Catalunya apetece: un sinfín de caminos por degustar
Un destino que hará las delicias de los paladares más exquisitos
Catalunya es un destino hecho de recetas. Sus platos abren caminos por todo el territorio, descubren paisajes diversos, muestran el saber de un pueblo y una cultura que atesora sabores increíbles. Desde la efervescencia creativa e innovación constante que se cocina en Barcelona hasta los pequeños rincones donde el tiempo se cuece a fuego lento, Catalunya se revela como un destino ideal para quienes buscan saborear el mundo con todos los sentidos.
Recorrer Catalunya abre el apetito a cada paso. Desde los viñedos del Penedès hasta las calas escondidas del Empordà, el viaje es un festín: cavas ancestrales y vinos con carácter, aceites de oliva de variedades únicas, quesos de pastor, embutidos artesanos, setas y trufas de montaña, arroces marineros y platos de cocina popular elaborados en masías o fogones domésticos que conviven con los de los grandes templos de la cocina de vanguardia. Cada rincón ofrece bocados únicos: mercados con alma, bodegas que cuentan historias, calçotades inolvidables, talleres entre olivares, suquets en barcos fondeados o catas al atardecer entre viñas.
¿Y si existiera una ruta que lo conectara todo?
Esa es la propuesta del Grand Tour de Catalunya: un roadtrip circular de más de 2.000 kilómetros que invita a descubrir la esencia del destino al ritmo de cada viajero.
Los productos de su despensa son el reflejo de una geografía diversa, del esfuerzo de payeses, ganaderos y pescadores, del compromiso de los viticultores con el paisaje.
En este viaje en coche por la gastronomía de Catalunya nos encontramos con productos singulares, sabores populares y cocina de vanguardia, animados mercados y fiestas gastronómicas. En la Costa Brava, por ejemplo, podemos degustar el suquet de peix acompañado de vinos únicos de la DO Empordà, donde las bodegas familiares abren sus puertas para mostrar el vínculo entre el mar y la viña. Más al sur, en la Garrotxa, el paisaje volcánico ofrece setas y hongos silvestres de primera calidad, así como el famoso queso de la zona, elaborado con leche de vaca en pastoreo libre.
Avanzando hacia la Costa Daurada y Terres de l’Ebre, las huertas de Tarragona nos regalan tomates, alcachofas y melones que se combinan con la tradición del arroz del Delta de l’Ebre en platos como el arroz con anguila, galeras. Allí, las almazaras locales extraen un aceite de oliva virgen extra con Denominación de Origen Siurana, que potencia cada receta.
No faltan tampoco los calçots y las fiestas como la de la Calçotada en Valls, donde los calçots se asan a la leña y se disfrutan con salsa romesco, una experiencia social y gastronómica única. En Pirineos de Catalunya y Val d’Aran se pueden disfrutar de ternera ecológica y cordero, embutidos y quesos o platos como la olla aranesa o el Trinxat de la Cerdanya.
En el interior en Terres de Lleida con su producción fruta, sus típicos caracoles y la producción de aceite DO Garrigues y Vino DO Costers del Segre como productos insignia.
Si hablamos de despesa un imprescindible son los mercados: visitar algunos de los mercados de abastos en Barcelona o el mercat de Vic los sábados en Paisajes Barcelona, con producto de temporada como pueden ser las trufas (tradición que se remonta al s IX) o el de Vilafranca del Penedès (s.XII) en Costa Barcelona.
Bodegas, almazaras y molinos abren sus puertas en las rutas del vino y del aceite; huertas y granjas invitan a participar en sus quehaceres diarios. Todos, desde grandes productores y cocineros reconocidos internacionalmente, como los que lideran la gastronomía de Girona, hasta pequeños artesanos de la Catalunya interior, trabajan con respeto por la naturaleza, la conservación del territorio y la protección de la biodiversidad.
Una ruta para la que no hace falta mapa, tan solo dejarse guiar por los aromas y saborear cada kilómetro. Catalunya apetece.
Aquí el vino también cuenta historias
Desde los tintos intensos del Priorat hasta los espumosos elegantes del Penedès, pasando por variedades autóctonas recuperadas como el sumoll o la trepat, cada copa de vino en Catalunya cuenta una historia. La diversidad de vinos que nacen aquí es la expresión viva de una cultura ancestral.
Con doce denominaciones de origen y más de 300 bodegas abiertas al visitante, el enoturismo en Catalunya va más allá de la cata, es una experiencia. Es una inmersión en el paisaje, la historia y la cultura. Dormir entre viñedos, vendimiar con viticultores, descubrir cavas escondidas en antiguas masías o disfrutar de una cata bajo las estrellas son solo algunas de las experiencias que te conectan con el espíritu auténtico del vino catalán.
Región Mundial de la Gastronomía 2025
Catalunya, referente mundial en excelencia alimentaria y gastronómica y líder internacional en turismo enogastronómico, se ha convertido este año en la primera región europea distinguida como Región Mundial de la Gastronomía.
Este reconocimiento confirma la consolidación de un modelo turístico innovador y regenerativo en el que la gastronomía va mucho más allá del restaurante y abre las puertas a quien la visita a descubrir el territorio, su tradición y la vasta despensa que atesoran sus campesinos, ganaderos y marineros, desde una perspectiva sostenible y comprometida socialmente. Más información: www.catalunya.com.
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