El diseñador eibarrés Ion Fiz lleva casi veinte años dedicado al mundo de la moda. Descubrió la profesión en el taller familiar, después fue un estudiante modelo, trabajó mano a mano con Manuel Pertegaz y con solo 24 años fundó su propia firma.

Verle trabajar en el backstage de su último desfile, en la pasarela 948 de Pamplona, controlando y supervisando cada detalle de los diseños y dando las últimas instrucciones a las modelos antes de salir a escena, permite hacerse una idea de cómo es Ion Fiz. La organización, la perfección y el buen hacer, sumado a ese toque original que siempre caracteriza a sus colecciones, son cualidades que le han llevado a convertirse en uno de los diseñadores vascos más reputados. De hecho, el año pasado recibió el premio Costura España en reconocimiento a su trayectoria. Sin embargo, sigue apenando su ausencia en la Madrid Fashion Week. Tras 17 años de desfiles, en 2018 se despidió de la pasarela madrileña tras una serie de discrepancias con la entonces directora, Charo Izquierdo, y aunque asegura que no echa en falta nada, tampoco descarta la idea de regresar en el futuro.

Su última colección para la próxima primavera-verano se titula París-Texas, un título con un guiño cinematográfico.

Se trata de una colección que aúna la cultura francesa en el vestir, cuyo objetivo es el detalle y la calidad de los tejidos, y que respira esa Europa del siglo XX y parte del XXI, con pequeños toques de la cultura americana, a través por ejemplo de las mezclas de blanco y negro, los estampados de muñecas pop y otros llenos de color.

¿Cuánto tiempo le ha llevado preparar una colección como esta?

Seis meses. Es un proceso muy laborioso que comienza con la inspiración y la investigación, continúa con el dibujo de los bocetos, montar los prototipos de la prenda, encargar los tejidos, hacer pruebas y pequeñas modificaciones... Esta vez, además, hemos dedicado especial atención a los complementos y hemos sacado una línea de bolsos y zapatos.

Echando la vista atrás, usted empezó jugando con los patrones en el taller de su abuela y después se formó en la Escuela de Moda Vasca con Matrícula de Honor. ¿Es vocacional elegir una profesión como esta?

Sí, sí, puedo confirmar que es vocacional. En mi caso, desde que era pequeño y vi a mi abuela cortando y cosiendo, y también a mis tíos que eran sastres, tuve fijación con la costura. Desde entonces sabía que quería ser diseñador. Ellos eran más modistos, no tanto diseñadores, pero sí, fueron ellos, entre comillas, los culpables de mi fijación por los tejidos y los vestidos.

Muchas veces se usan como sinónimos, pero usted hace distinción entre modisto y diseñador.

Un diseñador tiene que ser también empresario, sacar líneas de diseño distintas, una de alta costura y una segunda más económica, trabajar con licencias y abarcar más campos. En mi caso, por ejemplo, además de las colecciones de moda trabajo con líneas de gafas, bolsos, lencería, muebles, zapatos... El modisto, sin embargo, se centra más en la parte de la costura.

Lanzó su propia marca con solo 24 años y le han tachado de valiente, inconsciente...

Fue difícil y supuso mucho sacrificio, entrega y disciplina, pero sobre todo supuso un gran aprendizaje para mí. Aprendí a entregarme al trabajo. Una marca propia en la que cada seis meses hay que presentar una colección requiere muchísima concentración y dedicación. Te absorbe todo tu tiempo. Quizá ese sería un lujo, tener más tiempo.

En sus comienzos como diseñador trabajó en el taller de Pertegaz y la prensa especializada le calificó como su más digno heredero. ¿Cómo recuerda aquella época?

La recuerdo como una gran oportunidad. Cuando me llamaron para que fuese a trabajar con Pertegaz a Barcelona llevaba seis meses con mi propia empresa, con mi firma. Acababa de presentar mi primera colección y de repente recibí aquella llamada. Para mí, Manuel Pertegaz siempre ha sido un referente en moda y fue una oportunidad maravillosa para conocer el fondo más serio de la moda de autor, tener una fijación por la calidad y el buen hacer... Lo recuerdo con mucho cariño.

Trabajó durante dos años en su taller. ¿Es cierto que el encargo del vestido de novia de doña Letizia fue el detonante de su salida de la firma?

Sí, surgió el encargo del vestido de novia de la entonces Princesa de Asturias y Manuel se vio un poco bloqueado entre dos mundos, el de su empresa de prét à porter y lo que era el encargo de su vida. No hay que olvidar que él también ha vestido a grandes mujeres como Audrey Hepburn o Ava Gardner, pero eso fue muy remoto, estamos hablando de los años 60. Cuando recibió este nuevo encargo, en 2004, quiso centrar toda su atención en el trabajo a medida del vestido de doña Letizia, se exigió mucho a sí mismo y se permitió el lujo o la concesión de centrarse en ese proyecto y paralizar el lanzamiento de su marca en el prét à porter. De hecho, estaba a punto de presentar su colección en un evento en un espacio en Madrid y todo aquello se paralizó y se quedó en los archivos de la casa. En ese momento yo seguí con los encargos y pedidos de mi marca, y además acababa de ganar el premio L’Oreal Paris en la pasarela Cibeles.

No hay mal que por bien no venga, pero pena también sentiría...

Sí, claro, me hubiera gustado desarrollar mi trabajo un poco más y aportar todo lo que pudiera al universo Pertegaz, pero tampoco me dio tiempo a pensar en todo lo que estaba pasando, porque llegó de golpe. Como estaba con mi segunda colección y con el premio tenía muchísimo trabajo encima de la mesa. No me quedé de brazos cruzados.

