No sabe el actual director de la Filmoteca Española, antigua Filmoteca Nacional, cuándo se enamoró del cine, aunque imagina que le habría sucedido durante la infancia. Historiador, profesor universitario, productor de cine y experto en cine documental, reconoce que no se recuerda como un cinéfilo intenso, sino que más bien le interesaba la cultura en general, pero fue en la facultad de Periodismo cuando entre las dos especialidades de la carrera que le acercaban al mundo cultural, la literatura y el cine, se decantó por el universo de las imágenes en movimiento. Recientemente ha aparecido en la Filmoteca Española un corto que se considera la primera creación del cine sonoro hecho por una mujer, María Forteza, y eso ha vuelto a poner de actualidad la figura de este tudelano que vive por y para el cine, porque ha sido reclamado aquí y allá para hablar de este significativo suceso cultural. Uno de los proyectos que ahora quiere sacar adelante junto a su equipo es una nueva ley de patrimonio histórico que reconozca el audiovisual y le dé a la institución que dirige desde septiembre de 2018 la categoría que tienen los museos. Si echa la vista atrás, a hace una década, su mirada se centra en el festival de cine documental Punto de Vista de Navarra, uno de los referentes a nivel internacional de esta categoría cinematográfica y que él dirigió en su día.

En septiembre se cumplirán dos años de su llegada a la Filmoteca Española. ¿Haría un balance positivo o de luces y sombras?

Para empezar, es muy difícil hacer un balance en estos tiempos que corren. Yo diría que ha sido un tiempo convulso, y en ese balance que me pides hay que contar con una inestabilidad de gobierno primero, y cuando este gobierno ya parecía estable nos hemos encontrado con una pandemia. No ha sido un periodo tranquilo, pero aun así mi valoración personal es muy positiva, porque hemos conseguido consolidar el equipo y visualizar un proyecto.

¿Falta levantarlo?

Evidentemente. Lo único que hemos hecho es imaginarlo a fecha de hoy, y creo que eso es bastante en los meses que llevamos en el proyecto. A partir de ahora es cuando deberíamos echarlo a andar.

Ha saltado la noticia de la aparición de la primera película sonora hecha por una mujer, y en este suceso ustedes han tenido un papel activo.

No estamos tan seguros de que sea la primera, pero en cualquier caso es una de las pioneras y sobre la que no teníamos noticias. Esta es una de las casualidades maravillosas que nos ha traído esta desastrosa situación de la pandemia.

¿Cómo reapareció Mallorca

Teníamos unos materiales que estaban mal catalogados, y al principio pensamos que eran otra cosa. La película pone en el mapa de la cinematografía el nombre de una mujer, María Forteza, que hasta ahora no existía para la historia del cine. A mí, desde luego, el hallazgo me parece una gran noticia.

Hablemos de su pasión por el cine.

Imagino que surgió en la infancia, no lo sé muy bien. Tampoco recuerdo haber sido muy cinéfilo en algún momento de mi vida. Pienso que mi interés era más general, por la cultura, pero acabó derivando hacia el cine y quizá fue por una serie de casualidades fortuitas. Estudié Periodismo y lo más próximo que tenía en la carrera con el mundo de la cultura eran la literatura o el cine.

Y escogió el cine.

Sí, me atraía más que la literatura y por eso me especialicé en cine.

"La mayoría se alegra de que una película de Almodóvar vaya bien"

El cine en todas sus vertientes forma parte importante de la vida social y cultural de los ciudadanos, y sin embargo, parece que a los políticos les cuesta verlo como una industria y en muchos casos lo creen una actividad accesoria.

No estoy tan de acuerdo con esa afirmación. Hay un Ministerio de Cultura donde hay un Instituto de Cinematografía, que es la institución que alberga la Filmoteca Española. Hace ya tiempo que el cine está metido en el mundo de la cultura y de las artes; otra cosa es que haya algunos partidos políticos que digan que el cine no es cultura y que hagan afirmaciones más bien de principios del siglo XX que del siglo XXI en el que estamos. Pienso que el cine sí está considerado cultura y que tiene una parte industrial que es indudable. La mayoría se alegra de que una película de Almodóvar vaya bien por el mundo, o de que una serie de televisión como La casa de papel se convierta en un éxito a nivel global. Que otros no lo hagan no quiere decir que el cine no tenga su hueco en el ámbito de la cultura.

