempo se rompe una barrera y notas que hay una cercanía. Cuando conoce a alguien siempre crea una distancia, pero en nuestro caso esa distancia se fue rompiendo según avanzamos con la serie, y eso se nota en el resultado final de Raphaelismo.

Parece que a ustedes les gustan mucho los personajes, y además de a Umbral se han acercado a otros rostros del mundo de la cultura.

A. O.: Nuestra primera película documental fue sobre el poeta Luis García Montero. La hicimos por vocación, porque no teníamos ni idea de cómo hacer este tipo de trabajos, y a raíz de ese proyecto un personaje nos fue llevando a otro, nos fueron encargando más trabajos y los teníamos que sumar a los que nosotros creábamos. Así que a priori parece que nos hemos especializado en biografías. Por ejemplo, en músicos podemos hablar también de Ramoncín, y hemos hecho un documental de pandemia con Alejandro Sanz. También hacemos otros programas más culturales. como La matemática del espejo (La 2), pero es cierto que lo que más interés despierta son las iniciativas que salen de nuestra percepción del mundo de la cultura y de la música, y que nos llevaron el año pasado a estar nominados a los Goya con Anatomía de un dandy.

¿Cómo aterrizaron en el mundo del audiovisual?

C. A.: Alberto y yo nos conocimos en 2008 en una pequeña productora que había en San Sebastián de los Reyes (Madrid). Congeniamos bien y había cierta conexión en lo que queríamos hacer en nuestro trabajo: contar buenas historias. Tanto él como yo tenemos una misma mirada que tiene mucho que ver con la emoción. Nuestros trabajos tienen en común que no tratan de hacer una autopsia, lo que queremos es crear sensaciones. Pienso que en todas las películas que hemos hecho hasta ahora esta es la máxima que ha priorizado por encima de otras. A quien se emociona con algo es difícil que ese algo se le olvide.

Así que podríamos decir que Alberto y Charlie son totalmente emocionales.

C. A.: En mi caso sí, y en el de Alberto creo que también. Yo recuerdo cuáles son las películas y las canciones que me han emocionado o qué libros me han llenado de sensaciones. Me gusta cuando acaba un visionado de un proyecto nuestro y la gente se acerca para decirnos que le ha tocado, que le ha llegado dentro. Ese es el triunfo que queremos conseguir con los trabajos que presentamos y que pensamos que tienen mucho interés.

¿Cómo escogen los personajes? ¿Siguen alguna tendencia o tienen alguna manía?

A. O.: Es difícil contestar. Nosotros ahora mismo tenemos un montón de propuestas sobre un buen número de personajes. Generalmente es gente que tiene interés por lo que han hecho o por lo que les ha sucedido en vida. Se trata de rascar y analizar lo que han hecho. Lo bonito de este trabajo llega cuando te encuentras pequeños tesoros en las vidas de quien menos te lo esperas.

¿Se han encontrado tesoros ocultos en la casa de Raphael?

A. O.: Claro. Vas a su casa y te encuentras que tiene un rincón en el que hay un cubo lleno de metraje de películas, y al revelarlo te encuentras retazos de vida, tesoros al fin y al cabo, que te siguen contando la historia desde otro punto de vista. En el caso de Umbral encontramos esas maravillosas cintas que todo el mundo había olvidado y en las que él hablaba con su hijo. Se trata de investigar y ver que detrás de cada personaje hay otra historia que no está contada. Es a partir de ahí, de esas partes ocultas, desde donde partimos para unir las dos historias, la conocida y la que se desconoce y que es mucho más privada.

¿Ha resultado difícil a una persona como Raphael ordenarle algo, que mire a cámara o que repita alguna grabación?

C. A.: Te diré que al principio nos daba mucho respeto. Es algo que ha estado muy presente durante toda la grabación. Da mucho vértigo. Cuando te acercas a alguien como Raphael nunca sabes lo que te vas a encontrar, pero tenemos que decir que nos ha sorprendido mucho la sencillez, y no solo de él, también de todo su círculo más íntimo, tanto de su mujer como de sus hijos. No se entiende la carrera de Raphael si no se conoce a Natalia Figueroa. De Raphael dice mucho que en una entrevista que le hicieron en los años 80 le preguntaron sobre qué quería que fueran sus hijos, y él contestó: Buena gente. No solo ha conseguido lo que se ha propuesto en el ámbito profesional, sino que también lo ha hecho en el personal.

Que les ha conquistado, vamos.

