Al imaginar un viaje muchas veces pensamos en lugares paradisíacos y lejanos que requieren de coger un avión. Sin embargo, en muchas ocasiones no somos conscientes de la gran cantidad de destinos excepcionales que tiene Gipuzkoa tanto en su territorio como en sus cercanías.
En un nuevo post de Sisters and the City, el portal recuerda que no es necesario volar miles de kilómetros para disfrutar de una escapada, y el mejor ejemplo lo podemos ver en San Juan de Luz.
Las hermanas guipuzcoanas recomiendan visitar Guingette Erromardie, ubicado en la ciudad de Iparralde. "En la playa de Erromardie (San Juan de Luz), a 29 kms de Donostia, se encuentra uno de nuestros lugares favoritos donde siempre es verano", escriben en su web sobre el local. "Es como tele transportarte al cielo desconectando del planeta entero", explican.
"Decimos que siempre es verano porque Nathalie abre cuando hace buen tiempo, así que el verano está asegurado en la Guinguette", añaden.
Beneficios del turismo local
El turismo local y de cercanía, también conocido como turismo de proximidad, está ganando popularidad como una alternativa sostenible, económica y enriquecedora a los viajes internacionales.
Este tipo de turismo consiste en explorar destinos cercanos al lugar de residencia, ya sean pueblos, espacios naturales, ciudades vecinas o zonas rurales. Sus beneficios son múltiples, tanto a nivel individual como comunitario.
Uno de los principales beneficios es la reducción del impacto ambiental. Al minimizar los desplazamientos en avión u otros medios contaminantes, se disminuye la huella de carbono, contribuyendo así a la lucha contra el cambio climático. Además, suele promover medios de transporte más sostenibles como el tren, la bicicleta o incluso el senderismo.
En el plano económico, el turismo de cercanía fortalece las economías locales. Al elegir alojamientos rurales, comer en restaurantes del lugar y comprar productos artesanales, el viajero contribuye al desarrollo de pequeñas empresas y emprendedores locales. Esto ayuda a crear empleo, mantener tradiciones y combatir la despoblación en zonas rurales.
Desde el punto de vista personal, este tipo de turismo permite descubrir el entorno más próximo, fomentando el conocimiento del patrimonio natural, histórico y cultural del propio territorio. También ofrece una oportunidad para desconectar del estrés sin la necesidad de largos desplazamientos, lo que lo hace ideal para escapadas de fin de semana.
Turismo de calidad
Por último, el turismo local contribuye a una mayor resiliencia del sector turístico, ya que no depende tanto de las fluctuaciones internacionales o de crisis globales. Promueve una forma de viajar más consciente, responsable y adaptada a los nuevos tiempos.
En definitiva, el turismo de cercanía no solo es una opción viable en tiempos de incertidumbre, sino también una forma inteligente y sostenible de redescubrir lo que tenemos más cerca.