¿Puede un material artificial ser más ecológico y sostenible que uno natural? Si hablamos de césped, sí. Especialmente si se trata del césped de unifamiliares, bajos y adosados que disponen de un pequeño jardín.

Aunque parezca que no puede ser así basta con pensar en qué supone disponer de un césped natural en casa. No sólo se trata de su plantación, la clave aquí está en su mantenimiento. Para disponer de un césped en condiciones hay que estar encima de él prácticamente todo el año: mantenerlo regado para que no se deteriore, cortar el césped con regularidad, tratarlo cuando se vea afectado, airearlo, escarificarlo€

Un estudio de la revista IAgua, medio de comunicación de referencia en el sector del agua en España, revela que un jardín de una vivienda unifamiliar de 250 m2 consume al año en riego más de 25 m3 de agua, gasto al que hay que añadir los consumos de energía por la utilización de cortacésped y el uso de materiales fitosanitarios, además de abonos y otros trabajos necesarios para su correcto mantenimiento. El estudio está realizado en Madrid, pero puede extrapolarse a nuestro entorno geográfico calculando un poco a la baja esa cantidad, dependiendo de la zona, por haber aquí un mayor aporte de lluvia. Pero la cantidad seguirá siendo muy significativa, teniendo en cuenta que las mayores necesidades serán en verano, cuando llueve menos y puede haber problemas de abastecimiento.

La paradoja se entiende mejor con esos datos, ya que el césped artificial no requiere mantenimiento y por lo tanto no le afectan ninguno de esos consumos: no hay que regar, ni cortar ni tratar. Una de las empresas que en Navarra y Euskadi se dedican a la instalación de espacios exteriores, Proyectos Echarri, nos confirma ese dato: "muchos clientes se sorprenden cuando les decimos que un jardín con césped artificial es también un jardín ecológico, al reducir drásticamente el consumo de agua y energía y fabricarse con materiales reciclados; pero es que además ganan algo fundamental hoy en día, tiempo. Si sumas el ahorro en dinero que te supone no regar, no cortar y no tratar a disponer de más tiempo libre, creemos que no hay que dudar sobre si es mejor tener en casa un césped natural o uno artificial."

También advierten desde Proyectos Echarri que es importante fijarse en el lugar de fabricación del césped. "Nosotros nos decantamos por el césped fabricado y cosido en España procedente de nailon reciclado, pero como mínimo deben fijarse en que esté fabricado en Europa y en nailon, porque se pueden encontrar con céspedes de otras procedencias realizados en plásticos que contienen cloro u otras sustancias insalubres, algo importante si vamos a estar en contacto con el material mucho tiempo o si tenemos niños".

Otro punto a su favor cuando hablamos de césped artificial es que su desarrollo ha evolucionado hasta conseguir materiales de aspecto completamente natural, con sensación de mullido y sistemas de drenaje que lo mantienen seco cuando llueve, con tecnologías que resisten los rayos uva. A eso hay que añadir que en muchos casos se elabora con materiales reciclados y que es totalmente reciclable. Ahorro de agua y de energía, reciclado y reciclable: un material de presente y futuro en tiempos de cambio climático.