Quiere convertir la Filmoteca Española en un museo en movimiento y que el público se acerque a él como lo hace en los museos. ¿Qué significa exactamente este sumario de intenciones?

Mi equipo y yo pensamos que una filmoteca tiene que ser, en funcionamiento, muy similar a un museo. Igual que se hace en un museo, nosotros lo que hacemos es conservar una parte del patrimonio de este país. Si tenemos un espejo en el que mirarnos ese es el de los museos. Si en algo hemos trabajado es en que haya una nueva ley de patrimonio en la que se recoja y proteja el patrimonio audiovisual.

¿Y va a ser fácil?

No lo sé, pero para nosotros es el primer paso. Si se reconoce que existe un patrimonio audiovisual, lo lógico es que exista una institución museística que se encargue de cuidarlo.

¿Y no es la Filmoteca esa institución?

Sí, es cierto que ya existe, lo que ocurre es que hoy por hoy no tiene la protección que pueden tener los museos, porque en la ley de patrimonio histórico no está reconocido el audiovisual. Es una ley que tiene muchos años; de hecho, es de 1985.

¿Cuál es la película más antigua de la Filmoteca Española?

Los primeros materiales que podemos conservar son de finales del siglo XIX. Hay películas que han acabado en la Filmoteca Española por azares del destino, pero muchas no son hechas en España ni hechas por españoles. La mayoría de los primeros cineastas era gente que viajaba, que se iba desplazando de un lugar a otro e iba rodando materiales aquí y allá, y ese material de los principios de la cinematografía acabó de forma muy dispersa.

Aunque hoy esas grabaciones se considerarán joyas, se supone.

Sin duda. Una de las colecciones más vistosas de la Filmoteca es la de Sagarminaga. Se compró a un coleccionista bilbaíno y son cien películas, aunque hablamos de películas de entre un minuto y tres de duración.

Aunque su especialidad no sea el cine comercial, ¿cómo lo ve en estos momentos?

Yo sé más de cine antiguo. El actual lleva un par de décadas de transformaciones profundas que tienen que ver con el proceso de digitalización, la multiplicidad de pantallas... y todo esto hace que la producción de hoy en día sea muy diversa, mucho más que en el pasado. Hay muchos formatos conviviendo a la vez y diferentes ventanas donde poder exhibirlos. Pienso que está en un momento muy interesante. La pandemia va a tener algún tipo de reflejo en las condiciones del cine, va influir en la asistencia a salas€ El cine lleva dos décadas cambiando y la presencia del coronavirus va a acelerar aún más esos cambios.

"Hay que proteger la formas tradiciones de consumo del cine"

¿Cree que van a desaparecer las salas?

Creo que no, pero hay que tener bien claro desde las instituciones culturales que hay que proteger la formas tradiciones de consumo del cine, porque si no hay un serio riesgo de desaparición. Tenemos una diversidad de pantallas y es verdad que las salas han estado peleando muy duro en los últimos años para no perder presencia. Soy de la opinión de que el Estado, los gobiernos autonómicos y las instituciones culturales tienen que pelear para que esos espacios públicos donde tradicionalmente se han visto las películas no desaparezcan. Las salas de cine llevan luchando por su existencia desde que apareció la televisión.

Pero nunca lo han tenido tan difícil como ahora, ¿no?

Sí, y ya digo que las restricciones que va a haber por preservar la salud y para que no haya contagios en las salas de cine pueden ser un peligro añadido para ellas, pero los gobiernos tienen que preservar esa parte de la tradición de ver cine.

Hablemos del Festival Punto de Vista de Pamplona.

Para mí significó muchísimo. Me lo ofrecieron hace diez años, porque la primera edición que yo programé fue la de 2010, y fue una ventana a poder tener un espacio, una plataforma, un trampolín desde el que poder diseminar una idea del cine documental que al equipo que estábamos en aquel momento le pareció interesante.

¿Un punto de encuentro para creadores?