Hace unos meses saltó la noticia de que Jorge Vázquez había sido nombrado director creativo de Pertegaz, y precisamente acaba de presentar su primera colección en la MBFWMadrid. ¿Qué le ha parecido?

No he tenido tiempo de ver la colección que ha hecho Jorge, pero estoy seguro de que lo ha hecho muy bien. Es un diseñador que trabaja con mucho detalle, que cuida la calidad y que tiene un estilo muy femenino que encaja muy bien en la firma.

Acaba de celebrarse la 71 edición de la pasarela madrileña y su nombre se ha echado en falta, igual que desde 2018.

Siendo sincero, no he echado en falta nada de la Madrid Fashion Week. Estoy completamente absorbido, con un montón de encargos y proyectos distintos, y aunque me hubiesen propuesto desfilar, hubiera sido imposible.

¿Le gustaría volver en el futuro?

No lo descarto. Es algo que está ahí y que podría llegar a plantearme, pero tampoco es una cosa que ahora necesite para mi marca.

Una de las razones de su salida de la pasarela madrileña fue la llegada de Charo Izquierdo como directora. Tuvo sus más y sus menos con ella cuando impuso una serie de directrices y condiciones que usted y otros diseñadores no aceptaron.

Sí, Charo nos expulsó a unos cuantos grandes creadores de moda española de la pasarela, pero porque ella se encaprichó así. Yo puedo pelear contra el proveedor de un tejido o contra un patronista, pero no con una mujer que se piensa que la pasarela es suya.

Hay que reconocer que su mandato no ha durado mucho y ha sido sustituida por Nuria de Miguel. De momento no se conocen los motivos de este cambio, pero, ¿cree que puede estar relacionado con aquellos problemas?

Ahí no puedo decir nada porque no lo sé. Ahora mismo estoy muy alejado del tema de la pasarela.

Por otro lado, llama la atención que hace unos años había una gran presencia vasca en Cibeles: Ion Fiz, Ailanto, Alvarno, Roberto Etxeberrria... que ya no están. ¿Qué ha pasado?

Es verdad que había mucha presencia vasca, pero imagino que se debe a que los tiempos cambian y las pasarelas cambian... Hay que saber adaptarse a los tiempos, a las tiendas online, a las redes sociales y a las nuevas tecnologías. Hay que estar al día.

No hay duda de que una pasarela da mucha visibilidad, otra cosa es analizar si es rentable o no para una marca.

Sí, claro, la pasarela da visibilidad, pero si llevas veinte años haciendo desfiles y estás en desacuerdo con la gente que los organiza, pues adiós. Yo sigo con mi firma y trabajando con la gente con la que me siento a gusto, gente que entiende mi moda y mi trabajo.

A la hora de trabajar, usted siempre ha afirmado que le gusta seguir el proceso de cada prenda.

Sí, me gusta supervisar los tejidos, el patronaje, la confección... y creo que es un valor añadido a lo que son mis prendas. Todo tiene que ver con el detalle y la calidad.

¿Qué cualidades definen a su marca?

Es una moda muy atemporal, que no juega con las tendencias. Es moda duradera y sostenible, con prendas con muy buena confección y buenos tejidos que les hacen perdurar en el tiempo.

En los últimos años ha cambiado el concepto de la moda y últimamente se escucha mucho el término moda sostenible. ¿Por ahí va el futuro?

Totalmente. Tenemos que cuidar la forma de fabricar y también emplear tejidos que perjudiquen lo mínimo posible al planeta. También es importante confeccionar diseños más perennes. Es mejor construir un buen fondo de armario y contar con piezas clave que te van a acompañar un montón de años, que cada dos meses cambiar tu armario entero.

Las firmas ya empiezan a cambiar, lo más difícil es ahora cambiar los hábitos de los consumidores, muchos acostumbrados al fast fashion.

Es que tiene que cambiar la manera de comprar, y hay que saber de donde procede una prenda, quién la ha confeccionado, si es made in Spain o made in China... Siempre hay que leer las etiquetas.

PERSONAL

Fecha y lugar de nacimiento: Eibar (Gipuzkoa), 1976.

Formación: Desde niño sintió una atracción especial por la moda y la costura, y recuerda con cariño sus primeros aprendizajes en los talleres de sus familiares ?su abuela era modista y sus tíos sastres?. Se formó en Diseño de Moda en la Escuela de Moda Vasca con Matrícula de Honor y con solo 24 años fundó su firma homónima en Bilbao. Profundizó sus conocimientos en alta costura en los talleres de Manuel Pertegaz, en Barcelona, donde trabajó durante dos años mano a mano con el diseñador ya fallecido. A lo largo de su trayectoria ha recibido diferentes galardones, como el de L’Oreal París Cibeles, el Prix de la Mode Marie Claire, el Premio Fad, el Dedal de Oro al Mejor Diseñador y el más reciente, Costura España 2019, en reconocimiento a su trayectoria.

Pasarelas: Desde que arrancó con su propia marca siempre ha estado presente en la pasarela Madrid Fashion Week. Sin embargo, con el cambio de directora que se produjo en 2018 y que supuso una serie de cambios y condiciones para los participantes, Ion Fiz ha desaparecido de la cita madrileña. En la actualidad está centrado en diferentes proyectos con su marca, y su moda puede encontrarse, además de en España, en países como Francia, Italia, Rusia, Noruega, Australia, Emiratos Árabes y Japón.