Viajar en verano es uno de los mejores planes que hay. Conocer nuevos destinos, hacer turismo por monumentos históricos o, simplemente, descansar y desconectar de todo es la costumbre en estos días. No obstante, existe una cuestión que incomoda a muchos viajeros: no poder meter sus pertenencias en la maleta.
Preparar toda la ropa para viajar es, para muchos, un auténtico desafío, ya que no todos sus objetos caben y toca que hacer malabares para que encajen. Pero esto tiene solución, gracias al truco conocido como “enrollado militar”.
Cómo ponerlo en práctica paso a paso
El origen de este truco viene del mundo militar. En sus instalaciones, los soldados deben encajar la mayor cantidad de ropa posible en mochilas de poco espacio. Por lo tanto, es importante saber aprovechar cada centímetro como si fuera el último.
Para ponerlo en marcha en casa, basta con extender la prenda en una superficie y alisarla, de modo que se eliminen las arrugas. Más tarde, hay que hacer pequeños pliegues, dependiendo del tipo de prenda, para poder enrollarlas fácilmente.
Camisetas
Por ejemplo, en el caso de las camisetas, primero hay que doblar las mangas hacia el centro del cuerpo y después coger la parte baja de la prenda, doblándola hacia arriba unos pocos centímetros.
Más tarde, desde el cuello, se enrolla hasta llegar al borde inferior. El pliegue que se hizo antes servirá para envolver el cilindro, evitando que se desenrolle y quedando bien firme.
Pantalones y otras prendas
Los pantalones hay que doblarlos por abajo y más tarde enrollarlos de abajo hacia arriba, apretando fuerte. Con los calcetines y otra ropa interior, se enrolla sobre sí misma, o metiéndolas en otras prendas para maximizar su espacio.
Guardar la ropa
Lo más recomendable es colocar la ropa de manera vertical, como si de unas latas de despensa se tratara. Con este método, también se puede ver a la primera la distribución de las prendas, sin tener que revolver en la maleta para encontrarlas.
Recomendaciones para una maleta organizada
Para una maleta bien estructurada, lo primero es saber qué llevar. El primer paso es hacer una lista de lo que se va a llevar dependiendo de las condiciones climáticas y la duración del viaje, con prendas polivalentes y muy fáciles de combinar entre sí.
Asimismo, hay que tapar los huecos que hayan quedado libros con ropa interior o cargadores, o con bolsas organizadoras o de compresión para estructurar la ropa y tenerla ordenada. En cuanto a los líquidos, que sean siempre de tamaños permitidos y en bolsas transparentes.
Por otro lado, hay que saber que cada maleta tiene unas dimensiones determinadas. Por esa misma razón, hay que conocer las medidas que establece cada aerolínea para poder viajar sin impedimentos y no pagar dinero de más para desplazarse.
Y, por último, pero no por ello menos importante, está la idea de priorizar única y exclusivamente lo práctico. Muy a menudo se piensa que hay que llevar prendas extra por si acaso: nada más lejos de la realidad.