En aquel momento el cine documental no tenía un lugar claro en España y no estaba definido si existía ese lugar. Creo que el director que me antecedió a mí, Carlos Muguiro, ya trabajó en esa línea, y cuando llegué yo lo que tuve que hacer es seguir tirando de ese hilo que ya había puesto en marcha el equipo anterior durante los cinco primeros años del festival. Ahora que hablo de esto, estoy pensando que soy gafe.

¿Gafe? ¿Por qué?

Porque en aquel momento me toco tragarme la crisis económica y ahora me ha tocado tragarme la pandemia. Tuvimos problemas gordos, e incluso un año no se hizo el festival. Fueron problemas con las autoridades del Gobierno de Navarra de aquella época, pero lo importante es que hoy el festival Punto de Vista sigue vivo y se ha recuperado su anualidad. Después mía llegó Óscar Alegría y ahora hay una directora que es Garbiñe Ortega. Cada uno de ellos le ha dado al festival su punto de vista, nunca mejor dicho.

¿Con qué mirada se acerca usted ahora al Festival Punto de Vista?

Con los cuatro directores que hemos estado, las ondulaciones sobre el terreno que hemos incorporado cada uno de nosotros en nuestras respectivas etapas son bastante claras. El equipo de cada uno de nosotros ha dejado una singladura diferente; a unos les gustará más una y a otros, otra.

¿Se puede ver el cine documental como el hermano pequeño del cine comercial?

Ahora no, o al menos eso creo yo. Pienso que un tiempo atrás a lo mejor pudo sentirse así, pero hace ya años que se ha perdido ese concepto. De hecho, en los espacios comerciales o en las plataformas vemos que hay un incremento de películas documentales. Hace unos días, haciendo zapping por Amazon, me sorprendió el gran número de documentales con el que me encontraba.

El cine documental suele estar muy ligado con las reivindicaciones sociales.

Siempre ha sido así. El cine documental está armado por lo general con cuestiones sociales, y esto ha ocurrido desde las primeras películas firmadas por Robert Flaherty, cuando reflejaba las costumbres de vida de unas personas que corrían peligro de desaparecer o que ya habían desaparecido. Desde el principio, detrás del cine documental ha habido una preocupación social sobre temas muy diferentes. El cine documental gira alrededor de los temas sociales, antes y ahora.

¿Tiene usted aún más proyecto que acometer?

Todos, muchos. Hemos estado todo este año trabajando en definir la Filmoteca Española y en que cada vez tenga un reconocimiento mayor, ese reconocimiento que la acerque a los museos. Buscamos fórmulas de presentación de los materiales que sean accesibles e interesantes para los públicos de hoy en día. Y queremos que las imágenes de nuestra historia formen parte de nuestro presente y las reconozcamos como tales.

Una tarea interesante, pero, ¿difícil?

¿Qué no es difícil? Primero nos tenemos que recuperar de estos meses, que no han sido desaprovechados, pero ahora hay que poner toda la maquinaria en marcha para que el proyecto de la Filmoteca Española salga adelante. Yo no desespero, me gustan los retos y este es uno de esos por los que merece la pena pelear, y mucho. El objetivo es disfrutar con nuestra historia en imágenes, porque hay materiales muy sorprendentes.

PERSONAL

Edad: 52 años.

Lugar de nacimiento: Tudela (Navarra).

Formación: Es licenciado en Ciencias de la Información. En 1996 se doctoró en la Universidad Autónoma de Barcelona con una tesis sobre la llegada del cine sonoro a España. En dos etapas diferentes, 1998-1999 y 2007 y 2008, fue profesor del máster de Teoría y Práctica documental en esta institución universitaria.

Trayectoria: Fue profesor titular de la universidad catalana desde 1996 a 2008 y dirigió la creación de medio centenar de cortos documentales. Entre 2009 y 2013 ejerció la docencia en la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona. Es especialista en cine documental. Entre los años 2010 y 2014 fue programador del festival Punto de Vista de Navarra, uno de los referentes internacionales en el mundo de la cinematografía documental. En el 2012 fue nombrado programador del Robert Flaherty Film Festival. En estos momentos es catedrático de la Universidad Carlos III y director de la Filmoteca Española.