C. A.: Podemos decir de él y de los suyos que son gente muy humilde, muy sencilla, y no tenemos más que palabras elogiosas hacia ellos porque han colaborado mucho para que esta serie pueda ver la luz este mes. Para nosotros ha sido fundamental tener a la familia como aliada. Creemos que esta es la serie documental que todo el mundo estaba esperando.

¿Y qué cuentan?

A. O.: Pues una historia que tiene de todo: momentos dramáticos, de superación, tiene también su épica... Él surge de los orígenes más humildes que te puedas imaginar y llega a conquistar el mundo. La suya es una historia que había que contarla. Además, es un orgullo para nosotros haber tenido como aliados a Universal y Movistar+, que lo han dado todo para que se pudiera hacer.

Y el resultado, ¿le ha gustado a él?

C. A.: de Estamos convencidos de que sí. Le hemos ido mandando capítulo tras capítulo y nuestra sorpresa ha sido que no nos ha hecho ningún cambio. Es una serie en la que hemos contado todo, las cosas buenas y las partes más sensibles del artista. Le estamos muy agradecidos porque nos ha dejado trabajar, o sea, nos ha dejado contar.

Una vida que no está exenta de polémicas.

C. A.: Sí. Todas esas polémicas que han ido surgiendo de forma recurrente están plasmadas en la serie y él no ha puesto ni un pero. Consideramos que a la hora de hablar de un personaje es obligado pasar por las sombras de su vida, pero pensamos que todo el documental está hecho con mucho respeto.

¿Podemos hablar del siguiente personaje que tienen en cartera?

A. O.: De momento, no. También es verdad que Raphael es un hombre tan expuesto mediáticamente que nos ha catapultado diferentes proyectos que estábamos barajando. Lo que tenemos claro es que cuando uno aborda un proyecto de las dimensiones de Raphaelismo lo va a hacer poniendo a favor de la serie todo lo que tiene, todo su esfuerzo, su ilusión y su mejor hacer. Lo que contamos es la realidad, no queríamos meternos en el territorio de la ficción. Queríamos sugerir, y todo esto se puede conseguir porque hemos establecido una complicidad entre el círculo más íntimo de Rapahel y el equipo de producción. No muchas veces sucede esto. En este caso nos sentíamos en ocasiones como parte de esa familia. Había momentos en los que el rodaje parecía una terapia, sobre todo cuando su hija Alejandra contaba lo que había supuesto la enfermedad de su padre.

Da la sensación de que se desnudaron ante la cámara.

C. A.: Incluso te llegabas a sentir mal, te daba la sensación de que estabas invadiendo la vida de esas personas. Tenemos también el testimonio de Jacobo, uno de sus hijos, que nunca ha querido participar en nada para hablar de su padre. Estamos muy orgullosos de este trabajo. La gente que no conozca a Raphael se va a encontrar con un personaje que le va a sorprender.

¿Qué ha sido lo más difícil?

A. O.: La gestión de semejante barbaridad de documentación que puede generar un artista en activo durante 60 años y con éxito mundial. No te puedes ni imaginar la cantidad de material que tienen todas las teles del mundo sobre él, lo que hay escrito en todas las revistas... Incluso hay reportajes de antes de festival de Benidorm, de cuando hacía concursos de radio. A partir de los años 60, todo fue un hito. Hemos tenido que conseguir los derechos de imagen, textos y fotos, además de los derechos de cada una de las músicas. Ese ha sido un gran reto, igual que resumirlo todo, porque había muchísima documentación.

Alberto Ortega

Edad: 38 años.

Lugar de nacimiento: Madrid.

Formación: Estudió Filología Hispánica.

Trayectoria: Es un amante de las historias y de las narraciones sobre personajes conocidos. dice que uno de sus proyectos preferidos fue el de Anatomía de un dandy, una biografía sobre Francisco Umbral, autor que le fascina y con cuyos libros ha alimentado tiempos de lectura. Al igual que su compañero de aventuras audiovisuales, narrar el recorrido de personajes conocidos del universo de la cultura es su pasión. Este mes llega a Movistar+ su último trabajo: Raphaelismo.

Charlie Arnaiz

Edad: 46 años.

Lugar de nacimiento: Alicante.

Formación: Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Alicante.

Trayectoria: Comenzó en el mundo audiovisual con un programa de La Sexta presentado por Sara Carbonero. En este proyecto conoció a Alberto Ortega y juntos fundaron una productora, Dada Film. Ambos han buscado en la vida de poetas, cantantes y escritores la conexión entre sus ámbitos personales y sus profesiones. Apasionado de la música, en los años 90 formó un trío musical con el que recorrió la Comunidad Valenciana dando conciertos.