lOS guionistas de En busca del Arca perdida ponen en boca del protagonista una frase digna de transcribirse al mármol. A un comentario sobre su aparente decadencia, Indiana Jones responde flemático: “No son los años, son los kilómetros”. Veteranía e intensa trayectoria vital es, precisamente, lo que derrocha la variopinta colección de vehículos históricos que la novena edición de Retro Clásica Bilbao acercará al BEC el próximo fin de semana. El certamen anual brinda otra buena oportunidad para que los más veteranos evoquen sus años mozos y para que los jóvenes descubran automóviles y motocicletas de antaño, sin duda no tan perfectos como los contemporáneos, pero quizá sí más conmovedores.

Cerca de un centenar y medio de expositores acamparán de viernes a domingo en el Bilbao Exhibition Centre, ocupando 50.000 metros cuadrados en tres de sus pabellones. Coleccionistas, propietarios, clubes, restauradores, profesionales de la compraventa, preparadores, recambistas, hosteleros? pero sobre todo entusiastas y curiosos integran el padrón de fieles de la feria, consolidada como la más importante del eje atlántico. Los organizadores esperan superar los 35.000 asistentes censados en 2018.

José Enrique Elvira, director y promotor de la exposición, se muestra satisfecho de la acogida recibida en las ocho ediciones precedentes y pone en valor esta clase de convocatorias: “El sector de vehículos clásicos es muy diverso, pues agrupa a todo tipo de modelos, coches o motos, con más de treinta años. Pero es homogéneo respecto a que son piezas de valor que forman parte del patrimonio cultural de la sociedad. La celebración de un evento como Retro Clásica Bilbao contribuye a divulgar dicho patrimonio entre el público, en especial entre los más jóvenes. Además, alienta la actividad de clubes, coleccionistas y diversas empresas, así como la afición de muchos propietarios, que poseen un modelo histórico y emplean mucho tiempo y recursos económicos en su conservación”.

La muestra mantiene la vocación altavoz del ramo, por lo que se erige en caja de resonancia de las distintas efemérides del mundillo de los clásicos. Por tal motivo, este año concitan especial protagonismo celebraciones como el centenario de Citroën y los cumpleaños de Ossa (70), MINI (60) y el SEAT 1430 (50). La exposición de motos y coches históricos tendrá el contrapunto deportivo en el habitual Motorshow. Destacados pilotos locales competirán en un efímero circuito indoor, disputando dos pruebas independientes contra el cronómetro, una el sábado y otra el domingo.

No podía faltar a la cita de Retro Clásica Bilbao el museo Colección Miguel de la Vía - Torre de Loizaga, proveedor habitual de dosis de glamur y refinamiento a la muestra. La buena sintonía de la entidad con la organización del certamen depara otra interesante recopilación de vehículos. Esta vez no se exhibirán únicamente piezas de los fondos del repertorio Rolls Royce. Se mostrarán automóviles tipo cabriolet de distintas épocas, algunos de ellos adquiridos por el propio alma máter de la colección para su uso personal. Entre esos convertibles se cuentan un Rolls Royce Phantom I Springfield Sedanca Landauletta fabricado en 1929, un MG TF 500 de 1955, un Austin Healy MK 3000 III de 1965 y un Jaguar E-Type fechado en 1970.