Para subirte a una canoa y remar en un río de aguas tranquilas no necesitas tener una forma física excepcional, solo ganas de pasarlo bien y de disfrutar de una experiencia distinta, contemplando un entorno fluvial desde otro punto de vista, el del propio río.

Son muchas las empresas que organizan este tipo de excursiones. Ellos se encargas de proporcionar el material y el equipo necesario, incluso un guía que instruye sobre los elementos de seguridad y las nociones básicas, así como de acompañar para que todo salga bien.

El Sella, en Asturias; el Duratón, en Segovia, y el Tiétar, en Cáceres, son tres opciones para iniciarse en familia en este deporte de remo en aguas tranquilas. Si este bautismo de tiene éxito, puede convertirse en una forma de descubrir el patrimonio fluvial que nos rodea, muy alejado de las excursiones al uso.

Un paseo en canoa o piragua por estos tramos tranquilos permitirá al improvisado remero ver de cerca la flora y la fauna de unos paisajes excepcionales, disfrutar del silencio de la naturaleza, lleno de cantos de pájaros, del viento en las ramas y el chapoteo del agua en las piedras mientras haces un estupendo ejercicio.

Las hoces del río Duratón

El Parque Natural de la Hoces del río Duratón se extiende al noroeste de la provincia de Segovia y navegar a golpe de remo por sus aguas encajonadas en un profundo cañón, entre imponentes farallones que alcanzan los 70 metros de altura, hará que te sientas pequeño en medio de una agreste naturaleza.

Con suerte, podrás ver algunas de las aves que habitan en los picos más altos, entre ellas rapaces como buitres leonados, alimoches, águilas reales, halcones peregrinos… Además, al recorrer desde el fondo de la garganta excavada por las aguas en el paisaje rocoso, los efectos de la erosión y cómo las vegetación ha colonizado el entorno.

El tramo más interesante transcurre entre la ermita de San Frutos y el monasterio de la Hoz. Además, si el tiempo lo permite también se podrá aprovechar el paso por alguna pequeña playa fluvial para darse un muy refrescante chapuzón.

Bajar por el Sella

Descender por el río Sella no es solo cuestión de un único día de agosto, por mucha gente que se junte allí. Cualquiera que lo desee también puede hacerlo por su cuenta y en cualquier otra época del año. Son 14 los kilómetros que separan Arriondas de Ribadesella y sus aguas son lo suficientemente tranquilas como para que sea un paseo satisfactorio para toda la familia.

Durante la bajada en canoa se podrá disfrutar de los tradicionales paisajes asturianos, de un entorno verde muy característico. Esta excursión permite paradas varias para baños y meriendas que hagan de la jornada una salida diferente.

Tanto en Arriondas como en Ribadesella se pueden encontrar empresas que realizan esta actividad en plena naturaleza y apta para todas las edades. Ofrecen el material necesario y el transporte de ida o de vuelta entre el puntso de salida y el de llegada.

Paseos por el Tiétar

Al norte de Cáceres se encuentra la comarca de La Vera, por la que el río Tiétar ofrece algunas de sus mejores panorámicas. También ofrece unas aguas más que adecuadas para recorrerlas en canoa o piragua. Aunque este río recorre también el Parque Natural de Monfragüe, declarado reserva de las biosfera, esta zona está vedada a los palistas por que su nivel de protección lo impide, aunque los buitres leonados que los colonizan si se dejan ver por los aventureros acuáticos cuando las corrientes térmicas los elevan de sus posaderos.

El resto del valle por el que transcurre el Tíétar en tierras cacereñas se puede conocer desde el agua. Su riqueza natural no dejará indiferente a nadie. Los imponentes roquedos y espectaculares encinares enmarcan los diferentes recorridos que parten de Losar de la Vera, Jarandilla o Toril.