Tras conocer la ola de calor extremo que la semana pasada sufrió el oeste de Canadá, este fin de semana llega la primera de este verano a nuestras tierras. La Dirección General de Protección Civil y Emergencias ha aconsejado extremar las medidas de precaución ante la previsión de altas temperaturas para este fin de semana- Y es que las predicciones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) indican que en los próximos dos días se podrían superar los 40 grados en amplias zonas de la península ibérica. El domingo será la jornada más dura, aunque los meteorólogos afirman que en la costa cantábrica el mercurio no alcanzará las cotas más altas, no se prevé que llegue a los 40 grados del centro y el sur peninsular.

Golpes de calor

Para prevenir lo que pueda pasar desde los colegios de Enfermería y otras entidades dedicadas a la salud avisan de los peligros de esta situación, por lo que alertan sobre los golpes de calor, de los que pueden ser víctimas fáciles niños y ancianos. Recomiendan mantenerse atentos a síntomas como sequedad, pulso rápido, dolor intenso de cabeza, mareos, muestras de confusión mental, calambres en el cuerpo y debilidad muscular, náuseas y posibles perdidas de conciencia.

Si alguien de nuestro entorno muestra varios de estos signos, hay que actuar con rapidez, ya que las consecuencias pueden ser graves, incluso fatales. La primera medida siempre será la de tratar de enfriar el cuerpo, para ello habrá que trasladarlo a una habitación oscura lo más fresca posible o a una sombra, quitarle la ropa, aplicarle paños empapados en agua fría, abanicarlo y, si está consciente, hacerle beber agua a poquitos.

Pero como se trata de prevenir, recomiendan, entre otras medidas, la más evidente aunque a veces se torne difícil de de cumplir: evitar la actividad física en el exterior y evitar la exposición al sol en las horas centrales del día. También es importante hidratarse con agua, zumos o bebidas isotónicas. Deben evitarse los líquidos azucarados, con alcohol o con cafeína.

5 maneras de refrescar el hogar.

Cuando llegan las olas de calor, los hogares dejan de ser refugio umbríos para ser hornos. En caso de no tener aire acondicionado (o no querer encenderlo demasiado por aquello de la factura de la luz), para paliar esta situación o, si hay suerte, evitar que llegue se pueden emplear una serie de trucos. Aquí van unos cuantos:

1.- Crear ventilación cruzada. Esta técnica la han aprendido nuestros hijos en colegios e institutos para evitar contagios de covid-19 en clase. Es tan sencillo como crear una corriente que se mueva por la casa. La teoría dice que se trata de entornar un poco la ventana por la que entra el aire y abrir completamente la ventana por la que sale. La diferencia de velocidad entre la que sale y la que entra ayuda a bajar unos grados la temperatura. La eficacia aumenta si las ventana están enfrentadas o en diagonal.

2.- Ventilar de noche. A veces no se mueve ni una gota de aire, por lo que el punto anterior es muy complicado. En este caso se recomienda abrir las ventanas sólo de noche, cunado la temperatura exterior baja. Durante el día, todo cerrado a cal y canto y con las persianas bajadas. También se recomienda mantener las puertas de las estancias cerradas, de manera que se dificulte la circulación del calor por el resto de la casa.

3.- Vaporizaciones de agua. Mantener en el frigorífico un vaporizador o un spray lleno de agua. Cada cierto tiempo, pulverizar el cuarto como si fuera un ambientador. Tras repetir esta operación varias veces se logra una estancia razonablemente habitable. Otros métodos tradicionales que también manejan la idea de la evaporación son dar una pasada al suelo con la fregona (ojo cuidado con los suelos de madera, agua la justa), poner delante de un ventilador, a unos 20 cm, un cuenco con agua y cubitos de hielo. Otra posibilidad similar es rociar con agua las cortinas y dejar que se evapore. Hay quien llena la estancia de plantas húmedas, lo que además de refrescar embellecen más que un ventilador.

4.- Enfriar la cama. Muchas veces con ventilar por la noche no basta para conseguir dormir. Por ello hay quien recomiendas aprovechar el vaporizador y darle una rociada a la cama. Otra posibilidad es aprovechar la tradicional bolsa de agua caliente, pero llenándola de agua helada y, bien cerrada, colocarla entre las sábanas. Algunos meten durante todo el día la ropa de cama en el frigorífico y hace la cama antes de ir a dormir.

5.- Ojo con los electrodomésticos. Los aparatos eléctricos desprenden calor y no ayudan a mitigar el bochorno. Por ello la recomendación es ponerlos en marcha sólo de noche, lo que además puede que redunde en una factura de luz más baja si hay suerte. En este orden de cosas, es igualmente recomendable que a la hora de cocinar que las sartenes y las ollas permanezcan tapadas para evitar la difusión de más calor. También es aplicable a las bombillas, las incandescentes desprenden más calor que las led.5 acciones para eludir el calor en uno mismo

Como no siempre permanecemos en casa, también existe algunos métodos para aliviar los sustos del termómetro y evitar los golpes de calor.

1.- Refrescarse. Es la medida más evidente para regular la temperatura corporal. Para ello es recomendable mojar los puntos del cuerpo que más irrigados de sangre estén, como son las muñecas, las sienes, los pies, la frente, las corvas… Al enfriar la sangre, se refresca todo el cuerpo. En esta línea, se aconseja ducharse con agua templada, ya que si se hace con fría el cuerpo reacciona para tratar de mantener el calor natural y no lo reduce.

2.- Dieta. Salvo casos particulares, a pocos les apetece un plato de alubias caliente, pero una alternativa para los amantes de esta legumbre puede ser comerlas en ensalada. Y es que una dieta más ligera y fresca hace más llevadera las chicharrinas veraniegas. Hay quien recomienda un toque ligeramente picante, ya que así se estimula la sudoración, un regulador natural. Por otra parte, y como ya ha quedado dicho, es necesario hidratarse mucho y bien, lo que significa evitar el alcohol, la cafeína y lo azucarado. Por cierto, la bebida debe ser fresca, no fría, por la misma razón lo explicado para la ducha.

3.- Ropa adecuada. Utilizar trajes y vestidos de tejidos ligeros, frescos y transpirables. Si no son ajustados, mejor. El lino y el algodón suelen ser los más aconsejables. En cuanto al color, hay dos escuelas de pensamiento. La ropa clara refleja mejor el calor y logra un efecto de rebote, pero también refleja el que emana del propio cuerpo y nos lo devuelve. Por el contrario, la ropa oscura absorbe tanto el del exterior como el que emitimos nosotros y si hay algo de brisa, lo disipa. Si los utilizan los nómadas del desierto, por algo será.

4.- Complementos. Gorros, sombreros, gafas de sol, parasoles, pañuelos o fulares ligeros… Todo aquello que sirva para darnos sombra y lograr que los rayos de sol no alcancen directamente nuestra piel serán bienvenidos.

5.- La siesta. Hay que reducir la actividad física, intensa o no, durante las horas más duras del día, entre el mediodía y las cinco de la tarde. La siesta es una buena solución para esas horas en las que un sol en todo lo alto provoca una laxitud bastante considerable. Busquemos una sombra o una habitación oscura y a relajarse. Además, sirve también para recuperarnos de una noche en la que hayamos dormido mal.