Lo normal en los embarazos es que todo vaya bien y es importante que así lo sea para el futuro del bebé y de la madre. Se trata de una época muy importante en la vida de una mujer, en la que también surgen numerosas dudas. Por eso, y para verificar que todo transcurre de forma normal, son necesarias las revisiones con nuestro ginecólogo.

"El embarazo es un estado fisiológico de la mujer que dejado a su evolución espontánea en la mayoría de los casos no supondrá problema de salud alguno tanto para la madre como para el feto, pero que precisa de un seguimiento adecuado, con el fin de controlar las posibles alteraciones que pudieran aparecer, con la intención de prevenirlas o diagnosticarlas precozmente", afirma la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) en este sentido.

Es más, destaca que durante la gestación pueden presentarse procesos que interfieren en su evolución y a su vez el embarazo puede influir en el curso de determinadas enfermedades; de ahí la importancia de las ecografías y de los diferentes controles que nos realizan en el embarazo.

No obstante, la sociedad científica recuerda que la tasa de mortalidad materna es muy baja en el Estado, debida en gran parte a la adecuada atención en el embarazo por parte de los especialistas en Obstetricia, bien de forma aislada, o bien trabajando en equipo con los profesionales de Atención Primaria: "La buena atención durante el embarazo y parto suponen un beneficio claro en la salud de madre e hijo a lo largo de la vida".

Así, la SEGO subraya que la asistencia al embarazo comienza en la 'visita de captación' o 'primera visita', una primera consulta prenatal que debe realizarse en el curso de las primeras 12 semanas de gestación, "idealmente antes de la semana 10", lo cual posibilita una captación precoz de la gestante y una adecuada planificación de las acciones a realizar durante todo el periodo gestacional.

En este sentido, señala que "prácticamente" existe unanimidad en la recomendació de que durante un embarazo de curso normal se realicen tres exploraciones ecográficas: "La mujer debe recibir información sobre la modalidad y objetivos de la exploración ecográfica que se realiza en cada momento del embarazo".

Con ello, en una entrevista con Infosalus, la doctora Esther Velasco, jefa de servicio de Ginecología del Hospital Quirónsalud Córdoba nos cuenta en qué consiste cada una de las ecografías que suele desarrollarse en el embarazo, recordando aquí que en una gestación normal, o gestación de bajo riesgo, son imprescindibles, como mínimo, tres ecografías: La ecografía de cribado de cromosomopatías, a las 12 semanas; la ecografía morfológica en la semana 20; y la ecografía para valoración del crecimiento fetal en la semana 32-34 semanas.

QUÉ NOS DESVELA CADA ECOGRAFÍA

La ecografía de la semana 12 pretende establecer un riego estadístico mediante criterios ecográficos, analíticos y personales, de la posibilidad que existe en este embarazo de que haya una alteración cromosómica del feto, o poder realizar si se precisase otro tipo de pruebas, como análisis cromosómicos fetales en sangre materna o mediante amniocentesis, según describe.

Mientras, indica que en la ecografía en la semana 20 se pretenden diagnosticar o descartar alteraciones anatómicas que pueda presentar el feto, así como marcadores ecográficos de cromosomopatías que pudiesen indicar un estudio más exhaustivo del feto.

A su vez, plantea que la ecografía del tercer trimestre tiene como objetivo el establecer que el crecimiento del feto es el adecuado para su edad gestacional, además de valorar patologías estructurales que pueden aparecer en momentos más tardíos del embarazo.

"Aunque esta ecografía es fundamental, no implica que una ecografía en semana 28-30 y otra en semana 36-38, nos ayudaría a definir mejor la curva de crecimiento del feto, y poder hacer un mejor seguimiento del embarazo", valora la experta de Quirónsalud.

EL CASO DE LOS EMBARAZOS DE ALTO RIESGO

No obstante, la doctora Velasco recuerda que en los embarazos de alto riesgo es previsible que sean necesarias más pruebas que en una gestación de curso normal. "Un embarazo de riesgo se define por cualquier condición, materna o fetal, que predisponga a desarrollar alguna complicación durante el embarazo", agrega.

Según apunta, se trata de una gestación que normalmente precisa de más ecografías, e incluso, de algunas pruebas especiales, que puedan ayudar a detectar, diagnosticar, y tratar estas complicaciones, mejorando la posibilidad del resultado tanto para el bebé como para la mamá.

En última instancia, y sea cual sea el tipo de embarazo, la jefa de servicio de Ginecología del Hospital Quirónsalud Córdoba resalta que, en principio, "las ecografías no son peligrosas ni para el bebé ni para la mamá", ya que no suele realizarse un uso abusivo de las mismas; siendo clave en todo embarazo el principio del riesgo y beneficio.