Del norte a Canarias: la magia navideña que solo el archipiélago puede ofrecer

Allá donde la normalidad deja de tener lugar, donde las txamarras se convierten en bañadores y la goxua en almendras rellenas, la Navidad llega montada en las alas de Binter rumbo a unas islas que parecen hechas a medida para quienes viven en el área de influencia de Donostia y Pamplona. En Canarias, el invierno se vive con un encanto singular: las calles se iluminan, el clima acompaña sin esfuerzo y las tradiciones se mezclan con la calidez de un archipiélago capaz de ofrecer conciertos al aire libre, mercadillos junto al mar y hasta belenes esculpidos en arena.

Escapar del frío del norte requiere un motivo de peso, y en Canarias ese motivo es permanente. El archipiélago se convierte en un refugio irresistible para quienes buscan una Navidad luminosa, con sol radiante, brisa atlántica y planes que van mucho más allá del clima: desde caminar por bosques de laurisilva que recuerdan a la montaña vasco-navarra, hasta sumergirse en playas volcánicas que no se parecen a nada conocido en casa.

Se la conoce como la tierra de los mil paisajes, y basta un vuelo directo para comprobarlo. A pocos kilómetros conviven dunas que parecen del Sahara, acantilados que caen en vertical al océano, barrancos que serpentean como si fuesen valles pirenaicos y piscinas naturales alimentadas por el Atlántico.

Cada isla despliega un carácter propio: la fuerza volcánica de Lanzarote, las playas interminables de Fuerteventura, los bosques de Tenerife que se funden con el Teide y los rincones marineros de La Palma, La Gomera o El Hierro. Un mosaico que sorprende incluso a quienes creen conocer bien el sur. Agaete, en Gran Canaria, es uno de esos ejemplos que conquistaría a cualquier amante del mar del norte: un pequeño pueblo atlántico inspirado por el aroma a café y el rugir de las olas, recientemente reconocido por la Organización Mundial del Turismo como Best Tourism Village 2025 por su compromiso con la sostenibilidad y la autenticidad.

Y lo mejor es que llegar hasta ahí –o a cualquier isla– se consigue con tan solo tres horas de vuelo, dinamizadas por las ventajas del modo canario de Binter: aperitivo gourmet, menús especiales con productos locales y entretenimiento digital en dispositivos personales.

A medida que avanza el viaje, se descubre que las Canarias no solo seducen por su clima, sino por su capacidad para ofrecer contrastes en cada rincón. Quizá las olas no superen a las de Mundaka, pero vivir la Navidad entre pinos canarios, playas doradas y pueblos históricos bañados por el sol es una experiencia que se queda para siempre.

Vuelos directos desde Donostia y Pamplona

Viajar desde Euskadi o Navarra a cualquiera de las islas del archipiélago con Binter se convierte en parte del encanto del destino. Los pasajeros disfrutan de un abordaje ágil y cómodo, con asientos espaciosos que permiten estirarse mientras se sobrevuela la península y el Atlántico. Durante el trayecto, ese modo canario hace que cada vuelo sea más cercano y cálido, gracias a la atención personalizada de la tripulación. De esta manera, la compañía se asegura de que la experiencia sea completa.

Binter ofrece vuelos entre Donostia y Canarias cuatro días a la semana, los jueves y domingos a través de Gran Canaria y los lunes y viernes rumbo a Tenerife, extendiendo a la temporada de invierno su programación de verano.

En el caso de Pamplona, los vuelos directos son los miércoles, viernes y domingos a través de Gran Canaria y los martes y sábados con Tenerife.

Además, sus 220 vuelos diarios entre las diferentes islas del archipiélago atlántico permiten a los usuarios llegar por el mismo precio desde Donostia o Pamplona a cualquiera de ellas e, incluso, explorar más de una en un solo viaje gracias a productos como el Stopover o su AirPass Explorer, con el que los viajeros pueden combinar hasta ocho vuelos interinsulares, descubriendo la mayoría del archipiélago en un mismo viaje y aprovechando tarifas muy ventajosas. Así, es posible visitar Gran Canaria, Tenerife, Lanzarote, Fuerteventura, La Palma, La Gomera o El Hierro en una sola aventura, optimizando tiempo y costes.