Escuchar música en el coche cuando vas conduciendo es una práctica habitual entre muchos conductores, especialmente entre los más jóvenes.

Sin embargo, dependiendo del volumen, esta acción puede traer consigo una multa de hasta 3.000 euros. La Dirección General de Tráfico (DGT) considera con buen criterio que si el sonido está demasiado alto, el conductor puede que no escuche o lo haga de manera deficiente todo lo que sucede en su entorno, y, por lo tanto, pone en riesgo su integridad y la de terceros.

La simple denuncia de un policía es suficiente para interponer la sanción. Además, el propietario de un vehículo también podrá ser multado aunque no se halle en su interior. Si la contaminación acústica es suficiente como para ser sancionada, aunque sus ocupantes se encuentren en el exterior del mismo el agente podrá proceder a interponer la multa.

La entidad que regula el tráfico, ha lanzado un mensaje a través de su Twitter oficial, en donde expresa que es mejor utilizar "un volumen moderado". Y que también, se elija un "ritmo que no adormezca", que "no fomente una actitud defensiva o agresiva" y "no distraiga la atención en la conducción". De modo, que si seguimos estos consejos de la DGT, podremos evitar sanciones y posibles accidentes. Además de contribuir con el medio ambiente a través de la reducción de la contaminación acústica.

Tráfico incluso se permite ofrecernos unos consejos musicales para que elijamos aquellas con los ritmos más adecuados. Según señala, las canciones más seguras son las que tienen un tiempo parecido al de nuestro corazón. Si se tiene en cuenta, que se calcula en beats por minuto, se estaría hablando de temas con 60-80 pulsos cada sesenta segundos, que son los latidos habituales de las personas.

Tal es así, ya que, en las clases para solicitar el carnet de conducir, unas de las primeras cosas que nos enseñan es que conducir requiere de atención y precaución a la vía. Y a todos los estímulos que se puedan advertir sobre ella. De esta manera, estar atento a la letra de la canción que escuchamos conlleva e implicar no oír, por ejemplo, el sonido de una sirena de una ambulancia. De igual importancia, llevar el volumen demasiado bajo, puede ser negativo porque nos relajaría y podría "dormirnos".

La referencia más utilizada son los 87 decibelios de potencia, a partir de los cuales la cantidad a abonar será mayor o menor a esta cifra.

Son, por lo tanto, los ayuntamientos quienes establecen también las multas que castigan a un conductor cuando el volumen de su coche supera los decibelios máximos. Normalmente utilizan como referencia 87 decibelios y en función de ese exceso, la cuantía será menor o mayor. En Madrid, por ejemplo, la multa por pasarse 4 decibelios es de 90 euros. Sin embargo, esta cifra varía de una localidad a otra y en los casos más extremos puede llegar a los 3.000 euros.