ebe su nombre a las explotaciones que aprovechaban las aguas salinas de un manantial y al cercano castillo que defendía el reino de Navarra. Salinillas de Buradón (Gatzaga Buradon) surgió para producir sal y para defender la muga que marcaba la fortaleza a la que debe el apellido, levantada sobre las crestas calizas del desfiladero de las Conchas de Haro. A tal fin amuralló un altozano y se emboscó tras sus lienzos.

Hoy podemos disfrutar de gran parte de la vieja cerca mientras visitamos una villa tan desconocida como sorprendente.

Salinillas de Buradón nació antes de 1264 como una fundación castellana con una doble misión: guardar la frontera con Navarra, de la que se hallaba a escasa distancia, y explotar las salinas locales. Es posible que ya existiera antes una población bajo la protección de una torre.

Los expertos creen que, una vez fundada la villa, primero se delimitó la muralla y después se urbanizó su interior, un espacio de 2,55 ha en la cima de una modesta colina. En el propio siglo XIII se erigió el paño oriental, para continuar luego por el resto de flancos hasta cerrar la villa. El trazado de la cerca inicial fue reformado posteriormente (siglos XV-XVI), sobre todo en el flanco septentrional, con el fin de ampliar el espacio intramuros.

Salinillas contaba con dos portales, ambos situados a los extremos de la Calle Mayor, su arteria principal. La que se orienta al noreste se cita en la documentación como Portal de la Villa de Arriba y parece que fue abierta con motivo de la ampliación que hemos citado, mientras que el meridional (realmente, suroeste) figura como Portal de la Villa de Abajo. Ambos accesos fueron profundamente remodelados en la Edad Moderna: la puerta norte sufrió una reforma total entre los siglos XVIII y XIX y su piso superior se rehízo a comienzos del siglo XX. El portal sur, por su parte, fue renovado en torno a 1786.

Aunque de creación real, al igual que otras villas cercanas como Salinas de Añana, en el siglo XIV Salinillas se convirtió en señorío de la familia Sarmiento. La siguiente centuria pasó a manos de los Aiala y, finalmente, de los Gebara. Los historiadores creen que está vinculada a ese proceso feudalizador la torre medieval que se esconde en el interior del palacio (siglo XVI-XVII) de los condes de Oñate. Sostienen que fue construida por los Sarmiento en un lugar preferente de la villa, junto a la iglesia, cuando se hicieron con ella. Es posible que contara con cerca propia.

Finalizada la Edad Media, como en tantos otros lugares, las viviendas ocuparon el espacio antes reservado al paseo de ronda y se extendieron hasta los paños de la muralla, en los que abrieron vanos para iluminar y ventilar las viviendas.

Se conserva gran parte de las murallas de Salinillas y, además, podemos disfrutar de ellas sin obstáculos visuales relevantes. Proponemos comenzar desde la plaza de Ocio, junto al lavadero. Ante nosotros se sitúa la Puerta Norte, moderna pese a su imponente aspecto.

El piso inferior fue remodelado completamente por el exterior en los siglos XVIII o XIX para dejarlo con un arco de medio punto o escarzano. El tramo superior, la formidable torre, fue acondicionada a principios del siglo XX.

Desde el exterior, a la derecha de la puerta se observa un breve paño, único resto del tramo septentrional. Se trata de un lienzo de la cerca medieval construido en sillarejo y mampostería a partes iguales. A la izquierda, por el contrario, se prolonga una extensa cortina restaurada perteneciente a dos periodos: el primero, la ampliación del recinto amurallado y, luego, el muro original. Estamos en el paño este, el mejor conservado, que se percibe en su verdadera dimensión desde la carretera.

En el sur nos espera el precioso Portal de Abajo. Desde dentro de la villa se aprecia el antiguo camino de ronda del adarve de la muralla. Al exterior aparece como un recio cubo de piedra sillar, con un arco adovelado y dos saeteras para facilitar su defensa. Una vez fuera, por la derecha, un sendero nos lleva a los pies del paño oeste de la cerca, de buena piedra sillar en algunos tramos, en gran medida aprovechado por viviendas. En una de ellas se distinguen hasta las almenas. También veremos los cimientos de un torreón circular a la altura del palacio de los condes de Oñate.

Además de callejear por Salinillas y sorprendernos con el palacio de los condes de Oñate y la torre incrustada en su corazón, en las inmediaciones se halla la torre de Buradón, sobre el desfiladero de Conchas, y muy cerca la monumental Bastida (Labastida), a cuyo término municipal pertenece.

Desde Gasteiz, tomamos la carretera N-1 hasta Arminón y, luego, la N-124 hasta el desvío señalizado a Gatzaga Buradon/Salinillas de Buradón.

Rutas por Euskal Herria

DEL LIBRO: Guía de los pueblos amurallados

TEXTO Y FOTOS: Hektor Ortega