Los Estados miembros de la Unión Europea vincularon ayer la rebelión de los mercenarios del Grupo Wagner que obligó a Moscú a poner a sus fuerzas en estado de alerta a las consecuencias y el cuestionamiento interno en Rusia a la guerra contra Ucrania y evitaron dar por zanjada la crisis. El levantamiento de las fuerzas paramilitares lideradas por Yevgeni Prigozhin el pasado fin de semana centró la atención de los ministros de Exteriores del bloque a su llegada a la reunión en Luxemburgo, señalando varios la relación de la crisis interna con la invasión de Ucrania lanzada por el presidente ruso, Vladímir Putin, en febrero de 2022.

Así, la ministra de Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, señaló que todavía quedan por ver las consecuencias de la revuelta y apuntó que la guerra en Ucrania tiene “consecuencias devastadoras” para Putin y genera “grietas gigantes” en su propaganda sobre el conflicto. “Es evidentemente que esto es sólo un episodio en este drama ruso. Sigue sin estar claro qué ocurrirá con los distintos actores en Rusia”, apuntó.

De su lado, la titular de Exteriores francesa, Catherine Colonna, pidió prudencia a la hora de analizar la crisis vivida en Rusia los últimos días, asegurando que el episodio protagonizado por los mercenarios de Wagner arroja muchas dudas sobre la situación interna y evidencia “fisuras” en el sistema político ruso. En la misma línea, su colega español, José Manuel Albares, ha recalcado que la situación interna en Rusia demuestra que hay “divisiones profundas” en el seno del país y evitó dar por concluida la crisis, señalando que “todavía queda tiempo y hay que ser cautos para ver el recorrido de esta situación”.

A juicio de su homólogo lituano, Gabrielus Landsbergis, la crisis de Wagner demuestra la “falta de predictibilidad” y “el peligro” que representa Rusia, insistiendo en que los propios rusos son capaces de llevar a cabo un cambio de régimen en Moscú en cuestión de días. “Vemos que las dudas que pensamos que hay, se muestran abiertamente. Existe un cuestionamiento sobre la guerra y no descarto que veamos más eventos así en el futuro”, dijo.

Reforzar la seguridad

“No podemos estar distraídos, episodios como estos pueden repetirse y tenemos que enfocarnos en Ucrania y doblar la asistencia con equipamiento y con avances en la adhesión a la UE y la OTAN”, valoró Landsbergis, pidiendo reforzar la seguridad de los países del este que tienen frontera con Rusia y Bielorrusia.

Los ministros de Exteriores del bloque siguieron de cerca la evolución de la situación interna en Rusia durante los últimos días, en este sentido, el titular estonio, Margus Tsahkna, elogió la “respuesta común” de la UE frente a la crisis y aplaudió que Occidente “sigue unido” y debe reforzar su apoyo a Ucrania en el campo de batalla. “Esta situación en Rusia nos da más oportunidades de apoyar a Ucrania y lograr la victoria”, indicó.

Para el ministro danés de Exteriores, Lokke Rasmussen, el pulso vivido entre el Grupo Wagner y el Kremlin tendrá un “impacto” y evidencia que Putin es “más débil”, por lo que a su juicio puede generar un cambio en la “voluntad del resto del mundo” a la hora de tratar la situación en Ucrania. Por su parte, el titular de Exteriores neerlandés, Wopke Hoekstra, señaló que existen muchas “incertidumbres” sobre lo ocurrido en Rusia y lamentó que hasta ahora Wagner ha sido una fuerza “desestabilizadora”.

Postura de la OTAN

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, reiteró ayer que el presidente ruso, Vladímir Putin, cometió un “error estratégico” con la invasión de Ucrania, en sus primeras declaraciones tras la revuelta de los mercenarios del Grupo Wagner que obligó a Moscú a poner a sus fuerzas en estado de alerta. En unas declaraciones desde Lituania para preparar la cumbre de líderes del próximo 11 y 12 de julio se refirió a los acontecimientos vividos en Rusia el pasado fin de semana como “asuntos internos”, aunque insistió en que evidencian que la guerra “ilegal” contra Ucrania se ha demostrado como un “gran error estratégico” de Putin.